Leer o no leer; esa es la cuestión.-
Por: Félix Justiniano Ferráez. Para Arantxa Justiniano Carvajal.
Suficiente
tinta ya corrió alrededor del desafortunado incidente del precandidato Enrique
Peña Nieto en la FIL de Guadalajara, no poder ordenar los pensamientos para
citar tres libros que aunque no le hubieran marcado, por lo menos los haya
leído, no es cualquier cosa en una persona que asistió a la Universidad, se
recibió de abogado, gobernó uno de los estados más importantes del país, aspira
a ser el presidente de todos los mexicanos, que ya pasó la cuarta década de
vida y que concurre a la FIL justamente a presentar un libro que presuntamente
escribió, eso, por decir lo menos es inaceptable. No lee, ¿pero
si escribe?
Pero
desafortunadamente ese tipo de yerros ha sido lugar común para un número
significativo de políticos que han exhibido sus desatinos “urbi et orbi”; desde
un ex presidente de la república y ex primeras damas, pasando por senadores,
diputados, gobernadores, asambleístas y una líder sindical VITALICIA; varios de ellos han exhibido su pobreza
cultural y el (des)orden de sus prioridades personales.
México
en su conjunto es desafortunadamente un país cuyos habitantes leemos poco;
recuerdo con nostálgica claridad la columna “RED PRIVADA” de indispensable
lectura para mantener el pulso político, social, cultural y hasta económico del
país y que con toda pulcritud nos regalara el malogrado periodista Manuel
Buendía Tellezgirón, en una de ellas señalaba con datos estadísticos
impresionantes para esas fechas, el universo de ciudadanos que leía al menos un
periódico al día, quienes dos y así sucesivamente y a manera de pirámide se iba
reduciendo ese número de manera alarmante, misma situación que ocurría (en
menor cuantía) con quienes leían por lo menos un libro al año o dos libros,
tres, etc. y el fenómeno se repetía de manera sistemática, llevó su
investigación a las escuelas y descubrió tristemente que los estudiantes de
secundaria recordaban puntualmente aquel slogan del gansito Marinela, es decir
todos los educandos sabían quién era el autor de la palabra dicha en tono
meloso “RECUÉRDAME” pero eran incapaces de decir quiénes eran los autores de
frases como: “los valientes no asesinan” “las armas mexicanas se han cubierto
de gloria” “si tuviéramos parque ustedes no estarían aquí” etc.
Triste
e ilustrativo el ejercicio y lapidaria la realidad educativa del país desde
aquellas fechas.
Lamentablemente
observamos que informes tras informes nos inundan con cifras millonarias
invertidas en educación y los logros académicos obtenidos derivados de esas
cuantiosas sumas, pero la cruda realidad
como resultado final es que de manera sistemática siempre se quedan alumnos sin aulas y el nivel
educativo de nuestros estudiantes no se incrementa, por el contrario va a la
baja, inversamente proporcional al incremento de la fortuna personal de Elba
Esther Gordillo.
Si
tocáramos el tema petrolero; ¿qué autoridad medianamente responsable, eficiente
e inteligente, puede aceptar como legal la incalculable fortuna del líder
sindical Carlos Romero Deschamps?
Volviendo al tema de las inversiones
públicas, este mismo fenómeno se observa en el tema de la seguridad pública, no
hay presidente de la república, gobernador o presidente municipal que no se
vanaglorie de lo mucho que se invirtió en ese tema y miren como estamos en
ambas áreas.
La
realidad le abofetea el rostro al país de 120 millones de mexicanos, una
inseguridad que raya en tragedia y un bajo nivel educativo en prácticamente
todos los niveles escolares.
Paradójicamente
en ninguno de los precandidatos se ve un proyecto de país perfectamente
delineado con planteamientos y alternativas reales que solucionen los añejos
problemas que nos agobian; el país y un buen número de sus estados y municipios
arrastran deudas públicas asfixiantes productos de ineptitudes, corrupciones, impunidades
y contubernios, indistintamente del símbolo ideológico de sus gobernantes.
Tenemos
un Congreso de la Unión que se niega a reducir su obesidad plurinominal por la
conveniencia partidaria, en vez acatar el mandato popular que no quiere más
sujetos como Gerardo Fernández Noroña, Jorge Kahwagi, Jorge Emilio González, y
demás lastres parlamentarios inútiles y costosos que no aportan más que
vergüenzas a la labor legislativa.
Estados
Unidos con más de 300 millones de habitantes tiene un congreso de solo 250
legisladores y nosotros con 120 millones tenemos 500 de ellos.
Es
ese mismo Congreso que niega las candidaturas ciudadanas aunque sea un derecho
individual consagrado en la constitución
a votar y ser votado, que maneja el fuero como una coraza de impunidad,
más que un privilegio ético por el servicio a sus conciudadanos y por ende a la
patria, que se niega a nominar a tres consejeros para el Instituto Federal
Electoral, que no aprueba la revocación del mandato, el referéndum, el plebiscito,
la reelección en algunos cargos, etc.
