Pavana para un
comandante difunto.-
Venezuela
parte III: Situación política.
Por: Félix Justiniano Ferráez.
Para: Erick Paolo Martínez que hoy cumpliría 60 años.
Nicolás
Maduro inefable vicepresidente venezolano, arremete contra la oposición legislativa
de la república bolivariana de Venezuela, toda vez que han solicitado: una
prueba de vida del comandante Hugo Chávez, que desde el 8 de diciembre del año
pasado no ha expresado una sola declaración de viva voz, considerando que no se
presentó a juramentar el cargo de presidente de todos los venezolanos ante la
Asamblea Nacional, él, tan protagónico, exhibicionista y fiel caricatura de
Fidel Castro.
El
44% de los venezolanos representados en esa oposición, consideran que una
comisión de médicos venezolanos, seleccionados por el Tribunal Supremo,
deberían viajar a la Habana a fin de realizar una evaluación profesional y
objetiva del estado de salud del presidente electo, y en base a ello dar el
siguiente paso constitucional, para evitar la debacle financiera en ciernes y
el desorden político que se avecina, por el enorme vacío que deja la concentración
del poder en un solo hombre, a quien le han permitido estar por encima de las
instituciones de ese país.
Ambas
situaciones, a Nicolás Maduro le parecen una falta de respeto a Chávez y
también una burda maniobra para retrasar la convalecencia postoperatoria del
líder venezolano, curiosamente no le parece una falta de respeto a sus
compatriotas que el propio Maduro, que de maduro solo tiene el apellido, exhiba
un decreto presidencial presuntamente firmado por Chávez en Caracas en fecha
reciente, dándole nombramiento de canciller a
Elías Jaua.
Por lo que todo mundo se pregunta, cómo es
posible que Chávez firme de manera autógrafa un documento tan importante en
Caracas, si convalece en La Habana, desde donde ha estado imposibilitado para
trasladarse a juramentar el cargo de presidente,¿ por qué firma un decreto de
nombramiento y no jura como presidente si ya está en Caracas? se preguntan:
¿Chávez
puede leer el decreto, sostener la pluma y realizar su firma sin mayor
problema?
¿Por
qué entonces no ha suscrito un solo “tuit” a sus casi cuatro millones de
seguidores desde el 1 de noviembre del año pasado? Porque lo mismo “tuitea” celebrando los goles de la “vino tinto” que
mofándose de la oposición, o saludando a la Madre África, como lo hizo en su última escritura de
noviembre primero de 2012.
Es decir a Chávez le merecen atención un
partido de futbol de su selección nacional y un saludo a un lejano continente, pero ¿no
le merece una sola explicación por ese medio de lo que acontece con su salud,
que es un tema de estado y los planes nacionales como presidente, a los quince
millones de electores que sufragaron en las elecciones presidenciales?
El
trato de menores de edad o de incapacitados mentales a los ciudadanos
venezolanos, no le parece a Maduro una falta de respeto, tampoco le parece una
abyecta manipulación, si no hechos consumados, congruentes desde su
enfermiza mentalidad de espurio.
Preocupado
por su propio bienestar y no el de su país, Maduro ignora olímpicamente que el
44% de los venezolanos que equivalen a
más de 6 millones y medio de sufragantes no votaron por el comandante Chávez y que en una democracia que se precie de
serlo, merecen tener voz y ser escuchados, particularmente cuando lo que
plantean tiene que ver con el respeto a la constitución y al devenir del país
que se encuentra colapsado por la ausencia de su presidente electo, que decidió
confiarle su salud a médicos extranjeros en suelo extranjero, antes que permitir
ser ingresado en el sistema de salud venezolano y sus capacidades
hospitalarias, tan cacaraqueadas como logros de la revolución bolivariana,
aunque el resto de la población tiene inexorablemente que ser atendida en
dichas instalaciones y por los médicos desdeñados por el socialista comandante,
de manera que a base de escuetos comunicados salidos a 2162 kms de Caracas, específicamente en La Habana y que
son leídos por políticos venezolano, que lo mismo son yernos, porque el
nepotismo ahí es común, que amigotes o cómplices de asonadas, pero no en modo
alguno, por médicos con conocimiento de causa de la convalecencia
postoperatoria del Teniente Coronel Hugo Chávez Frías.
