jueves, 19 de septiembre de 2013

Chavelita la del barrio.



“Chavelita la del barrio”.-


Por Félix Justiniano Ferráez.-

Con el sabor del despecho Isabel Arvide Limón escribe en las redes sociales con ira desbordada, apunta su mercenaria pluma hacia todos aquellos que siente que la abandonaron, pero astuta como suele ser, evita las menciones ofensivas contra el gobernador del estado. Redirecciona la lengua y apunta sus epítetos  contra objetivos diferentes.

Sus principales blancos son el General Bibiano Villa, a quien llama asesino, corrupto, cobarde y otras lindezas; de aquella mancuerna de siameses policiacos arribados de Coahuila, no queda nada. Ahora prevalece el encono, la ira, el deseo de venganza, si al árbol se le conoce por los frutos, a la señora Arvide se le conoce por sus arranques de intemperancia y sus expresiones de arrogancia y un vocabulario de cantina.

Al senador González Canto le saca las presuntas propiedades inmobiliarias por el mundo y amenaza con investigar y denunciar sus actos de corrupción, como si el millón de ciudadanos quintanarroenses ya hubiéramos olvidado que fue una de sus cercanas colaboradoras durante su administración y que complacida con las canonjías al calor y cercanía del poder, desbordaba en loas de agradecimiento en diferentes rotativos de la plaza, la hemeroteca de los Por Esto da cuenta de los fraternales efluvios y la grandilocuencia con que trataba a quien la llenaba de prebendas y le permitía una vida más allá de la honrada medianía que les exige Juárez, el indio zapoteco que justamente da nombre al municipio más importante de Quintana Roo.

No pierdas tiempo ni gastes dinero en intentar difamarme con tus operadores y los de Rangel félix.(sic) Tengo las fotos de tus casas y lo sabes” escribe frenética en sus 140 caracteres de su cuenta de Twitter, ¿por qué hasta hoy? ¿Por qué justo ahora cuando se queda sin empleo y sin sinecuras reparte amenazas y advierte con destapar la caja de Pandora de la corrupción y secretos impronunciables del estado? ¿Por qué hoy se siente impoluta y dueña de los destinos de la honorabilidad colectiva? ¿De qué plumaje se siente cubierta para tirar la piedra de la acusación sin que la manche el miasma de las consecuencias inevitables?

Se ufana de sendos encarcelamientos en Chihuahua y de la derrota legal sufrida a manos de Sasha Montenegro, como si eso fuese sinónimo de honorabilidad, rigor periodístico o valor cívico y se olvida que en México existen plumas de infinita superioridad que jamás han abrevado de los erarios como ella,  ni han sido carne de presidio, ni se han visto en situaciones similares a la de la señora Arvide: Manuel Buendía Tellezgirón, Vicente Leñero, Miguel Ángel Granados Chapa, Denise Dresser, Denise Maerker, Cristina Pacheco, Manú Dornbierer  serían algunas ejemplos de reconocida solvencia moral periodística.

Quizá su obstinado dualismo de periodista y funcionaria pública la desubicó, se le olvidó que no se puede ejercer como parte, si se ha erigido previamente en juez de lo mismo, no se puede ser Catón y legionaria, y que si vives bajo techo de cristal, no debes tirarle piedras a tu vecino.

Pero todo ello la tiene sin cuidado, arrinconada y envalentonada por la desesperación utiliza el vocabulario que le es connatural y escribe en su cuenta de Twitter: maricón de mierda, víbora la que te falta entre las piernas, cobarde de mierda, el payaso que se jodió a tu madre, infeliz de cuarta, bodrio, sabandija, infeliz, etc. e irremediablemente el inconsciente nos remite a la similitud con el pintoresco personaje de Paquita la del Barrio en uno de sus floridos temas, y así leemos a la señora Arvide: 16 veces te renuncié… la primera por chantaje, la segunda por lo mismo… etc.

De manera que nos resulta muy prístino entender la fortaleza de sus convicciones, ¿hay necesidad de renunciar 16 veces para retirarse de un cargo? Evidentemente no, quienes son congruentes entre el decir y el hacer, requieren de una única oportunidad para hacer lo que la conciencia le dicta, lo que la razón impone, lo que la vergüenza obliga, lo que el sentido común aconseja; porque no se negocia con los principios, se puede ser elásticos en las estrategias, pero nunca con las convicciones.

¿Pero que ignotas razones la llevaban a tragarse su renuncia esas 16 veces? Algunos me dicen que podría ser el jugoso contrato de suministro de 3 raciones diarias de comidas a los 1075 reclusos, 55 custodios y 30 policías adscritos a los menesteres de las cárceles municipales, lo que según se afirma eran un poco más de 4 millones de pesos que facturaba Javier Arvide Limón, que es bastante más de los doscientos y pico mil pesos que le atribuye a Román Trejo Maldonado, o cuatro veces más del millón que le exhibe a Heriberto Millar y más de 8 veces al equivalente de 480 mil pesos al mes que le adjudica a Lilia Arellano, y de esta forma vemos las dos pesas y las dos medidas para ver, la paja de la corrupción en el ojo ajeno y no ver la viga del conflicto de intereses en el propio.

 Lástima que no nos puso al tanto de las sinecuras y propiedades con cargo al erario del estado de su entrevistadora, otra periodista metida a servidora pública y utilizada por alguien más perversa que ella.

Pero también podría ser que el embrujo del poder que representa ser asesora en materia de seguridad pública y las prerrogativas que ello conlleva, la que la amarró a su provechoso cargo, porque un ciudadano como usted y como yo, caro lector, no hubiéramos podido quedar impunes después de provocar un choque en la zona hotelera y acreditando un estado etílico más allá de lo permitido, como ocurrió con la señora Arvide el 22 de noviembre pasado, tal y como lo consigna la prensa de aquellas fechas.
¿Y que tal la entrevista que se le formulara en mayo del 2012 en enfoque radio?  Ese día 29 de mayo declaraba lo bien que estaba el estado en lo relativo a seguridad y la magnífica labor que se desarrollaba en la secretaría de seguridad pública, cuya titularidad si decirlo de manera expresa recaía en quien hoy es su acérrimo enemigo.

Justamente esas declaraciones anteriores y su modus operandi previo, son las razones que invalidan sus denuncias y baños de pureza y honorabilidad, porque de la abundancia del corazón, habla la boca, y vaya que la boca de la señora y su florido lenguaje la ha metido en serios problemas y la ha colocado como  la villana favorita y el pintoresco personaje que hoy parodiamos.

Caribe Mexicano/19 de abril de 2013.

@watane1  

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