“Chavelita
la del barrio”.-
Por Félix Justiniano Ferráez.-
Con
el sabor del despecho Isabel Arvide Limón escribe en las redes sociales con ira
desbordada, apunta su mercenaria pluma hacia todos aquellos que siente que la
abandonaron, pero astuta como suele ser, evita las menciones ofensivas contra
el gobernador del estado. Redirecciona la lengua y apunta sus epítetos contra objetivos diferentes.
Sus
principales blancos son el General Bibiano Villa, a quien llama asesino, corrupto,
cobarde y otras lindezas; de aquella mancuerna de siameses policiacos arribados
de Coahuila, no queda nada. Ahora prevalece el encono, la ira, el deseo de
venganza, si al árbol se le conoce por los frutos, a la señora Arvide se le
conoce por sus arranques de intemperancia y sus expresiones de arrogancia y un
vocabulario de cantina.
Al
senador González Canto le saca las presuntas propiedades inmobiliarias por el
mundo y amenaza con investigar y denunciar sus actos de corrupción, como si el
millón de ciudadanos quintanarroenses ya hubiéramos olvidado que fue una de sus
cercanas colaboradoras durante su administración y que complacida con las
canonjías al calor y cercanía del poder, desbordaba en loas de agradecimiento
en diferentes rotativos de la plaza, la hemeroteca de los Por Esto da cuenta de
los fraternales efluvios y la grandilocuencia con que trataba a quien la
llenaba de prebendas y le permitía una vida más allá de la honrada medianía que
les exige Juárez, el indio zapoteco que justamente da nombre al municipio más
importante de Quintana Roo.
“No
pierdas tiempo ni gastes dinero en intentar difamarme con tus operadores y los
de Rangel félix.(sic) Tengo las fotos de tus casas y lo sabes” escribe
frenética en sus 140 caracteres de su cuenta de Twitter, ¿por qué hasta hoy? ¿Por
qué justo ahora cuando se queda sin empleo y sin sinecuras reparte amenazas y
advierte con destapar la caja de Pandora de la corrupción y secretos
impronunciables del estado? ¿Por qué hoy se siente impoluta y dueña de los
destinos de la honorabilidad colectiva? ¿De qué plumaje se siente cubierta para
tirar la piedra de la acusación sin que la manche el miasma de las
consecuencias inevitables?
Se ufana de sendos encarcelamientos en
Chihuahua y de la derrota legal sufrida a manos de Sasha Montenegro, como si
eso fuese sinónimo de honorabilidad, rigor periodístico o valor cívico y se
olvida que en México existen plumas de infinita superioridad que jamás han
abrevado de los erarios como ella, ni
han sido carne de presidio, ni se han visto en situaciones similares a la de la
señora Arvide: Manuel Buendía Tellezgirón, Vicente Leñero, Miguel Ángel
Granados Chapa, Denise Dresser, Denise Maerker, Cristina Pacheco, Manú
Dornbierer serían algunas ejemplos de
reconocida solvencia moral periodística.
Quizá su obstinado dualismo de periodista y
funcionaria pública la desubicó, se le olvidó que no se puede ejercer como
parte, si se ha erigido previamente en juez de lo mismo, no se puede ser Catón
y legionaria, y que si vives bajo techo de cristal, no debes tirarle piedras a
tu vecino.
Pero todo ello la tiene sin cuidado,
arrinconada y envalentonada por la desesperación utiliza el vocabulario que le
es connatural y escribe en su cuenta de Twitter: maricón de mierda, víbora la
que te falta entre las piernas, cobarde de mierda, el payaso que se jodió a tu
madre, infeliz de cuarta, bodrio, sabandija, infeliz, etc. e irremediablemente
el inconsciente nos remite a la similitud con el pintoresco personaje de
Paquita la del Barrio en uno de sus floridos temas, y así leemos a la señora
Arvide: 16 veces te renuncié… la primera por chantaje, la segunda por lo mismo…
etc.
De manera que nos resulta muy prístino
entender la fortaleza de sus convicciones, ¿hay necesidad de renunciar 16 veces
para retirarse de un cargo? Evidentemente no, quienes son congruentes entre el
decir y el hacer, requieren de una única oportunidad para hacer lo que la
conciencia le dicta, lo que la razón impone, lo que la vergüenza obliga, lo que
el sentido común aconseja; porque no se negocia con los principios, se puede
ser elásticos en las estrategias, pero nunca con las convicciones.
¿Pero que ignotas razones la llevaban a
tragarse su renuncia esas 16 veces? Algunos me dicen que podría ser el jugoso
contrato de suministro de 3 raciones diarias de comidas a los 1075 reclusos, 55
custodios y 30 policías adscritos a los menesteres de las cárceles municipales,
lo que según se afirma eran un poco más de 4 millones de pesos que facturaba
Javier Arvide Limón, que es bastante más de los doscientos y pico mil pesos que
le atribuye a Román Trejo Maldonado, o cuatro veces más del millón que le
exhibe a Heriberto Millar y más de 8 veces al equivalente de 480 mil pesos al
mes que le adjudica a Lilia Arellano, y de esta forma vemos las dos pesas y las
dos medidas para ver, la paja de la corrupción en el ojo ajeno y no ver la viga
del conflicto de intereses en el propio.
Lástima que no nos puso al tanto de las
sinecuras y propiedades con cargo al erario del estado de su entrevistadora,
otra periodista metida a servidora pública y utilizada por alguien más perversa
que ella.
Pero también podría ser que el embrujo del
poder que representa ser asesora en materia de seguridad pública y las
prerrogativas que ello conlleva, la que la amarró a su provechoso cargo, porque
un ciudadano como usted y como yo, caro lector, no hubiéramos podido quedar
impunes después de provocar un choque en la zona hotelera y acreditando un
estado etílico más allá de lo permitido, como ocurrió con la señora Arvide el
22 de noviembre pasado, tal y como lo consigna la prensa de aquellas fechas.
¿Y que tal la entrevista que se le
formulara en mayo del 2012 en enfoque radio?
Ese día 29 de mayo declaraba lo bien que estaba el estado en lo relativo
a seguridad y la magnífica labor que se desarrollaba en la secretaría de
seguridad pública, cuya titularidad si decirlo de manera expresa recaía en
quien hoy es su acérrimo enemigo.
Justamente esas declaraciones anteriores y
su modus operandi previo, son las razones que invalidan sus denuncias y baños
de pureza y honorabilidad, porque de la abundancia del corazón, habla la boca,
y vaya que la boca de la señora y su florido lenguaje la ha metido en serios
problemas y la ha colocado como la
villana favorita y el pintoresco personaje que hoy parodiamos.
Caribe Mexicano/19 de abril de 2013.
@watane1
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