...comieron Trigo
en un penal.
Por:
Félix Justiniano Ferráez.-
El
ex tesorero del ayuntamiento de Benito Juárez recién aprehendido por un
presunto desvío de más de 86 millones de pesos en agravio de los cancunenses,
declara a la prensa que es inocente, que se han violado sus derechos humanos y
que confía en la justicia, es decir, para el señor Carlos Trigos Perdomo los
ciudadanos de Cancún carecemos de la más elemental inteligencia y de sentido
común, porque la justicia a la que invoca no está para servir y proteger a los
ciudadanos de sátrapas como él, si no para que tipos de su calaña, continúen en
rampante impunidad.
Desde
su diminuta perspectiva, la incalculable fortuna amasada en 5 años de ser
tesorero de los dos municipios más importantes, financieramente hablando, de
Quintana Roo, es lícita, es lógica, es
honesta, es resultado de los ingresos obtenidos como servidor público, lo que
no pudo hacer en toda su vida de empleado bancario, de ser un ciudadano del montón
como usted y como yo, pasó a ser súbitamente exitoso empresario y poseedor de importantes propiedades
inmobiliarias, casas, canchas de tenis, locales comerciales, funerarias; cualquiera de ellas, una sola, no podría
haberla adquirido con los sueldos íntegramente acumulados de 5 años de tesorero
de Solidaridad y de Benito Juárez, ni hablar de las demás.
Cínico,
perverso, ladrón, incompetente, ineficiente, manipulador y servil con sus amos,
a su paso cambio los sistemas recaudatorios implementando una serie de
servicios informáticos a modo, para manipular cédulas catastrales, incidir en
el valor real de las propiedades manipulando la recaudación y alterar la realidad de los ingresos a las
arcas municipales, pero engrosando las propias desvergonzadamente, de manera
adicional pagaba cantidades importantes a quienes sin licitación previa le
creaban esos procedimientos a conveniencia, ocurrió en Playa del Carmen donde
se supo del desorden financiero que dejó en la tesorería de aquel municipio y
que de manera taimada volvió a contratar con sus mismos “socios” para el
ayuntamiento de Benito Juárez.
Arrogante
desde su aparente impunidad, desdeñaba a regidores, compañeros directores,
hasta el síndico tenía que ser antesala en la tesorería, para que pudieran ser
atendidos por un empleado soberbio e ignorante, que parecía olvidar que su
propio nombramiento era aprobado por los regidores que ignoraba y desatendía,
así iba bordando como buen ladino las redes de antipatía que se granjeaba
cotidianamente.
Carlos
Trigos Perdomo es el prototipo del funcionario corrupto, ineficiente y corto de
miras, sin empacho de ninguna clase alardeó y exhibió su riqueza mal habida,
cambió de casa, algo muy común en los ex funcionarios y funcionarios públicos
impunes que aún prevalecen viviendo en “Villa Magna”, de automóviles, de
vestimenta, de costumbres, es decir, cambio de nivel de vida abruptamente como
si se hubiera sacado la lotería, y se asignaba una posición social a la que no
pertenece, pero a la que quería ingresar al precio que fuera, porque su realización
como individuo va de la mano con el dinero, aunque sea mal habido, y no del
talento, de la cultura, de la educación universitaria y sus códigos de ética,
de las buenas costumbres y los valores morales; para el señor Trigos Perdomo
eso es secundario, el escarnio de sus hijos en las escuelas, de su esposa en la
misma clase social que hoy lo repudia, no cuenta, no la vio venir, como
escribiera ampliamente en su último libro Fernanda Familiar.
A
Carlos Trigos la justicia lo debió alcanzar concluyendo su período de tesorero
en Playa del Carmen, eso le hubiera ahorrado el desfalco multimillonario a los
ciudadanos de Cancún, porque su impunidad le permitió meterle la mano a los
bolsillos de los contribuyentes de Cancún e irle sacando peso a peso parte de
la fortuna que hoy posee y de la que se le acusa, aunque los 87 millones de
peculado se quedan cortos con la realidad que por cruda, nos avergüenza su
verdadera dimensión y nos indigna que se hubiese tardado tanto en procesar
estas irregularidades que eran vox populi.
Por
supuesto que el bribón de Trigos Perdomo, no actuó solo, no lo permiten los
procedimientos administrativos de la función pública, hay corresponsabilidad
hacia arriba, hacia abajo y de manera colateral; es decir, sus superiores, sus
colaboradores subordinados y sus compañeros directores generales, y aún más, el
papel de la contraloría interna municipal cobra especial relevancia, ya que era
la primera instancia para frenar el saqueo que realizaba a manos llenas el
sinvergüenza ex tesorero, de manera que
los contralores internos que existieron en ese período a cargo del Ing.
Gregorio Sánchez Martínez tendrán que decir algo a este respecto y debemos
suponer que la flamante y eficiente contralora municipal del Lic. Julián
Ricalde ya debe tener los expedientes con las declaraciones de los ex
contralores a fin de delimitar responsabilidades y encuadrar la violación de
los procedimientos que por ley deben cubrirse, exactamente los mismos preceptos
legales consagrados en la ley de los municipios, que ameritan la participación
de la actual contralora municipal y la obligan a proceder, lo entienda o no, le
guste o no.
La
justicia se encargará de ir poniendo las cosas en el lugar que le corresponden,
esperemos que no sea selectiva y se utilicen dos pesas y dos medidas para juzgar a los involucrados que todo mundo
sabe quiénes son.
La
sociedad ve con buenos ojos y aplaude esta decisión porque sabe desde donde se
deriva y eso es muy alentador para los momentos que se viven en el estado, la
ley ha sido aplicada en sendos casos cuya única similitud, es el abuso, la
corrupción, la obstinación y la prepotencia de sus protagonistas.
Solo
queda observar el desempeño de las autoridades ministeriales, para ver si están
todos los que son y no que estén solo partes de los que son.
Caribe
Mexicano/Diciembre de 2012.
@watane1
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