Pertenecemos
a un país donde los líderes sindicales pueden ser vitaliciamente corruptos,
estúpidamente millonarios cuyas fortunas no podrían justificar trabajando
durante 100 vidas longevas, ineficientes, inauditables y sobre todo mantenerse
absurdamente impunes.
Un
país donde los partidos políticos son franquicias familiares para expoliar el
erario federal a vista y paciencia de todos nosotros.
Un
país donde los integrantes del poder judicial no son insaculados por la
sociedad que les paga.
Un
país donde los Procuradores, Contralores y Ministerios son designados por voluntad
del gobernante en turno.
Podría
escribir varias hojas escribiendo las deficiencias del sistema político de mi
país, pero me salgo del punto; un pueblo con educación de calidad no se
lamenta, exige sus derechos, no se corrompe, denuncia y señala a los servidores
incompetentes y corruptos y exige simplemente la aplicación de la ley, en vez
de las consabidas frases de “caiga quien caiga” “aplicaremos todo el peso,
(rigor, imperio), de la ley”
No se puede desligar el progreso colectivo, de
la educación de los pueblos, del conocimiento y la sabiduría, que primeramente
se comunicó por tradición oral, y más adelante a través de los libros que eran
usufructuados por una élite exclusiva; si bien es cierto que la experiencia se
adquiere a través del ensayo del error y a través del tiempo, también lo es,
que la sabiduría emana del conocimiento transcrito en las innumerables hojas
contenidas en el instrumento fundamental del progreso que llamamos LIBROS.
En
algún lugar leí que gracias al alemán Johannes Gutenberg la humanidad cambio
para progresar en sólo 50 años, lo que generaciones anteriores se tardaron en
lograr en un milenio; y eso evidentemente fue posible gracias entre otras
cosas, a la impresión masiva de los libros, gracias a ellos hoy día un joven
estudiante mexicano tiene acceso a los principios filosóficos que hace más de
dos mil años le legaron los griegos a la humanidad, de la misma manera que
Copérnico y Galileo sentaron las bases para las investigaciones astrofísicas
que nos dejara Stephen Hawking.
No
podemos soslayar que los países con mejor niveles de vida, son justamente
aquellos con el más elevado índice de educación, en Europa es particularmente
significativo el caso de Finlandia, un país
de lapones con casi 5 millones y medio de habitantes con elevados
índices de salud, económico, laboral, deportivo, todo ello derivado de su
enorme calidad educativa; para más señas Finlandia estuvo dominada por los
suecos alrededor de 800 años y le fue impuesto por añadidura el idioma de sus
conquistadores, eso hoy ha permitido que su población sea políglota por
antonomasia donde cualquier ciudadano común y corriente habla por lo menos 3
idiomas (sueco, inglés y suomi) y si nos fijáramos en los estudiantes
universitarios muchos de ellos hablan por lo menos dos idiomas adicionales; con
Finlandia, su gente y su sistema educativo guardo una enorme deuda de gratitud,
acogió a uno de mis hijos como estudiante y le permitió abrevar de sus
costumbres e idiomas dándole un giro de enorme provecho a mi muchacho,
probablemente José Alberto sea el único quintanarroense que habla y escribe con
fluidez el suomi o finés, que es como se le denomina a la única lengua no
indoeuropea aceptada como idioma oficial en la comunidad europea, en contra
parte, Beto un joven chetumaleño dejó el nombre del Instituto Cumbres de
Chetumal y de México con reconocida
solvencia educativa en ese recóndito país europeo.
Por
ello me niego a aceptar que en mi país no se puede mejorar las cosas, que
estamos trágicamente destinados a no progresar, que el éxito de la educación es
exclusividad de la gente económicamente
poderosa, que la impunidad seguirá prevaleciendo entre la clase política, que
carecemos de líderes con la estatura adecuada para el tamaño del reto que
significa encabezar y dirigir a este magnífico país.
Finalizo expresando que me niego a caer en la
trampa de la vanidad, para enlistar los libros que me han marcado, o que he
leído con particular placer e interés, a diferencia de todos aquellos que de
inmediato se sumaron al desfile exhibicionista de egos, escogiendo con todo
cuidado y tiempo de sobra sus estudiadas respuestas.
Por el contrario, reconozco que tengo en mi
acervo personal un número importante de libros en espera de ser escuchados, y
otros más que esperan repetirme sus consejos y enseñanzas, que son más los
libros que me aguardan impacientes en casa, que aquellos que me dejaron la
gratificante satisfacción de su contenido.
Curiosamente
gracias a esos libros supe entre otras cosas que, José López Portillo estudió
leyes en la UNAM y se doctoró en Derecho, que
era un hombre instruido de vasta
cultura y casi nos desbarranca; que Fidel Castro se graduó de abogado en la
Universidad de la Habana y se doctoró en
Derecho Civil, que es famoso por ser un lector voraz y consuetudinario lo que
le ha permitido tener un enorme acervo cultural, pero le heredó a su hermano
Raúl un país arruinado; que Luiz Inacio Lula Da Silva es sólo un obrero
metalúrgico que elevó sustantivamente la
calidad de vida de los brasileros y puso al Brasil en el concierto
internacional de las naciones progresistas.
Caribe
Mexicano. Dic. Del 2011
@watane1
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