El elogio del absurdo.-
Por Félix Justiniano Ferráez.-
Para: Tony Jiménez García, él sabe porque…
Una
vez más salen a relucir inconformidades y expresiones variopintas relativas a
los resultados de la reciente elección en el país, donde se dirimieron entre
otras cosas Presidencias Municipales, Gubernaturas, Diputaciones Federales,
Senadurías y la Presidencia de la República.
En este ejercicio democrático que nos ha
costado sangre, sudor, lágrimas y mucho dinero, votamos un poco más de 50
millones de ciudadanos mexicanos. Los resultados son reflejos de lo que viene
ocurriendo en el país desde hace algunos años, las victorias tienen sabor de
venganza en algunos casos o la reiteración de las coincidencias con sus
gobernantes, es decir el mapa político electoral de la geografía mexicana es
variado y sintomático.
Vale
la pena resaltar una verdad de Perogrullo, el mismo ciudadano que en la
intimidad y soledad de su urna votó por un gobernador (en las elecciones
coincidentes) lo hizo también por presidentes municipales (Cd del Carmen,
Monterrey, Mérida, etc.) Diputados, Senadores y Presidente de la República, y
lo hizo delante de sus conciudadanos que fueron elegidos por el IFE como
responsables de las casillas y de los representantes de los partidos políticos,
los primeros elegidos al azar desde el padrón electoral por el IFE y los
segundos seleccionados meticulosamente por los propios partidos a conveniencia
de sus intereses; es decir, cada ciudadano fue atendido y vigilado por sus
propios conciudadanos a fin de que no se menoscabaran sus derechos, ni se
indujera previamente su sufragio.
Independientemente
de los propios ciudadanos que llegaban a cumplir con su deber cívico de votar y
con una ideología bien definida, que de paso eran supervisores ciudadanos motu
proprio.
Esa
es una realidad indubitable e insoslayable, más allá de los pataleos e
inconformidades y expresiones absurdas cargadas de encono, ira, frustración e
insatisfacción del grupo perdedor que invariablemente hace el llamado “al
ladrón” para diluir sus propias irregularidades o trampas. Como si en estos
tiempos se puedan maquillar de inocencia o ingenuidad
las
verdaderas intenciones y métodos de captura de votos de todos los partidos sin
excepción.
De
manera que los ciudadanos que en el Distrito Federal votaron por el señor
Mancera, por las señoras Paredes y Wallace, fueron los mismos y en los mismos
lugares con sus urnas correspondientes, que eligieron entre las opciones de
Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Gabriel Quadri y Andrés Manuel López
Obrador.
Esta
misma situación aconteció en los otros
estados de la república con los candidatos de su preferencia, Por ello en
Guanajuato gana la gubernatura el PAN, en Morelos el PRD, en Jalisco el PRI, en
Tabasco el PRD, en Yucatán el PRI, en el Distrito Federal el PRD y en Chiapas
el PRI, es decir, es la voluntad expresa del ciudadano quien define a su
gobernador, su presidente de la república, su diputado y su senador y le asiste
el irrenunciable derecho de elegir como le venga en gana, inclusive, la de
anular su voto si así lo decide
.
Por
ello se dan casos suigéneris como el de Yucatán donde el PRI gana la
gubernatura, pero pierde la cabecera municipal de la capital del estado que es
Mérida, misma que será gobernada por el PAN. Con estos antecedentes queda claro
que ni hay lógica aplastante que induzca a los resultados obtenidos, ni existe
una reflexión genérica que permita establecer las diferencias de los votos
obtenidos por vencedores y vencidos, porque sería tanto como tener un análisis
por cada ciudadano y el conocimiento previo de sus emociones, frustraciones,
desengaños, satisfacciones y los motivos que originaron a cada uno a sentirse
como se sintió segundos antes de emitir su sufragio.
