miércoles, 18 de septiembre de 2013




Tribulaciones de un Contralor.

                                           Por: Félix Justiniano Ferráez

La declaración del Contralor Municipal afirmando que se tendrá que pagar al empresario Alfonso Cantón Cetina una obra de electrificación, es toda una demostración evidente del fallo neuronal generalizado que ya agobia a ese servidor público, resulta que el señor declara que "las luminarias consta en documentos que si se llevó a cabo", ¿que documentos Contralor? ¿Autorizados por quien? ¿Acreditando que? ¿2 y medio años no son suficientes para saber donde están cobrando sus sueldos?

Pero continua con sus inconsistencias y mas adelante afirma que: "por lo que he estado trabajando hay evidencia de que el trabajo si se realizó" ¿cual será esa famosa evidencia que como la máquina del tiempo traslada a este funcionario hacia al pasado y le permite afirmar ligeramente su dicho?
¿serán algunos videocasetes que como a la usanza Bejaranista podremos ver a los empleados de Alfonso Cantón Cetina realizando los famosos trabajos?
Pero no terminan ahí sus desatinos porque casi inmediatamente se desdice para afirmar ahora que: "que el hecho de que las luminarias estén en la avenida Andrés Quintana Roo, no quiere decir que la empresa lo haya hecho  -por fin don Alonso, hay evidencia o no?-
Pero reitera que la empresa en cuestión si efectuó una obra similar - ¿la misma pero más barata don Alonsimi?  - en fin, si resumimos esas brillantes declaraciones podemos concluir lo siguiente: hay documentos donde consta que se hizo la obra y se deberá cubrir la deuda; pero el hecho de que estén las luminarias no quiere decir que la empresa lo haya hecho, aunque Alfonso Cantón Cetina si efectuó una obra similar, ¡¡¡mas claro ni el agua!!!!
Se hizo, pero no se hizo, aunque si se hizo chatos dijese el mimo de México.
Señor Contralor, la construcción de obras de infraestructura urbana son responsabilidad exclusiva de la Dirección de Obras Públicas y debieron de realizarse a través de una licitación o mediante un contrato de obra, donde se establecen entre otros conceptos, costo de la obra, tiempo de entrega y multas en casos de incumplimiento, amén de la fianza de garantía para proteger el anticipo y la calidad de la propia obra.
Al concluirse la misma se levanta un acta de entrega-recepción, donde participan invariablemente: Obras Públicas, la empresa constructora y LA CONTRALORIA MUNICIPAL para acreditar el cabal cumplimiento de los requisitos establecidos.
Pero además durante el proceso de construcción se debieron de presentar las estimaciones de obra debidamente autorizadas por los supervisores y el director de la Dirección correspondiente, en este caso el de Obras Públicas, quienes la turnan a la Tesorería para el registro del pasivo y la programación del pago respectivo, que como seguramente usted debe saber, lleva además de la propia estimación, LA FACTURA que establece la cantidad a pagar y el desglose de las retenciones, donde muy probablemente se destina un porcentaje para las labores de supervisión del Órgano de Control Interno, alias la Contraloría Municipal que coincidentemente usted encabeza,  así pues, estará usted en conocimiento que es la Dirección de Obras Públicas, La Tesorería Municipal o La de Servicios Públicos, que finalmente es quien recibe la obra terminada y la incorpora al patrimonio municipal para su mantenimiento correspondiente y reparaciones respectivas, quienes tienen la voz cantante para afirmar o negar si la obra -que le da a usted tantos dolores de cabeza para definir su realización,- se llevó a cabo o no.
Aventurarse como lo hizo en ese rompecabezas incompresible e ininteligible de desafortunadas declaraciones, sólo pone en evidencia su desconocimiento o su ignorancia en la labor del Servicio Público, para la que fue contratado y por las que cobra sin conocimiento de causa ni mérito alguno, si al fin y al cabo se pasea impunemente Carlos Canabal Ruiz en frente de sus narices, siendo aún protagonista político en este estado gracias a su ineptitud, su desapego a la institucionalidad, su falta de ética profesional, así como su falta de oficio político, ya  que no ha sido usted capaz, por lo menos de inhabilitarlo para el servicio público, gracias a su patética actuación como titular de ese puesto que le ha quedado espantosamente grande.  
Nos gustaría saber cuál es la opinión del Colegio de Contadores Públicos, de tener a un colega con tan garrafales actuaciones y tan poco respeto por la profesión que le permitió acceder al cargo que inmerecidamente ostenta. 

Caribe Mexicano/Septiembre de 2007
@watane1


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