Alea jacta est.-
Por Félix Justiniano Ferráez.-
La
detención y encarcelamiento de Carlos Trigos Perdomo, debiera ser el inicio de
una investigación seria, meticulosa, proba y alejada de intereses,
complicidades y padrinazgos, es decir, debe ser una investigación simple y
llanamente apegada al derecho y al imperio de la ley.
Más
allá de los deseos ciudadanos de ver detenidos a todos aquellos, quienes de una
forma u otra estuvieron involucrados en estos hechos delictivos, lo cierto es
que Carlos Trigos Perdomo no sólo actuó por ambición enfermiza y codicia
personal, si no que tuvo necesariamente la complicidad de sus superiores,
compañeros homólogos y subalternos, unos por complicidad directa y algunos
otros por omisión, contraviniendo la Ley de Responsabilidad de los Servidores
Públicos, porque el hecho de responsabilizar a Trigos Perdomo de una falta como
la de que su declaración patrimonial no coincidiera con su catastro personal
inmobiliario, y no por el saqueo inmisericorde que sufrieron las arcas
municipales, habla de una tibia medida adoptada por autoridades timoratas, que
solo salieron al paso inhabilitando al ex tesorero por el incumplimiento de un
trámite administrativo y no por la figura jurídica de enriquecimiento
inexplicable, que desde los tiempos del Procurador Javier Coello Trejo se
persiguiera como delito tipificado, y que no se les olvide el principio de
supremacía de la leyes.
Lo
cierto es que las autoridades que sucedieron a la administración de Gregorio
Sánchez Martínez en su etapa final, no cumplieron satisfactoriamente el
juramento de guardar y hacer guardar la constitución del país, la del estado y
demás etcéteras porque como ciudadanos solo conocemos de esa sanción
disciplinaria contra el corrupto ex funcionario, que hoy está encarcelado por
una denuncia penal realizada por la Auditoría Superior del Estado y no por la
honorabilidad de un presidente sustituto que en vez de hacer respetar las
leyes, que si invocó para asumir el cargo de titular en la presidencia cuando
le era negado, hizo con las mismas un
ominoso silencio cubierto de impunidad ante la galopante corrupción de sus
antecesores y sus propios subordinados.
Ya
veremos si la actual contralora municipal tiene el talento, la capacidad y el valor
cívico para abrir una investigación por estos hechos, en contra de Jaime
Hernández Zaragoza y Juan Carlos Gálvez Mujica, particularmente porque quien
funge como contralor municipal de
Hernández Zaragoza, debió haber tenido
conocimiento de estos hechos irregulares, por su antigüedad en el cargo y como
parte de sus obligaciones delimitadas en la Ley de los Municipios.
Lo
que es irrefutable es que en dos administraciones perredistas consecutivas,
hemos tenido a 4 funcionarios a cargo de la presidencia municipal y 4
contralores municipales; y en la mayoría de los casos lo que hemos escuchado es
un rosario de excusas y argumentos sosos sin que nadie se atreva a ponerle
nombre y apellidos a los responsables del enorme saqueo municipal, que la mayoría
de los ciudadanos saben quiénes son y excepción hecha de la inhabilitación
exprofeso contra Trigos Perdomo, las denuncias que se han presentado son contra
quienes resulten responsables, como si hubieran sido robos anónimos y no por
funcionarios de carne y hueso que ostentaron cargos específicos desde donde
operaron contra las arcas municipales y en agravio de los cancunenses.
Una
auditoría hecha como Dios manda, si es que la contralora municipal ha tenido la
molestia de leer las normas y procedimientos de auditoría, que como materia de
la carrera de Contaduría Pública se da
en los últimos 3 años de esta licenciatura, pondría de relieve cada una de las
infracciones cometidas a los procedimientos administrativos establecidos, el
monto de los daños perfectamente cuantificados, la definición de las
responsabilidades específicas y la interrelación entre las áreas involucradas
en cada caso, porque las evidencias deben ser suficientes y competentes,
fundamentadas en derecho y las investigaciones exhaustivas y probas apelando a
las técnicas que establece las normas de referencia, es decir denuncias lo que
te consta, lo que puedes acreditar y documentar, acusas a quienes sabes son
indubitablemente responsables, porque si la importancia de la revisión y
pruebas son relativas, entonces el riesgo es probable, dice otra de las normas.
Las
investigaciones mediocres, amañadas o insuficientes, no alcanzan a delimitar
con precisión las conductas delictivas de los servidores públicos y en la mayoría de los casos son sólo serendipias,
para mantener ocupada a la autoridad ministerial, para que ésta termine de
realizar el trabajo que por ley le corresponde a las municipales, todo ello a
fin de proteger sus propios yerros,
desaciertos e irregularidades en su desempeño como funcionarios del erario.
De
manera que es fácil delegarle las responsabilidades del buen curso que sigan
las demandas presentadas a los ministerios públicos, señalando esas pajas con
índice flamígero, pero dejando de ver las vigas propias.
El
tema da para mucha tinta aún, porque el tamaño del daño a los cancunenses es
descomunal y sólo los que han estado en las entrañas del monstruo, saben de la
verdadera dimensión de la descomposición moral y de la infame corrupción
cometida en agravio de este municipio.
Si
bien le va al corrupto ex tesorero, será juzgado por las leyes de carácter
local, porque sus propiedades inmobiliarias descubiertas en New York, Florida
más las locales, así como las cuentas que se informan tiene en los Estados
Unidos de Norte América y algunos otros países, son motivos más que suficientes
para que la actual Subprocuraduría Especializada en
Investigación de Delincuencia Organizada, alias la SEIDO, inicie una serie de
investigaciones para calificar el origen de esos recursos, el pago de los impuestos
federales originados por esos monumentales ingresos, así como el traslado de
dominio que se debió cubrir por todos esos inmuebles millonarios que se
acreditaron como propiedades de un funcionario municipal de segundo nivel, que
en modo alguno puede justificarlos con sus ingresos de empleado municipal.
“Alea
jacta est”, expresó Julio César al cruzar el Rubicón y rebelarse al senado
romano, aquí la suerte se ha echado por parte de una autoridad legislativa,
veremos de que están hechas las otras autoridades a cuyo cargo está la
responsabilidad de destapar la olla de presión y las consecuencias que conlleva
el involucramiento de apellidos conspicuos mismos que Trigos Perdomo sacará a relucir como parte de su
desesperada defensa.
@watane1
Caribe
Mexicano
Diciembre
de 2012.
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