Andrés; pierdes y
te vas.-
Por: Félix Justiniano Ferráez.-
Para:
Frida Patrón Pérez que merece un México de oportunidades.
Andrés
Manuel López Obrador ha dado muestra nuevamente y sin que sea una sorpresa para
millones de mexicanos, que es todo un personaje de la peor estirpe política.
Vuelve a despreciar la voluntad de los 34 millones de mexicanos que por segunda
vez le cerramos el paso a su enfermizo camino a la presidencia del país.
Engreído,
arrogante, mesiánico, intenta ignorar que más de la mitad los mexicanos que
votamos este 1 de Julio lo hicimos en contra de él y lo que representa; la
obstinación por el poder y una ambición enfermiza, de tal suerte que rebasado nuevamente por su frustración y su obsesiva persecución
por la presidencia del país, enardece los ánimos y los de sus seguidores, al
llamar sin rubor, sin vergüenza, sin
honorabilidad y públicamente, fraudulentas las elecciones para la
presidencia de la república, pero nada dice de los resultados del Distrito
Federal ni de los diferentes estados donde las votaciones le favorecieron a su
partido y por añadidura a él.
Acusa
pero no prueba, se inconforma pero no acredita hechos específicos, aunque
amenaza a cuantos se quieran dejar impresionar por su patético pataleo. Pero
eso si no enseña las cuentas de “Honestidad Valiente” que ofreció presentar y
demostrar que la fuente de esos recursos
son lícitos y pagan los impuestos correspondientes.
Para
el tabasqueño todo lo que no se ajuste a sus mezquinos intereses, es
ilegalidad, es trampa, es fraude, sólo él tiene la capacidad de inmunizar las
victorias, solo las suyas son válidas, solo su triunfo es el legítimo, lo demás
está fuera de contexto en su mundo de fantasías y ambiciones. Se piensa como el
moderno Gulliver atrapado por 34 millones de Liliputienses que se niegan a
permitirle cumplir su viejo anhelo, encabezar un pueblo cuya mayoría lo repudia
y rechaza y siente una natural animadversión contra su mesianismo.
Firmó
el pacto de civilidad junto con los otros tres contendientes, comprometiéndose
a respetar el veredicto de la votación independientemente de los resultados, la
realidad inobjetablemente lo vuelve a desnudar, no acata la voluntad
mayoritaria ahora que el conteo no le favorece, se desdice, se transforma en el
tramposo y necio que no sabe respetar su palabra y aceptar con honor su
derrota, aduce trampas, llama inequitativas las campañas, responsabiliza a los
medios electrónicos del triunfo de Enrique Peña Nieto, habla de acarreo y persiste
en la misma actitud que la elección pasada lo alejó de la sociedad por sus
abusos y el entorpecimiento de la vida cotidiana en el D.F. Mientras redacto
estas líneas los otros 3 candidatos que aceptaron los resultados con honor y
humildad, están ocupados en reorganizar
sus respectivos proyectos y reincorporándose a actividades productivas, pero
este sujeto se las ingenia para dividir a los mexicanos entre buenos y malos, entre
ricos y pobres, entre listos y tontos, exacerba los ánimos, las diferencias,
incita a la resistencia a la desobediencia, a la inconformidad con su ponzoña,
con su ambición, con su necedad, con su obcecación, con su absurda y egoísta
conducta, nada le han enseñado las derrotas anteriores sigue siendo
herméticamente cerrado a la inteligencia, a la razón y al entendimiento, se
exhibe limitado e incapacitado para crecer y madurar como ser humano y con esa
pobreza de espíritu ambiciona a la más alta responsabilidad política del país.
Los
ciudadanos del D.F. en 1985 dieron muestra de unidad, reciprocidad y un
profundo sentimiento de hermandad cuando el fatídico terremoto de septiembre de
ese año, devastó la capital del país y ante la desorganización de las
autoridades y la arrogancia del presidente de la república que rechazaba la ayuda
internacional, fue la propia ciudadanía quien se salvó a si misma, igualmente
la marcha del 2004 contra la delincuencia y la inseguridad 800 mil ciudadanos
marcharon por Reforma con velas encendidas dejándolas de ofrenda en el Ángel de
la Independencia por las miles de muertes originadas por la violencia que
todavía prevalece en el país, y entonaron el himno nacional en una demostración
de unidad y de fervor mexicano, para Andrés Manuel López Obrador que había sido
testigo de ambas manifestaciones espontaneas le resultaba demasiado
complicado asimilar para su enorme ego
que los ciudadanos podían organizarse sin ayuda de nadie y alejados de
cualquier interés político, por lo que absurdamente y sin explicación posible
externó su desprecio por los miles de deudos de esa matanza y burlonamente les llamó la marcha de los “Pirruris”
Ahora
ese parteaguas que nació de las desgracias del pueblo y que sirvió para
mantener la unidad nacional, ha dejado de existir gracias a la envidia, a la ambición,
a la perversidad de este nefasto personaje que hoy propicia el encono entre los
mexicanos; a este tipo poco le importa todo lo anterior y demuestra de que esta
hecho por dentro, cuáles son sus verdaderos valores y sus convicciones, por
ello no podrá ser recordado como un luchador social sino como un mesías
tropical al que solo le sobrevivirán sus expresiones: ¡Que se vayan al diablo con sus
instituciones! ¡La vía armada también es una opción viable! ¡Soy un rayito de esperanza! ¡Cállate
chachalaca! Ahí nos demuestra la abundancia de su corazón, el tamaño de su
espíritu y de lo que sería capaz con todo el poder de la presidencia.
Por
ello Dios no le da alas a los alacranes, ni
México le da votos a los mesías
trasnochados. Así de simple Andrés Manuel 34 millones de mexicanos también
queremos que se respete nuestro voto y acates nuestra voluntad, no te queremos
a cargo del país y queremos que nos dejes en paz, Andrés, pierdes y ponte a
trabajar ya y paga impuestos como todos nosotros. Esa podría ser una buena aportación
tuya al país y no vivir de zángano como lo has venido haciendo los últimos años
de tu improductiva vida.
Caribe
mexicano 2012.
@watane1
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