miércoles, 18 de septiembre de 2013

Un coloso trepidante



Un Coloso trepidante.

(Precisiones para un palquero)

Por Félix Justiniano Ferráez
Para Arantxa, mi gran ausente


El primero de julio en su espacio periodístico Palco Quintanarroense, en su segmento “galerías”, Julio César Silva Cetina afirmaba que el arquitecto Jean Baptiste Manel (JBMN), era blanco de creciente inconformidad de trabajadores de base y sindicalizados (sic), por la tala de árboles de cedro y caoba en la oficina de la delegación del IMSS y que después sus troncos eran reutilizados en el restaurante de su propiedad, además de utilizar los recursos del IMSS en su beneficio, presumiendo de su gran cercanía con el gobernador Joaquín Ernesto Hendricks Díaz (JEHD) y etcétera, etcétera.

Todo lo anterior absolutas faltas a la verdad por los cuatro costados, poniéndose de manifiesto el daño público que se causa, cuando de manera irresponsable se repite como ave parlante, la información recibida sin confirmar, ni realizar la más mínima investigación que corrobore tales infundios o que en su defecto garanticen un mínimo de credibilidad; y con estas dudas razonables, se siembre la mentira y se manche la honorabilidad de un trabajador ejemplar con más de 20 años de antigüedad laboral en el IMSS, que ha sabido ganarse, no solo el respeto, sino también el afecto, de superiores, subordinados y colaboradores.

Quienes conocen al arquitecto JBMN sabe que no es amigo de JEHD ni de algún otro ex gobernador del estado, por la sencilla razón que no tiene trato directo con alguno de ellos, en función de la modestia de su encargo en el IMSS; y por supuesto sin que esto signifique que esté enemistado o distanciado con cualquiera de los titulares del ejecutivo.

También se sabe y le es reconocido su amor y respeto por la naturaleza, prueba de ellos son los programas de reforestación que él como nadie ha implementado en el IMSS que hacen de esa sede de la administración federal, la mejor y más reforestada de todas las que se ubican en la ciudad capital.

La presunta “tala de caobas y cedro” fue la eliminación de un Ficus cuyo tamaño por la edad, representaba un peligro con sus raíces para el sistema subterráneo de la red hidráulica sanitaria, a la que ya había empezado a afectar y dañar; y el derribo de un árbol de mango que ya estaba absolutamente seco (sólo los árboles mueren de pie) que también representaba un peligro para las instalaciones y sobre todo para los propios empleados.

Está fresca en la memoria, el vivero que fue creado por iniciativa del arquitecto JBMN que sirvió no sólo para la ornamentación de las propias oficinas y clínicas del IMSS, sino para fomentar el compromiso y el hábito del cuidado a nuestra flora, entre los empleados de esa dependencia federal.

Lo que debería de preocuparnos a todos, es la actual situación económica del IMSS a donde la ha arrinconado el impacto financiero del Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) que en la actualidad, le permite jubilarse a un empleado de esa institución a los 27 años de servicio, si es mujer o a los 28 años en el caso de los hombres; lo que arroja que en promedio un ex empleado de esa dependencia, se retire a los 53 años; mientras que la ley del seguro social (LSS) establece para los demás mexicanos no empleados del IMSS, la edad de 65 años para su retiro; es decir, siendo empleado del IMSS, puede usted retirarse 12 años antes que el resto de los demás mortales empleados; y si a todo esto le añade que la nueva expectativa de vida entre la población mexicana, alcanza ya los 75 años, estamos hablando de pagarle durante 22 años más en promedio, después de su retiro, a cada empleado del IMSS, lo que equivale a casi otro tanto del tiempo que permaneció en activo ¿Cómo la ve?

¿Qué significa esto en número y pesos? Pues nada más la friolera de 21’324 millones de pesos, para ese rubro en el ejercicio fiscal que corre (2004) de los cuales sólo 1580 millones (7.4%) son aportados por los empleados en activo; lo demás lo ponemos el resto de los mortales (12 millones de trabajadores mexicanos en 800 mil empresas registradas ante el IMSS) y el propio gobierno federal, del dinero de los demás contribuyentes, ingresos por venta de petróleo y otras exportaciones.

