miércoles, 18 de septiembre de 2013

Magaly.



Magaly.

                                                                        
Por: Félix Justiniano Ferráez.

Nos conocimos hace algún tiempo, mismo que se retrata en larguísimas jornadas de trabajo en su despacho de la presidencia, eran reuniones exhaustivas pero llenas de armonía, de fraternidad, de discusiones y sobre todo de compromiso por Cancún, cada jueves puntualmente a las 6 de la tarde era la cita, sabíamos cuando empezábamos pero no cuando se terminaría la reunión, ahí se decidía de manera conjunta que acciones habrían de tomarse para los compromisos y necesidades que se llevaban en la agenda de la presidencia.
Rita Solís, Francisco Velasco, Laura Fernández, Mario Castro, Pablo Rivero, Carlos Díaz, Tony Jiménez, Luís López Pallares, Blanca Monroy, Eleazar Martínez, Elizabeth Castro, Enna Rosa Valencia, Manuel Salinas y el que esto escribe, entre otros muchos que participamos, éramos imbuidos y acicateados por Magaly, para que las cosas salieran bien y rápido, con ese estilo sui géneris que todos le conocemos.
Algunas veces tuve que decirle que no a varias de sus instrucciones, pero nunca me sentí preocupado o atemorizado por tener que explicarle mis razonamientos y exponerle los argumentos de la inconveniencia de cumplir al pie de la letra sus deseos, siempre se mostró receptiva y conforme cuando la razón me acompañaba y el sentido común estaba de mi lado, ha sido una de las gentes con quien mejor he podido desempeñarme y supe de viva voz el reconocimiento tácito y expreso de todos sus subordinados cuando tocábamos el tema de ella cuando no estaba presente.
Hicimos bibliotecas, canchas deportivas, escuelas, se pavimentaron un número importante de kilómetros de calles y se iluminaron otras más, se compraron patrullas, recolectores de basuras, vehículos administrativos, computadoras, uniformes,  se adquirió de manera extraordinaria un equipo excepcional para los bomberos, el carro tanque con escalera telescópica, que por aquellos años costó mas de 7 millones de pesos, el equipo especial de salvamento, pipas y camionetas, que con una hábil negociación había conseguido que Petróleos Mexicanos entregara los recursos para ese fin, le dimos en comodato una ambulancia perfectamente equipada a la benemérita Cruz Roja con ese mismo recurso.
Se entregó armamento y municiones, se construyó el comedor para la tropa y se creó el patronato pro hijo del policía
Durante toda su administración cada semana se realizaron las jornadas de salud e higiene en todas las colonias populares, mismas que encabezaba el insustituible Chel Ayuso.
Magaly ha sido quizá la única presidenta que no solicitó préstamos bancarios durante su administración y si por el contrario disminuyó la deuda pública que había recibido de manos del Ingeniero Lara y Lara, quien a su vez la había recepcionado de Carlos Cardín Pérez, mismo que había solicitado ese crédito para las calles de concreto hidráulico que son las únicas que se salvan de los baches hoy día.
Magaly también se destacó porque durante su gestión no enajenó, vendió, subastó u otorgó en dación de pago algún terreno municipal, no dejó deudas con proveedores, dejó dinero en bancos para que se afrontaran sin presiones por lo menos 3 quincenas seguidas de sueldos y una plantilla de personal de sólo 3 mil empleados. En el último tramo de su gestión y ya con el presupuesto federal situado, me instruyó para ejercer sólo la cuarta parte del mismo que era por ética lo que debíamos erogar y así fue como licitamos las últimas 15 patrullas que entregamos justamente el día que concluyó su administración, durante su período no se hicieron actas de excepción a licitación, no hubo ejecuciones sumarias por el narcotráfico, salvo el incidente con los globalifóbicos y algunas denuncias menores de maltrato policiaco  la conducta de la corporación no estuvo denunciada o ligada con el narcomenudeo, ninguno de sus elementos fueron ejecutados por la delincuencia organizada y sus ex jefes policíacos jamás tuvieron amenazas o  sufrieron intentos de ejecución, la transparencia y la pulcritud con que se manejaron los recursos federales donados por petróleos mexicanos, le merecieron un reconocimiento de la paraestatal, y así podría seguir relatando muchos de sus logros como administradora pública en el ayuntamiento. Concluida su gestión muchos de sus colaboradores la seguimos visitando y compartiendo recuerdos y mantenemos intacto el afecto y el respeto que le tenemos, por ello fue muy entristecedora la llamada que me hiciera Tony Jiménez a Chetumal donde me encontraba para informarme del accidente que casi le cuesta la vida y que la tenía postrada y semi inconciente en terapia intensiva en el Galenia, inevitablemente los recuerdos se agolparon y vi pasar muchas de nuestras veladas con su familia en fin de año, en navidad, para su cumpleaños, o sin pretexto pero con el simple gusto de reunirse con sus amigos de siempre, en la bohemia, con las bromas de doble sentido, con las mentadas afectuosas, con su sonrisa franca esa que te ablanda el corazón y te cautiva por el afecto desmedido, con esa mezcla de amor y de orgullo con que se expresa de sus hijas, de su padre ya extinto, de su Chel del alma, su compañero de toda la vida y para toda la vida, de esas muestras cotidianas de amor sublime que les expresa a sus 2 nietos.
Con Magaly he compartido el pan de la amistad y la sal de las lágrimas y me he sentado a su lado lo mismo en la oficina, que en un bar, en una  iglesia, un hospital y desgraciadamente en la funeraria cuando falleciera  su padre y de quien heredó la bonhomía y el romanticismo, la franqueza y la decisión, el amor y la lealtad a los suyos, el arrojo y la entereza con que ha afrontado sus adversidades.
 Me asombró como a todos su reciente metamorfosis, preocupada por su salud realizó la proeza de disminuir su peso a casi la mitad, coqueta como toda mujer aprovechó la oportunidad para arreglarse algunas cositas y agradarle a su marido y que sus hijas se sintieran orgullosas de sus logros.
Por eso y por muchas cosas mas que no alcanzaría a relatar, el zarpazo de la angustia me alcanzó de lleno y me partió a la mitad, cuando cobré conciencia que podría no volver a ver a mi amiga como siempre la había visto, pensé en las secuelas de un golpe de esa naturaleza y sus consecuencias, pensé en el dolor de sus hijas y de su esposo, en la inocencia de sus nietos y en nosotros sus amigos que pasaríamos a la calidad de deudos colectivos de nuestro entrañable personaje, pero Magaly una vez más nos sorprendió, se ha recuperado de manera sorpresiva, su humor está mas filoso que nunca, su agilidad mental continua activa y lo mas importante, preserva sus recuerdos, sus afectos, no se perdió nada de ese espacio íntimo de la mente que llamamos memoria y que nos mantiene en este mundo con conocimiento de causa y en el de los recuerdos a donde nos trasladamos para hallar aquellas alegrías y aquellas gentes que tanta falta nos hacen y que sólo podemos ver y tener en lo etéreo de ese mundo y que nos sirve de eslabón para ensayar el concepto del cielo con los nuestros, los que están y los que han partido, para saber que cada día a partir de esa fecha infausta, es una nueva oportunidad de aquilatar lo que la vida nos otorga con generosidad y aprovecharlo intensamente, para entender como dijera Mario Benedetti que la vida es sólo un paréntesis, que hoy el nuestro ya ha sido abierto y un buen día, cualquiera, se podría cerrar.
Un abrazo gordita, que es otro paréntesis donde cabe la amistad y el cariño de tantos años.                             

 Caribe Mexicano/Enero del 2008.

@watane1  

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