jueves, 19 de septiembre de 2013

Un tranvía llamado deseo.


Un tranvía llamado deseo.


Por: Félix Justiniano Ferráez.

Es la recordada obra del dramaturgo estadunidense Tennessee Williams, esa fue la impresión que me dejó la multitud colmenar que asistió a la convocatoria de la marcha a favor de Mario Villanueva Madrid.
 Los cientos de personas enfundadas en playeras blancas con la leyenda “Mario estamos contigo” era una fuerza poderosa que se dejaba sentir y escuchar  con sus porras, aplausos, vivas y que de manera inevitable te imbuía de esa sensación solidaria y que hace que uno se obnubile y deje de ser objetivo en su reflexión, porque ahí estaba el deseo multiplicado de ciudadanos de todos los estratos sociales  con una exigencia común, no permitir la extradición del ex gobernador y hacerle sentir que aún lo quieren y esperan verlo en libertad en el corto plazo.
Mario ni duda cabe, sigue siendo un fenómeno social, mantiene intacta su capacidad de convocatoria, así sea desde el reclusorio donde actualmente se halla, sigue siendo una fuerza política importante en el Estado, aun cuando ha estado en reclusión los últimos seis años, quizá eso mismo le otorgue ahora una aura mítica y la entrega incondicional de sus paisanos, como les llamó, cuando se entabló una conferencia telefónica a través de un celular que fue conectado a las enormes bocinas que dejaban oír su voz con su mensaje, improvisado pero bien articulado, corto por las características del mismo, pero elocuente y emotivo.
Una vez mas como antaño la voz con sonido melancólico, se dejaba escuchar en la explanada de la bandera, -gracias, síganme echando la mano- conmovido por las constantes muestras de apoyo y el ensordecedor clamor popular, parecía en ocasiones que le podría ganar la emoción, su voz por segundos parecía  quebrársele y sus innegables dotes de orador, lo volvían a poner a flote, agradeció el apoyo del gobernador González Canto, manifestó nuevamente su confianza en la honorabilidad del presidente Calderón, externó su confianza en conseguir su libertad; con sólo escucharlo uno podía concluir que entre el Mario Villanueva que se escuchaba y el que habíamos visto en la tele – como lo vieron millones de mexicanos-  ultrajado públicamente, impotente y desesperado, hay un abismo de diferencia y habla de la capacidad de recuperación de un personaje singular, de un líder natural, de un destino suigéneris como Sísifo, el rey griego de Éfira, cuya extraordinaria astucia hiciera enojar al mandamás del Olimpo, por lo que fue condenado a perder la vista y arrastrar un enorme peñasco cuesta arriba hasta la cima, sólo para que volviera a rodar hasta el valle y así indefinidamente.
Esa parece ser la suerte del Ing. Villanueva, ya que ante cada logro de sus abogados, surge una nueva complicación, el ánimo al parecer lo tiene intacto, la paciencia parece que también.
Hoy su pueblo le perdonó todo, nadie recuerda, ni quiere hacerlo, de los malos momentos y abusos que indudablemente tuvo, nadie se atreve a cuestionar el origen de su fortuna; como a Barrabás la multitud reunida y erigida en juez lo juzgó y lo perdonó, y eso es lo que quería saber y oír Mario, lo demás es cosa de las  leyes, de la justicia, el verdadero veredicto lo recibió hoy en la tarde en la explanada, en donde ese tranvía de deseos, esperan que sea  lo suficientemente poderoso para que el ingeniero Villanueva pueda finalmente estar entre los suyos. Mientras tanto la batalla legal ha empezado nuevamente.
       Caribe Mexicano/Junio del 2007.                   
 fjf54@hotmail.com

@watane1   


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