Entre 1966 y 2003 (37 años) el IMSS ha pagado de manera acumulada 147’890 millones de pesos a 120’644 jubilados; es decir, 3997.02 millones de pesos en promedio anual y como ya mencioné sólo para el 2004, se pagará una cifra 5.33 veces superior al promedio del periodo señalado.

Pero eso no es todo, los pasivos laborales del IMSS (algo que en el ayuntamiento de Cancún ni un tesorero contador público, ni un oficial mayor mesero, han sabido calcular y programar oportunamente y sobre todo explicarle a un veterinario, que cobra como presidente municipal, de la importancia y trascendencia que conlleva descuidar estas importantísimas obligaciones, que los ha llevado al humillante lugar en el que se encuentran) han crecido al ritmo de 50 mil millones de pesos anuales entre el periodo 2001 – 2003 es decir, crece cada mes 4’000 millones de pesos, que es más de lo que nuestro querido IMSS, invierte en infraestructura y equipo en un año.

Otra preocupante referencia es la siguiente; en el periodo 2000 - 2003 (4años) las erogaciones por concepto del RJP se duplicaron pasando de 9’981 millones de pesos en el año 2000, a 21’324 millones para este ejercicio fiscal para cubrir las pensiones de 120 mil jubilados. El tamaño de esta obligación ha superado en 44 millones, los 20’480 millones de pesos, destinados para el gasto de medicamentos y material de curación para 45 millones de derechohabientes en la geografía nacional.

Pero lo verdaderamente espeluznante es que en poco menos de 10 años el número de ex empleados pasará de 120 mil a 258 mil (mas del doble), pues alcanzaran el retiro los empleados contratados durante el periodo 1977 – 1982, que son la diferencia entre las dos cifras señaladas.

Si consideramos que sólo en los dos últimos años el IMSS erogó 78’433 millones de pesos para su RJP y prácticamente sólo la mitad (35’452 millones) para infraestructura y equipamiento, nos damos cuenta la magnitud de la proyección financiera y la posible debacle dentro de 10 años; si tomamos en cuenta que tan sólo en este 2004 el gasto para el RJP es 5 veces superior a los 4’271 millones de pesos de inversión para los rubros equipamiento e infraestructura.

Si esta situación no cambia drásticamente y continua como va, en un plazo de 15 años el IMSS no podría atender a su población incorporada que es la razón de que exista hace mas de 50 años, pues estaría generando y captando recursos exclusivamente, para los trabajadores en activo y sus ex empleados ya jubilados y con posterioridad los recursos a ese ritmo de crecimiento no alcanzarían ni siquiera para pagar las pensiones.

Así de seria y desalentadora es la situación que atraviesa esa magnifica institución que fue creada como un excelente instrumento para la redistribución de la riqueza entre los mexicanos.
Mientras tanto con este panorama encima: el presidente Vicente Fox en su gira por Brasil y Argentina no termina de convencer a su señora esposa, para que ratifique sus propias declaraciones relativas a que se regresen al rancho al término de su administración; donde seguramente podrá a volver a utilizar todo su costosísimo guardarropa de alta costura que le pagamos entre todos, labrando la tierra, ordeñando vacas y montando a caballo.
Un verde diputadillo haciendo las delicias de sus enemigos con su patético desconocimiento en un reality show, cuando fue interrogado para indagar si sabía el nombre del autor de las leyes de reforma, así como el nombre de la esposa del mismo presidente; solo alcanzaba a balbucear que no entendía la pregunta y ponía a nivel nacional su ignorancia y su desprecio por las cosas importantes de este país y aún más, si analizamos lo que en este momento pasa en Cancún, nos viene bien la pregunta ¿en manos de quienes estamos?.

Caribe mexicano 2004.

@watane1

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