martes, 17 de septiembre de 2013

Un factótum siniestro.



Un Factótum Siniestro.-

Por Félix Justiniano Ferráez
A los trabajadores municipales
que quincena a quincena se les
escamotea su sueldo.

“No trabajo para el presidente municipal; trabajo para el ayuntamiento” aclaraba Julián Ricalde Magaña a David Romero en su programa Enfoque Radio, producto de la cacareada intentona de clausurar el semanario “Luces del Siglo” propiedad del columnista del Que Quintana Roo se entere, Joaquín Paredes.
Así mismo afirmaba (palabras más, palabras menos) “si soy de izquierda; no por definición, sino por mis actos, para el que quiera juzgarlos”. Don Juliancito Ricalde exhibió con sus argumentos el absoluto desconocimiento de sus obligaciones como empleado y como autoridad, toda vez que se anotó un yerro monumental al manifestar que la acción contra el semanario de referencia, era producto de la falta de pago del impuesto predial, que inclusive se encuentra registrado a nombre de un tercero (omitió el nombre) y que por consideración (sic) a Don Joaquín Paredes se retiraron los sellos de clausura ¡Vaya, Vaya con la yegua baya, que no quiso saltar la valla! ¿Por dónde empezamos?
Sepa usted lic. Ricalde que de acuerdo con una estrategia financiera básica, se debe jerarquizar por su importancia económica, todos aquellos deudores que requieran atención personalizada según cada caso; en vez de ejecutarlo selectivamente, o ¿ya pagaron todos los hoteles, giros negros, etc.? Y que la notificación de cobro de impuestos prediales por parte del ayuntamiento, se realiza a través de la Tesorería Municipal, específicamente por la Dirección de Ingresos en vez de la Dirección Jurídica que usted encabeza; y en caso de que por las razones que fueren, el deudor no pagase, el siguiente paso es la notificación del embargo, la señalización de los bienes sujetos de extracción y el secuestro de los mismos, cuando no se queda el deudor como depositario de los bienes embargados, antes de pretender la clausura, todo lo anterior respetando los derechos de audiencia y demás garantías constitucionales del contribuyente moroso; en vez de fallidos e ilegales intentos de clausuras, además señor lic. “de izquierda”, me permito recordarle una oportuna frase de Montesquieu, que usted como abogado debería tener presente: “como la muerte, la ley no debe exceptuar a nadie.”  Así pues que con todo lo probo y vertical que pudiera ser el señor Paredes, usted debió aplicar el imperio de la ley y utilizar los apremios legales para obtener el pago correspondiente al señor Paredes o a cualquier otro ciudadano y a todos aquellos deudores de contribuciones, que prevalecen como tales en el ayuntamiento. (Nos llama la atención que la orden de clausura se haya expedido, según lo relata el propio señor Paredes, a su nombre y no al del tercero cuyo nombre usted omitió, por razones no aclaradas.)
Afirmar que usted trabaja para el ayuntamiento y no para el presidente municipal, no sólo es torpe, sino desafortunado, porque el ayuntamiento no es una persona que contrate, sino una figura jurídica que representa la autoridad municipal a través de la cual se administran los bienes y recursos municipales; a usted lo contrató el presidente municipal o el “viejo animal” que son sus únicos superiores jerárquicos y curiosamente a quienes les paga, como a usted, el ayuntamiento con los dineros obtenidos de contribuyentes (ilegalmente clausurados o no) por lo que bien mirado, usted debería trabajar para la ciudadanía que es la que le paga los salarios a todo tipo de empleados municipales; como lo he venido refiriendo en artículos anteriores, pero parece ser que nadie me lee, o que ustedes los funcionarios municipales, son lo suficientemente arrogantes y soberbios para no darse cuenta de una verdad por demás evidente y lapidaria.
Ser de izquierda, de derecha, o ambidextro, no significa en todo caso, trabajar y vivir diariamente con la ignominia de pertenecer a una administración como la que encabeza el veterinario García Zalvidea, que ha llevado a la ruina a los empleados municipales, a su sindicato, proveedores, prestadores de servicios y a todo aquel que se deje; sin menoscabo de aquellas Dependencias Públicas que se han tenido que cobrar por la vía de la retención de participaciones federales (las que pueden) o con demandas mercantiles y penales (en los otros casos) para ser resarcidas de sus adeudos; mientras que funcionarios municipales, se han beneficiado escandalosamente gozando de una prosperidad económica, que antes no tenían y que no se justifican con las sinecuras de las que oficialmente viven.
Se imagina usted lector(a) querido al “viejo animal”, Penichito, Paulita, Adriancito, Gerardito, y demás factótums (izquierdistas incluidos) gritando Urbi et Orbi “yo no trabajo para el Chacho”; ¿le alcanza su imaginación para esa fatamorgana?.
Porque ahora resulta, que de dientes para afuera, nadie trabajaría para el Chacho; pero nadie, absolutamente nadie renuncia, ni tiene la decencia para denunciar los hechos abusivos y delictivos consumados en agravio de los trabajadores municipales y su sindicato, o en su defecto, con un mínimo de integridad y ética ciudadana, dar cuenta de sus actos y responsabilidades (por los cuales les pagamos suficientemente bien) ante el cabildo, que es la verdadera autoridad municipal que todos reconocemos, por que ahí están representados los intereses de los que votaron por el presidente, pero también de los que no votamos por él, que somos la verdadera mayoría que cuenta y que vale; si usted señor licenciado Ricalde no trabaja para el presidente municipal como lo afirmó, por el resultado de sus acciones, tampoco lo está haciendo para la sociedad que le paga; y eso lo convierte indudablemente en un oportunista o en un mercenario. Entre mis escasos lectores, ¿habrá alguno que quiera explicarle lo anterior, al honorable licenciado de izquierda?
 

Caribe Mexicano/JULIO 2004

@watane1

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