jueves, 19 de septiembre de 2013

El elogio del absurdo.



El elogio del  absurdo.-


Por Félix Justiniano Ferráez.-

Para: Tony Jiménez García, él sabe porque…


Una vez más salen a relucir inconformidades y expresiones variopintas relativas a los resultados de la reciente elección en el país, donde se dirimieron entre otras cosas Presidencias Municipales, Gubernaturas, Diputaciones Federales, Senadurías y la Presidencia de la República.
 En este ejercicio democrático que nos ha costado sangre, sudor, lágrimas y mucho dinero, votamos un poco más de 50 millones de ciudadanos mexicanos. Los resultados son reflejos de lo que viene ocurriendo en el país desde hace algunos años, las victorias tienen sabor de venganza en algunos casos o la reiteración de las coincidencias con sus gobernantes, es decir el mapa político electoral de la geografía mexicana es variado y sintomático.

Vale la pena resaltar una verdad de Perogrullo, el mismo ciudadano que en la intimidad y soledad de su urna votó por un gobernador (en las elecciones coincidentes) lo hizo también por presidentes municipales (Cd del Carmen, Monterrey, Mérida, etc.) Diputados, Senadores y Presidente de la República, y lo hizo delante de sus conciudadanos que fueron elegidos por el IFE como responsables de las casillas y de los representantes de los partidos políticos, los primeros elegidos al azar desde el padrón electoral por el IFE y los segundos seleccionados meticulosamente por los propios partidos a conveniencia de sus intereses; es decir, cada ciudadano fue atendido y vigilado por sus propios conciudadanos a fin de que no se menoscabaran sus derechos, ni se indujera previamente su sufragio.

Independientemente de los propios ciudadanos que llegaban a cumplir con su deber cívico de votar y con una ideología bien definida, que de paso eran supervisores ciudadanos motu proprio.  

Esa es una realidad indubitable e insoslayable, más allá de los pataleos e inconformidades y expresiones absurdas cargadas de encono, ira, frustración e insatisfacción del grupo perdedor que invariablemente hace el llamado “al ladrón” para diluir sus propias irregularidades o trampas. Como si en estos tiempos se puedan maquillar de inocencia o ingenuidad
las verdaderas intenciones y métodos de captura de votos de todos los partidos sin excepción.

De manera que los ciudadanos que en el Distrito Federal votaron por el señor Mancera, por las señoras Paredes y Wallace, fueron los mismos y en los mismos lugares con sus urnas correspondientes, que eligieron entre las opciones de Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Gabriel Quadri y Andrés Manuel López Obrador.
Esta misma situación aconteció  en los otros estados de la república con los candidatos de su preferencia, Por ello en Guanajuato gana la gubernatura el PAN, en Morelos el PRD, en Jalisco el PRI, en Tabasco el PRD, en Yucatán el PRI, en el Distrito Federal el PRD y en Chiapas el PRI, es decir, es la voluntad expresa del ciudadano quien define a su gobernador, su presidente de la república, su diputado y su senador y le asiste el irrenunciable derecho de elegir como le venga en gana, inclusive, la de anular su voto si así lo decide
.
Por ello se dan casos suigéneris como el de Yucatán donde el PRI gana la gubernatura, pero pierde la cabecera municipal de la capital del estado que es Mérida, misma que será gobernada por el PAN. Con estos antecedentes queda claro que ni hay lógica aplastante que induzca a los resultados obtenidos, ni existe una reflexión genérica que permita establecer las diferencias de los votos obtenidos por vencedores y vencidos, porque sería tanto como tener un análisis por cada ciudadano y el conocimiento previo de sus emociones, frustraciones, desengaños, satisfacciones y los motivos que originaron a cada uno a sentirse como se sintió segundos antes de emitir su sufragio.