Abonando
a esta situación está el hecho de que cada uno de
los
50 millones de sufragantes, estuvieron solos con su conciencia en la privacidad
de la urna y con libertad de decidir con absoluta convicción hacia donde
dirigir sus preferencias electorales. O como se explicaría usted que se manipule
al ciudadano que vota por Miguel Mancera en el D.F. para que vote por Josefina
Vázquez o Enrique Peña para presidente o viceversa, como le harían los partidos
PRI y PAN para que la gubernatura quede en manos de Rolando Zapata Bello y la
presidencia municipal de Mérida con Renán Barrera Concha cuyos partidos son
añejos y acérrimos antagonistas por cuestiones ideológicas.
Insistir
que el voto fue manipulado o comprado para votar por tal o cual candidato, no
es sólo pueril y una desmesura si no además pone de realce la peor intención de
dividir a los mexicanos y restarle credibilidad a sus instituciones.
Peor
aún señalar la paja en el ojo ajeno de decir que se compraron 5 millones de
votos y que se tienen las pruebas de ello, es por decir lo menos un desatino,
un absurdo jurídico y una aventura matemática desproporcionada, de entrada se
descalifica a mas de un millón y medio de ciudadanos que sacrificaron sus
domingos familiares para convertirse en funcionarios de las 150 mil casillas,
así como los representantes de los partidos políticos contendientes, si cada casilla lleva 4 representantes
ciudadanos y cada coalición o partido asigna a dos representantes para su
candidato, hablamos de 8 representantes partidistas por casilla, que sumados a los
4 representantes de las mismas nos da la suma de 12 mexicanos por cada una de
las 150 mil casillas instaladas, es decir 1,800,000 ciudadanos que trabajaron gratuitamente
para sus compatriotas con el ánimo de que no existiera abusos, ilegalidades,
inducciones o manipulaciones.
A
ese más de millón y medio de mexicanos sin ningún respeto Andrés Manuel López
Obrador y Ricardo Monreal como figuras predominantes de estos absurdos, le
llaman cómplices, ineficientes o corruptos, porque en sus propias narices
(según ellos) 5 millones de mexicanos fueron obligados a votar por Enrique Peña
Nieto sin que nadie se los impidiera.
La
perversidad y la falta de congruencia de este par de señores es ilimitada, ayer
pataleaban por haber perdido por medio punto porcentual la elección
presidencial del 2006 y hoy lo vuelven hacer aún cuando pierden por 6 puntos
porcentuales que se traducen en poco más de 3 millones de votos de diferencia a
favor de Enrique Peña Nieto.
No
se les ve impugnar las elecciones de jefe de gobierno en el DF y sus
asambleístas, tampoco impugnan las de los estados de Tabasco y Morelos donde el
PRD salió vencedor con sendos gobernadores, menos aún reclaman las elecciones
al senado o la de diputados federales, sus afanes enfermizos se centran única y
exclusivamente en impugnar solicitando anulación o invalidez de las de la
presidencia de la república, donde se sueña desde siempre ese inefable
tabasqueño que se ha negado a entregar las cuentas de la asociación “Honestidad
Valiente” para acreditar que los recursos económicos recibidos cuentan con
recibos y se han pagado los impuestos correspondientes, el mismo personaje que
vive sin trabajo productivo hace mas de 6 años y que oficialmente le genere
ingresos lícitos para mantener a su familia, al otrora PRIISTA que ve en la
lucha armada una opción viable para modificar el rumbo que hemos decidido 34
millones de mexicanos, el mismo que criticando las peores costumbres del PRI
hegemónico, suma sin recato ni memoria a su causa personal a los más granado de
ese grupo que censura públicamente, y vemos brillando en el firmamento
perredista a gentes como Ricardo Monreal, Manuel Bartlett Díaz, Arturo Núñez,
Manuel Camacho Solís, Marcelo Ebrard
Casaubón, Porfirio Muñoz Ledo y en el epítome de la sin razón alude al PAN a
cuyo presidente emanado de ese partido político lo llamó espurio durante mas de
5 años y vilipendió al mismo partido al que grotescamente hoy le solicita
auxilio.
Quizá
su reflexión se base en la volubilidad de un presidente que un día felicita
anticipadamente al presunto vencedor y al siguiente declara que la compra de
votos de los que se le acusa al mismo candidato, es inadmisible. ! Kafka we
have a problem ¡
Caribe
Mexicano/2012.
@watane1
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