jueves, 19 de septiembre de 2013

El rey Midas v.s. Alí Ba Bá




El rey Midas vs Alí Ba Ba.

Por Félix Justiniano Ferráez

                                                   
Eran los tiempos de la presidencia de Miguel de la Madrid y en una reunión de trabajo en Washington el periodista estadunidense Jack Anderson ganador de un Pulitzer,  publicó una nota haciendo referencia que México era una fábrica de ex presidentes multimillonarios. Esta afirmación irritó las sensibilidades políticas mexicanas y empezaron a rasgarse las vestiduras los miembros del Senado y del Congreso Mexicano, exigiendo al Departamento de Estado Norte Americano que enviase una disculpa al Gobierno de México y que obligaran a desdecirse al periodista en cuestión.

Anderson era en ese momento y lo fue toda su vida, uno de los periodistas mas leídos y respetados de Estados Unidos, por su valiente y bien documentada lucha contra la corrupción  de los políticos, principalmente los de su país, de manera que las autoridades norteamericanas le dijeron a los ingenuos políticos mexicanos, que el Departamento de Estado o el Gobierno Estadunidense sólo podría disculparse oficialmente de las declaraciones realizadas por ellos mismos y que se pudiera acreditar que habían roto el protocolo establecido o afectado de alguna manera las buenas relaciones entre ambos países.

Por lo demás las afirmaciones o artículos suscritos por Jackson Northman Anderson, su verdadero nombre, eran de su exclusiva responsabilidad y tendría que responder ante las leyes norteamericanas en caso de que el Gobierno Mexicano o ciudadano mexicano, se sintiesen difamados o agraviados por los artículos de ese periodista, ya que no era práctica  o costumbre intervenir o presionar a periodistas para que escribieran o dejaran de escribir determinado tema.

En síntesis le estaban diciendo al Senado y al Congreso de México que allí no hay línea del gobierno hacia la prensa y el que se sienta aludido, que demande y los tribunales se harán cargo del asunto. Como debe de ser en cualquier democracia.

Como nota al margen hay que decir que la columna de Anderson se llamaba “Tiovivo de Washington” se publicaba en cerca de mil periódicos estadunidenses y contaba con 45 millones de lectores potenciales por columna publicada. Un verdadero fenómeno del periodismo de investigación.

Está de sobra informar que el Gobierno de México hizo un gracioso mutis al respecto y jamás presentó denuncia alguna en suelo de Norteamérica por este caso, el que si  publicó nuevamente fue Jack Anderson y lo hizo exhibiendo los números de cuenta en bancos suizos de algunos ex presidentes e inclusive las últimas fichas de depósitos por varios millones de dólares realizadas a una cuenta a nombre  de Miguel de La Madrid Hurtado también en Suiza.
Y el gobierno de la Renovación Moral de la Sociedad quedó exhibido como corrupto y cómplice de sus antecesores. Fin de este asunto.

Recientemente un conocido semanario cancunense exhibió públicamente que el Gobierno Municipal es una fábrica de funcionarios millonarios y dueños de propiedades más allá de sus posibilidades económicas reales.
 Inició la vergonzosa pasarela el Tesorero Municipal  Carlos Trigo Perdomo quien de ser un gris empleado bancario de HSBC, pasó a ser un servidor público y propietario de casas en exclusivas zonas residenciales en Playa del Carmen y en Cancún, carros de lujo y una vida sin complicaciones económicas, propiedades que en su conjunto suman una escandalosa suma de decenas de millones de pesos, la última adquisición fue exhibida en Residencial Campestre con un valor cercano al millón de dólares.
 Carlos Trigo por si el lector no lo recuerda siendo aún empleado bancario, le pagó a Carlos Canabal de pésima y corrupta actuación, unos cheques de caja del ayuntamiento que ascendían al millón de pesos, pero que fueron cobrados y pagados en plena administración de otra fichita llamada Francisco Alor Quesada. ¿De a cómo fue el agradecimiento que recibió por este timo a la sociedad cancunense?

Este simple hecho imposibilitaba al señor Trigo a incorporarse al servicio público, pero le funcionó precisamente al revés.

La suerte le cambió en muy poco tiempo y hoy dueño de una nada despreciable fortuna construida en los juegos perversos del poder, el señor Trigo aseguró con dinero sucio el futuro de sus hijos, los educa con dinero mal habido y con ese mismo dinero mal habido los alimenta, van a la escuela  sin saber que su padre es cuestionado y criticado por hechos de dudosa honorabilidad en su desempeño público, interactúan con vecinos, maestros y compañeros de clases, ignorantes de la pobre opinión que se emite de su progenitor.

En la escuela seguramente aprenderán a sancionar actos como los que realiza su padre para elevar su estrato social y a juzgar lapidariamente la corrupción, como la que le ha permitido amansar su criticada y personal fortuna; ¿no le resultará paradójico al señor Trigo exigirle buenas calificaciones y mejor conducta sus hijos, en tanto el camina y se enriquece al margen de la honorabilidad y la honradez?

Realmente el señor Trigo está más solo que encerrado en las cuatro paredes de su oficina, está más sólo que eso, porque no tiene amigos, acaso cómplices y subordinados, que a sus espaldas lo exhiben como corrupto e incompetente. Lo tratan pero no lo aceptan, lo saludan pero lo censuran, lo escuchan pero se mofan, y así pasa los días, más rico y más sólo, mas despreciado por su dinero sucio.
Otro afortunado millonario de esta horneada de corruptos con que nos surtió el gobierno municipal, se llama Daniel Adrián Romero Gómez, esa maquinita de hacer dinero sobre la base de la extorsión y de proferir estupideces sin ton ni son, ignorante y por ende impreparado para la función de servir a su comunidad, este atípico personaje, pasó de ser un vulgar coyote a un nuevo riquillo, de esos que proliferan en la administración del cambio.

Exhibido reiteradamente por la prensa local como vulgar extorsionador, prepotente, corrupto, ignorante y otros señalamientos, el señor Romero ya se ostenta con varias propiedades en exclusivos fraccionamientos de la Ciudad, autos de importación y como nuevo riquillo sus hijos salieron de las escuelas públicas para ser incrustados en el Instituto Cumbres, como si al cambiarlos de escuela, les cambiara el apellido y con ello la vergüenza de ser hijos de quien son.

Insubordinado del tesorero Trigo, estos dos empleados municipales viven despreciándose mutuamente, ambos se acusan de corruptos e intransigentes, los dos chilangos se vituperan recíprocamente y cada uno ve la paja en el ojo del de enfrente, porque son incapaces de ver la viga en el propio.

Están imposibilitados también de entender que cada uno es reflejo de si mismo, que despreciar al de enfrente es censurar sus propios desatinos, escupir sus desacuerdos se reduce a una expectoración frente a su propio espejo, que son uno y lo mismo, tal para la cual, gemelos del alma, corruptos por esencia y los más parecido a lo que la sociedad censura y desprecia, dentro de sus diferencias mutuas están más unidos que nunca.

Lo más triste de toda esta triste situación, es que las autoridades que deben intervenir en ambas situaciones, llámese Cabildo, Presidente Municipal, Síndico, Contralor, no les genera el menor interés por investigar el origen de esas fortunas y la forma de adquisición de esas propiedades, lo decepcionante, una vez más, es que quienes prometieron cumplir y hacer cumplir las leyes que nos rigen, de nueva cuenta le dan la espalda a la sociedad y se convierten en cómplices a modo de este par de desvergonzados corruptos.

Caribe Mexicano/ 2009.
@watane1



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