Abonando a esta situación está el hecho de que cada uno de
los 50 millones de sufragantes, estuvieron solos con su conciencia en la privacidad de la urna y con libertad de decidir con absoluta convicción hacia donde dirigir sus preferencias electorales. O como se explicaría usted que se manipule al ciudadano que vota por Miguel Mancera en el D.F. para que vote por Josefina Vázquez o Enrique Peña para presidente o viceversa, como le harían los partidos PRI y PAN para que la gubernatura quede en manos de Rolando Zapata Bello y la presidencia municipal de Mérida con Renán Barrera Concha cuyos partidos son añejos y acérrimos antagonistas por cuestiones ideológicas.

Insistir que el voto fue manipulado o comprado para votar por tal o cual candidato, no es sólo pueril y una desmesura si no además pone de realce la peor intención de dividir a los mexicanos y restarle credibilidad a sus instituciones.

Peor aún señalar la paja en el ojo ajeno de decir que se compraron 5 millones de votos y que se tienen las pruebas de ello, es por decir lo menos un desatino, un absurdo jurídico y una aventura matemática desproporcionada, de entrada se descalifica a mas de un millón y medio de ciudadanos que sacrificaron sus domingos familiares para convertirse en funcionarios de las 150 mil casillas, así como los representantes de los partidos políticos contendientes,  si cada casilla lleva 4 representantes ciudadanos y cada coalición o partido asigna a dos representantes para su candidato, hablamos de 8 representantes partidistas por casilla, que sumados a los 4 representantes de las mismas nos da la suma de 12 mexicanos por cada una de las 150 mil casillas instaladas, es decir 1,800,000 ciudadanos que trabajaron gratuitamente para sus compatriotas con el ánimo de que no existiera abusos, ilegalidades, inducciones o manipulaciones.

A ese más de millón y medio de mexicanos sin ningún respeto Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Monreal como figuras predominantes de estos absurdos, le llaman cómplices, ineficientes o corruptos, porque en sus propias narices (según ellos) 5 millones de mexicanos fueron obligados a votar por Enrique Peña Nieto sin que nadie se los impidiera.

La perversidad y la falta de congruencia de este par de señores es ilimitada, ayer pataleaban por haber perdido por medio punto porcentual la elección presidencial del 2006 y hoy lo vuelven hacer aún cuando pierden por 6 puntos porcentuales que se traducen en poco más de 3 millones de votos de diferencia a favor de Enrique Peña Nieto.

No se les ve impugnar las elecciones de jefe de gobierno en el DF y sus asambleístas, tampoco impugnan las de los estados de Tabasco y Morelos donde el PRD salió vencedor con sendos gobernadores, menos aún reclaman las elecciones al senado o la de diputados federales, sus afanes enfermizos se centran única y exclusivamente en impugnar solicitando anulación o invalidez de las de la presidencia de la república, donde se sueña desde siempre ese inefable tabasqueño que se ha negado a entregar las cuentas de la asociación “Honestidad Valiente” para acreditar que los recursos económicos recibidos cuentan con recibos y se han pagado los impuestos correspondientes, el mismo personaje que vive sin trabajo productivo hace mas de 6 años y que oficialmente le genere ingresos lícitos para mantener a su familia, al otrora PRIISTA que ve en la lucha armada una opción viable para modificar el rumbo que hemos decidido 34 millones de mexicanos, el mismo que criticando las peores costumbres del PRI hegemónico, suma sin recato ni memoria a su causa personal a los más granado de ese grupo que censura públicamente, y vemos brillando en el firmamento perredista a gentes como Ricardo Monreal, Manuel Bartlett Díaz, Arturo Núñez, Manuel Camacho Solís,  Marcelo Ebrard Casaubón, Porfirio Muñoz Ledo y en el epítome de la sin razón alude al PAN a cuyo presidente emanado de ese partido político lo llamó espurio durante mas de 5 años y vilipendió al mismo partido al que grotescamente hoy le solicita auxilio.

Quizá su reflexión se base en la volubilidad de un presidente que un día felicita anticipadamente al presunto vencedor y al siguiente declara que la compra de votos de los que se le acusa al mismo candidato, es inadmisible. ! Kafka we have a problem ¡

Caribe Mexicano/2012.
@watane1   
      


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