Un tranvía llamado deseo.
Por: Félix
Justiniano Ferráez.
Es la recordada obra del dramaturgo
estadunidense Tennessee Williams, esa fue la impresión que me dejó la multitud
colmenar que asistió a la convocatoria de la marcha a favor de Mario Villanueva
Madrid.
Los
cientos de personas enfundadas en playeras blancas con la leyenda “Mario
estamos contigo” era una fuerza poderosa que se dejaba sentir y escuchar con sus porras, aplausos, vivas y que de
manera inevitable te imbuía de esa sensación solidaria y que hace que uno se
obnubile y deje de ser objetivo en su reflexión, porque ahí estaba el deseo
multiplicado de ciudadanos de todos los estratos sociales con una exigencia común, no permitir la
extradición del ex gobernador y hacerle sentir que aún lo quieren y esperan
verlo en libertad en el corto plazo.
Mario ni duda cabe, sigue siendo un fenómeno
social, mantiene intacta su capacidad de convocatoria, así sea desde el
reclusorio donde actualmente se halla, sigue siendo una fuerza política
importante en el Estado, aun cuando ha estado en reclusión los últimos seis
años, quizá eso mismo le otorgue ahora una aura mítica y la entrega
incondicional de sus paisanos, como les llamó, cuando se entabló una
conferencia telefónica a través de un celular que fue conectado a las enormes
bocinas que dejaban oír su voz con su mensaje, improvisado pero bien
articulado, corto por las características del mismo, pero elocuente y emotivo.
Una vez mas como antaño la voz con sonido
melancólico, se dejaba escuchar en la explanada de la bandera, -gracias,
síganme echando la mano- conmovido por las constantes muestras de apoyo y el
ensordecedor clamor popular, parecía en ocasiones que le podría ganar la
emoción, su voz por segundos parecía quebrársele
y sus innegables dotes de orador, lo volvían a poner a flote, agradeció el
apoyo del gobernador González Canto, manifestó nuevamente su confianza en la
honorabilidad del presidente Calderón, externó su confianza en conseguir su
libertad; con sólo escucharlo uno podía concluir que entre el Mario Villanueva
que se escuchaba y el que habíamos visto en la tele – como lo vieron millones
de mexicanos- ultrajado públicamente,
impotente y desesperado, hay un abismo de diferencia y habla de la capacidad de
recuperación de un personaje singular, de un líder natural, de un destino
suigéneris como Sísifo, el rey griego de Éfira, cuya extraordinaria astucia
hiciera enojar al mandamás del Olimpo, por lo que fue condenado a perder la
vista y arrastrar un enorme peñasco cuesta arriba hasta la cima, sólo para que
volviera a rodar hasta el valle y así indefinidamente.
Esa parece ser la suerte del Ing. Villanueva, ya
que ante cada logro de sus abogados, surge una nueva complicación, el ánimo al
parecer lo tiene intacto, la paciencia parece que también.
Hoy su pueblo le perdonó todo, nadie recuerda,
ni quiere hacerlo, de los malos momentos y abusos que indudablemente tuvo,
nadie se atreve a cuestionar el origen de su fortuna; como a Barrabás la
multitud reunida y erigida en juez lo juzgó y lo perdonó, y eso es lo que
quería saber y oír Mario, lo demás es cosa de las leyes, de la justicia, el verdadero veredicto
lo recibió hoy en la tarde en la explanada, en donde ese tranvía de deseos,
esperan que sea lo suficientemente
poderoso para que el ingeniero Villanueva pueda finalmente estar entre los
suyos. Mientras tanto la batalla legal ha empezado nuevamente.
Caribe
Mexicano/Junio del 2007.
fjf54@hotmail.com
@watane1
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