jueves, 19 de septiembre de 2013

Los 8 fantásticos.



Los ocho fantásticos.

                                                                                Por Félix Justiniano Ferráez.


Muchas esperanzas fueron cifradas en el ingeniero Gregorio Sánchez Martínez cuando asumiese la presidencia municipal de Cancún, eran muchísimas, tantas, como tantas las gentes que votaron por él y que estaban hartos de la corrupción y la ineficiencia de Alorbabá y sus 40 ladrones, no obstante pasados los 4 primeros meses de su gobierno no ha pasado nada de verdad importante; o que sea digno de ser tomado en cuenta como un verdadero avance del gobierno del cambio, el mismo que llegó adonde llegó; con la fuerza de la gente.

No se sabe con certeza que ha pasado con las ventas de terrenos que hicieron del ayuntamiento de Cancún, la más redituable inmobiliaria durante el período recientemente concluido. (2005-2008)  Tampoco se sabe qué pasó con el famoso fideicomiso creado ex profeso para el pago de proveedores y en los últimos días del gobierno Alorista, las compras millonarias que no se licitaron, las obras realizadas entre parientes y que generara la demanda presentada por Freyda  Maribel Villegas Canché, amarilla ex perredista y hoy azul panista, o si de perdis existe alguna investigación abierta contra quienes dilapidaron miserablemente los recursos públicos que les fueron confiados, o hacia quienes debieron salvaguardar los bienes y recursos públicos.

Porque ahí están integrando el grupo motorizado de los Raiders, Francisco Alor Quezada, Juan Asencio Reynoso, José Antonio López Aguado y Mario Castro Basto, con sus flamantes motos Harley Davison, cada una de ellas de más de 1500 centímetros cúbicos de cilindrada y de muchas decenas de miles de pesos de precio, ahí están montados el ex presidente municipal, el ex tesorero, el ex director de servicios públicos, el ex director de catastro, exhibiendo su cinismo y desfachatez y con absoluta impunidad.
 
A esos circunspectos personajes la fuerza de la gente les hace lo mismo que el viento a Juárez, cuando surcan en sus caballos de acero, el boulevard Colosio, la Tulum, o la Kukulkan, apenas los despeinan.
Contra esos cuatro fantásticos; el gobierno del cambio y el de la fuerza de la gente, tiene en la Contraloría Municipal a su propia versión de sus cuatro fantásticos, Alberto Cuauhtli Gómez contralor municipal que a pesar de la importancia del cargo que ostenta, carece de preparación profesional que acredite su paso por alguna universidad, aunque sea patito.

Jamás se ha desempeñado  en la administración pública y desconoce absolutamente todo lo relacionado con la misma;  de manera que diariamente acude a combatir a los corruptos, con cien días de experiencia en la administración pública sobre sus espaldas, una cámara de circuito cerrado para vigilar a su personal, un enorme desconocimiento de auditoría, otro tanto de inexperiencia, tres mont blanc, tres anillos en ambas manos, cuatro pulseras, tres soguillas, envuelto en lociones de origen extranjero, su rolex de turno y a escuchar música de su i-pod, mientras el presidente municipal, promete y promete que se está investigando y que pronto habrán denuncias.

Otro de los súper héroes es Carlos Cortes Gallardo otro ilustre desconocido sin experiencia previa en la cosa pública quien se ostenta como ex empleado del grupo ICA para justificar su fortuna personal, vive en la zona hotelera y lo mismo llega en Mercedes Benz que en BMW o en su FJ Corruier de la Toyota, presume su colección de relojes suizos, uno para cada día de la semana, su verdadero trabajo es enemistar a los asesores del presidente negándoles toda información y documentos  a nombre del contralor, a quien le sirve de alfombra.

Perito en la genuflexión palaciega, está pendiente del mínimo capricho de su jefe Cuauhtli, que no le falten choco roles, ni  botellitas de agua en el servibar.

El espía y amenaza a los empleados a nombre de su jefe; obeso y encorvado como figura de cuasimodo moderno, a todos acusa de filtrar información en los periódicos, a todos amenaza con el despido, a nadie respeta ni considera, le pone apodos, los presiona, les exige la lealtad que el confunde con lacayismo y abyección de las que ha hecho su forma de vida, no se cansa de expresar que no necesita del sueldo para estar allí, pero no lo deja, aunque se queja de todo, de lo mal de las instalaciones, de las inocentadas y metidas de pata de su jefe el Contralor, como el oso que realizó en el curso que no pudo dar por desconocer el tema y donde salieron todos los empleados de servicios públicos, seguridad pública etc., hablando pestes de la contraloría, del Ford K que le asignaron, de la falta de oficio político del presidente, de su falta de interés según él para encarcelar a sus antecesores.

Así sobre vive con el repudio de sus colaboradores, con la burla a sus espaldas, con el desprecio de asesores y demás miembros del gabinete, a quienes no les perdona que por ellos no tenga acceso a ese cerrado círculo de amigos y colaboradores del presidente Greg; lo que menos le importa es que se realicen trabajos de investigación profesionales con resultados concretos, él está cómodo en la oficina de su jefe, donde cree que debería estar él mismo.

 Así es este perverso personaje, que cree que nadie lo ha dimensionado y descubierto y que con 100 días de oficio político piensa que destapó el frasco de las esencias administrativas.

Enrique Peraza Peraza arquitecto yucateco es el director del área de obras públicas, con la misma antigüedad y experiencia en la administración pública que sus compañeros anteriores, nula, esos 100 días de experiencia le impiden a él y al contralor municipal darse cuenta que existe un conflicto de intereses entre don Enrique y la Constructora Peraza de la que forma parte él y su hermano, y que hoy tiene que calificarla por las obras realizadas en el período de Francisco Alor, durante el que ejerció un presupuesto considerable en diversas obras.

Pero además en estos 100 días nada se sabe de las jugosas contrataciones de la constructora Atmosphera propiedad del clan Asencio Reynoso.

El último de este grupo de héroes justicieros es Ricardo Medina Chaires, antiguo corifeo de Francisco Alor quien se desempeñó como responsable de la unidad de transparencia y que hoy se encuentra instalado como Director de Quejas y Denuncias, o sea que las denuncias presentadas contra este halitósico servidor público en su época de funcionario Alorcista, hoy le toca despacharla como funcionario Gregista.

 Y surge necesariamente la pregunta cómo se desempeñará este director si alguna vez tiene que llamar a comparecer a sus antiguos compañeros de gabinete cuando tengan que dar cuentas de sus tropelías, tendrá la capacidad, la independencia mental y la decencia de realizarlas?
Mientras tanto; usted quien cree que gane esta dispareja lucha?

Caribe Mexicano/agosto del 2008
@watane1




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