jueves, 19 de septiembre de 2013

Andrés, pierdes y te vas



Andrés; pierdes y te vas.-

Por: Félix Justiniano Ferráez.-

Para: Frida Patrón Pérez que merece un México de oportunidades.

Andrés Manuel López Obrador ha dado muestra nuevamente y sin que sea una sorpresa para millones de mexicanos, que es todo un personaje de la peor estirpe política. Vuelve a despreciar la voluntad de los 34 millones de mexicanos que por segunda vez le cerramos el paso a su enfermizo camino a la presidencia del país.
Engreído, arrogante, mesiánico, intenta ignorar que más de la mitad los mexicanos que votamos este 1 de Julio lo hicimos en contra de él y lo que representa; la obstinación por el poder y una ambición enfermiza, de tal suerte que  rebasado nuevamente  por su frustración y su obsesiva persecución por la presidencia del país, enardece los ánimos y los de sus seguidores, al llamar sin rubor, sin vergüenza,  sin honorabilidad y públicamente,  fraudulentas las elecciones para la presidencia de la república, pero nada dice de los resultados del Distrito Federal ni de los diferentes estados donde las votaciones le favorecieron a su partido y por añadidura a él.
Acusa pero no prueba, se inconforma pero no acredita hechos específicos, aunque amenaza a cuantos se quieran dejar impresionar por su patético pataleo. Pero eso si no enseña las cuentas de “Honestidad Valiente” que ofreció presentar y demostrar que la fuente de  esos recursos son lícitos y pagan los impuestos correspondientes.
Para el tabasqueño todo lo que no se ajuste a sus mezquinos intereses, es ilegalidad, es trampa, es fraude, sólo él tiene la capacidad de inmunizar las victorias, solo las suyas son válidas, solo su triunfo es el legítimo, lo demás está fuera de contexto en su mundo de fantasías y ambiciones. Se piensa como el moderno Gulliver atrapado por 34 millones de Liliputienses que se niegan a permitirle cumplir su viejo anhelo, encabezar un pueblo cuya mayoría lo repudia y rechaza y siente una natural animadversión contra su mesianismo.
Firmó el pacto de civilidad junto con los otros tres contendientes, comprometiéndose a respetar el veredicto de la votación independientemente de los resultados, la realidad inobjetablemente lo vuelve a desnudar, no acata la voluntad mayoritaria ahora que el conteo no le favorece, se desdice, se transforma en el tramposo y necio que no sabe respetar su palabra y aceptar con honor su derrota, aduce trampas, llama inequitativas las campañas, responsabiliza a los medios electrónicos del triunfo de Enrique Peña Nieto, habla de acarreo y persiste en la misma actitud que la elección pasada lo alejó de la sociedad por sus abusos y el entorpecimiento de la vida cotidiana en el D.F. Mientras redacto estas líneas los otros 3 candidatos que aceptaron los resultados con honor y humildad, están ocupados  en reorganizar sus respectivos proyectos y reincorporándose a actividades productivas, pero este sujeto se las ingenia para dividir a los mexicanos entre buenos y malos, entre ricos y pobres, entre listos y tontos, exacerba los ánimos, las diferencias, incita a la resistencia a la desobediencia, a la inconformidad con su ponzoña, con su ambición, con su necedad, con su obcecación, con su absurda y egoísta conducta, nada le han enseñado las derrotas anteriores sigue siendo herméticamente cerrado a la inteligencia, a la razón y al entendimiento, se exhibe limitado e incapacitado para crecer y madurar como ser humano y con esa pobreza de espíritu ambiciona a la más alta responsabilidad política del país.
Los ciudadanos del D.F. en 1985 dieron muestra de unidad, reciprocidad y un profundo sentimiento de hermandad cuando el fatídico terremoto de septiembre de ese año, devastó la capital del país y ante la desorganización de las autoridades y la arrogancia del presidente de la república que rechazaba la ayuda internacional, fue la propia ciudadanía quien se salvó a si misma, igualmente la marcha del 2004 contra la delincuencia y la inseguridad 800 mil ciudadanos marcharon por Reforma con velas encendidas dejándolas de ofrenda en el Ángel de la Independencia por las miles de muertes originadas por la violencia que todavía prevalece en el país, y entonaron el himno nacional en una demostración de unidad y de fervor mexicano, para Andrés Manuel López Obrador que había sido testigo de ambas manifestaciones espontaneas le resultaba demasiado complicado  asimilar para su enorme ego que los ciudadanos podían organizarse sin ayuda de nadie y alejados de cualquier interés político, por lo que absurdamente y sin explicación posible externó su desprecio por los miles de deudos de esa matanza y burlonamente  les llamó la marcha de los “Pirruris”
Ahora ese parteaguas que nació de las desgracias del pueblo y que sirvió para mantener la unidad nacional, ha dejado de existir gracias a la envidia, a la ambición, a la perversidad de este nefasto personaje que hoy propicia el encono entre los mexicanos; a este tipo poco le importa todo lo anterior y demuestra de que esta hecho por dentro, cuáles son sus verdaderos valores y sus convicciones, por ello no podrá ser recordado como un luchador social sino como un mesías tropical al que solo le sobrevivirán sus expresiones:  ¡Que se vayan al diablo con sus instituciones! ¡La vía armada también es una opción viable!  ¡Soy un rayito de esperanza! ¡Cállate chachalaca! Ahí nos demuestra la abundancia de su corazón, el tamaño de su espíritu y de lo que sería capaz con todo el poder de la presidencia.
Por ello Dios no le da alas a los alacranes, ni  México  le da votos a los mesías trasnochados. Así de simple Andrés Manuel 34 millones de mexicanos también queremos que se respete nuestro voto y acates nuestra voluntad, no te queremos a cargo del país y queremos que nos dejes en paz, Andrés, pierdes y ponte a trabajar ya y paga impuestos como todos nosotros. Esa podría ser una buena aportación tuya al país y no vivir de zángano como lo has venido haciendo los últimos años de tu improductiva vida.

Caribe mexicano 2012.

@watane1   

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