martes, 17 de septiembre de 2013

Un Padre a toda madre


Un padre a toda madre.



Por: Félix Justiniano Ferráez.  

Para: Arantxa, Alex, Beto y Alfredo.                                    


Por supuesto que hoy escribo en mi calidad de hijo afortunadamente bendecido por un padre como el que mi madre me otorgó.
Me cabe en suerte expresar que si estas decisiones fuesen tomadas por nosotros, o nos tomaran en cuenta para tamañas posesiones, no dudaría en elegir por convicción y por amor al padre que tengo y a los hijos que la vida me obsequió.
“La vida ese paréntesis” escribió Mario Benedetti, pero en el ínterin que tal de circunstancias, emociones, sinsabores, pasiones, satisfacciones etc. por las que atravesamos y que nos van templando para irnos forjando primero como hombres y luego como intento de padres.
Es bueno saber como niño, que duerme cerca de uno, ese ser de leyenda que todo lo sabe, que nos da seguridad, que no le teme a nada, que nos protege y que nunca nos hace sentir solos o desamparados.
Aquel que luego comparte el secreto de las primeras cuitas y se vuelve además de consejero, cómplice y celestina; el que cambia el tono de la voz y pasa de la ternura del amor, al rigor de la exigencia para conocer el resultado de exámenes y responsabilidades.
Ese que nunca deja de preocuparse por ti aunque ya compartas su encendedor, o la navaja de afeitar, te pongas sus camisas y uses sus lociones.
El mismo que le llamaba “papi”, a su propio “papi” cuando ya cargaba 80 años a cuestas y al que nunca dejó de amar y admirar, antes que la vida pasara a cobrar la factura y se lo llevara a donde van todos los papis buenos del mundo y sufrió como niño la pérdida de mi abuelo, ese anciano a quien yo robé sus cuadernos de fantasías, para tímidamente tomar la estafeta y continuar con los versos que al principio eran sólo para el gozo y comentario de ese viejo y numeroso clan al cual orgullosamente pertenezco.
Hoy con casi medio siglo a mis espaldas y él con una ventaja de 25 años pero que de acuerdo a su expresión “ya mero lo alcanzo”; mi padre sigue repartiendo amor y cuidado entre sus hijos y los hijos de éstos; hoy obtiene por amor lo que antes conseguía de sus hijos con rigor. Y por esa mágica transmutación del amor, es más fácil que la generación de relevo lo escuche más a él, que a mí. Sabe valorar las cualidades de cada uno de mis hijos y motivarlos y sufre lo mismo que yo, la ausencia de sangre nuestra, que el egoísmo, la ignorancia y la deslealtad alejó de nuestros afectos y cuidados, sin mencionarme las incontables veces que me previno y me hizo ver lo que yo me negaba a aceptar; sin reprochar, sin maldecir, caballerosamente aguanta conmigo en silencio amando y esperando a su sangre dispersa.
A cambio ve crecer a mi lado a tres jóvenes que tienen en él a un amigo solapador y confiable, que lo mismo le llaman abuelito que: compita, antiguo, viejito o pelusita.
Por la recámara del “antiguo” circula cada noche un nieto diferente por que todos quieren dormir con él y nadie quiere hacerlo conmigo.
Es amigo de mis amigos, ha sabido ganarse el afecto y el respeto de todos ellos y lo mismo disfruta su cercanía con una cerveza que tomando un buen café con ellos; sólo a él puede alcanzarle el tiempo para ser secretaria telefónica de mis hijos, asesor culinario de esa espléndida dama que me honra como esposa y servir la mesa, es médico, enfermero, contador, asesor, confidente, cocinero, banco de crédito (el único que no cobra intereses) árbitro, juez, compañero de coro, lavador de platos, niñero,  etc…
Mi padre es para mis hermanos, mis hijos, mi esposa y yo más que todo lo anterior, más que un vértice de convergencia, más que un punto de referencia que nos remonta a nuestros orígenes, más que un oráculo para toda su descendencia; es por sobre todo…. UNA AMOROSA BENDICIÓN.
Ojala algún día yo pueda pagarle a mis nietos lo que hoy Félix Alonso Justiniano Cu, hace cada día por mis hijos.

¡Muchas Felicidades a todos los padres!


Caribe Mexicano/imprecisa
@watane1

No hay comentarios:

Publicar un comentario