En
cualquier país del mundo son los médicos tratantes quienes dan los partes
clínicos relacionados con la salud del paciente, no son los políticos, ni los
familiares, como viene ocurriendo en el caso que nos ocupa, ya que o informa su
hija Rosa Virginia, o su esposo el primer yerno del país Jorge Arreaza y
ministro de Ciencia y Tecnología, que su hermano Adrián gobernador del estado
de Barinas o Diosdado Cabello cómplice de asonada contra Carlos Andrés Pérez y
actual presidente de la Asamblea Nacional.
Y
en ese desfile celebridades, se incorpora el recién nombrado canciller Elías
Jaua en un relampagueante viaje a la Habana para expresar que se entrevistó con
el ubicuo comandante y recibió instrucciones, que solo él sabe en qué
consisten, y hasta Evo Morales mete la cuchara e informa que el hermano comandante
ya pronto estará de regreso, pero ningún médico, especialmente los cubanos
quienes se limitarán a tener perfectamente informadas a las sanguijuelas
petroleras de los hermanitos Castro, que requieren de esa inyección de
hidrocarburos para retrasar lo más posible los inevitables cambios en la otra
desastrosa revolución caribeña.
De
manera que la deslealtad de Chávez para con su pueblo, no sólo afecta y daña a
los venezolanos, si no que perjudica enormemente a los cubanos que continúan
sobreviviendo con un salario promedio equivalente a 20 dólares mensuales y no
tienen para cuando deshacerse de los longevos dictadores cubanos.
Pero
volviendo a Nicolás Maduro, es inobjetable que el decreto exhibido ha de contar
con una firma escaneada del inconsciente mandatario y lo convierte aparte de
espurio en delincuente; espurio porque 8
millones de venezolanos votaron por Hugo Chávez exclusivamente, no por su
posible gabinete, y porque al igual que Chávez sus cargos expiraron el 10 de
enero de 2013 y no han sido nombrados, ni ratificados para ocupar los cargos
que hoy ostentan, el único de ellos, Chávez, pero no ha cumplido el requisito
de la juramentación presidencial ni ha estado en condiciones de seleccionar a
sus colaboradores o ratificar a quienes les parezca conveniente, por ello
engañar a los venezolanos con un decreto falsificado se convierte en un
delincuente.
Es
claro que la condición clínica de Chávez es de inconsciencia, inducida
medicamente o por causas de la gravedad de su estado de salud, de lo contrario
ya hubiese sido retratado, entrevistado, o por lo menos grabado o filmado en
una entrevista, lo que no ha ocurrido justamente para no exhibir el verdadero
estado de fragilidad de Chávez.
Porque
eso conviene a la nomenklatura cubana y
a sus intereses que se ponen por encima de los de millones de venezolanos, con
la complacencia de genuflexos ambiciosos y prevaricadores como Nicolás Maduro,
Diosdado Cabello, Elías Jaua, Adrián Chávez o el yernito Arreaza y los
ministros que avalaron indefinidamente la ausencia de Chávez contradiciendo el
contenido de la constitución venezolana.
Por
ello ahora desesperados e incapaces solo alcanzan a imaginarse atentados contra
Maduro y Cabello o posibles golpes de estado, que solo cuando lo hacen ellos
están justificados, es decir pura pirotecnia desinformativa, fuegos
artificiales con la verborrea oficial para ocultar lo que únicamente ellos no
quieren ver, ni aceptar; el fin de la era Chávez.
Por
ello pretenden hacer del inconsciente comandante la versión caribeña del Cid
Campeador, un polémico esperpento que al borde de la muerte les permita
continuar medrando de las generosas ubres venezolanas y empobreciendo a sus
compatriotas, si al fin y al cabo los israelitas ya llevan 8 años preservando
el estado comatoso de Ariel Sharon, ¿por qué no hacer lo propio con Chávez
consiguiendo una cuarta reelección y hacerlo sempiterno comandante y presidente?.
Caribe
Mexicano
23 de enero del 2013
@watane1
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