El transporte
público de Cancún.-
Por: Félix Justiniano Ferráez.
El
servicio de transporte público es una de las facultades otorgadas por el 115
constitucional a los municipios del país, entre otras atribuciones.
Por
ello todo el ruido estentóreo que el presidente municipal, el Lic. Ricalde
Magaña realiza de manera formal a través de sus herramientas oficiales, llámense entrevistas a modo en Radio Ayunta-miento
vía su inefable entrevistadora la señorita Karla Romero, que confunde el género
periodístico de la entrevista, con la abyección del servilismo rampante, no es
más que una triste exhibición de sus posibilidades y alcances reales como
cabeza de un gobierno, ahora que la ciudadanía, que se decidió en las urnas
hace un año y medio por el actual presidente municipal, lo cuestiona airadamente por el arbitrario
incremento de las tarifas al servicio de transporte público, por las empresas TURICUN
y AUTOCAR.
Transformado
en un quejoso espectador, en vez de autoridad que vele por el bienestar
colectivo de sus gobernados, el alcalde
cancunense reparte su responsabilidad y señala con lamentos plañideros al
gobierno del estado y a oscuras fuerzas malignas empecinadas en cuestionar al magnífico
gobierno (según él) que encabeza, como los responsables del infortunio que atraviesa
por medroso y carente de visión responsable del sutil arte de ejercer la
potestad de un gobierno.
De
tal suerte que el gobierno que empezó con promesas de castigar a los
responsables del brutal saqueo y
endeudamiento público que sufrió el ayuntamiento en la administración próxima
pasada, donde curiosamente él fue un elemento destacado del gabinete saliente,
no solo no ha ejercido los actos de autoridad sobre esas conductas delictivas
que continúan impunes, si no que sus obligaciones a favor de los ciudadanos que
confiaron en él, tampoco se realizan en beneficio de esa sociedad esperanzada; si como dice el Lic. Ricalde Magaña el cabildo
presidido por él no ha autorizado tales incrementos a las abusivas
concesionarias del transporte, la pregunta salta de manera natural, ¿por qué
están circulando y cobraron las tarifas que ellos mismos determinaron sin la
autorización expresa de la autoridad
correspondiente?
El
presidente municipal tuvo siempre a la mano una serie de recursos legales para
terminar tajantemente con los abusos de los capos del transporte.
Pudo
detener las unidades, como lo realizó con otras que con propaganda de un
rotativo local, cuestionaba la honorabilidad de su actuación como servidor
público, el presidente motu proprio se colocaba en el lugar de aquellos Césares
que mataban al mensajero por ser el portador de una mala noticia y le resultaba
más sencillo detener las unidades, que
realizar los actos legales contra ese periódico que señalaba sus actos al
margen de la ley.
Todos
nos preguntamos, ¿por qué en vez de detener los camiones que portaban esa
publicidad, no demandó al propietario del tabloide? ¿Será que pensaba que con
detener las unidades, se ocultaba con el dedo de lo atrabiliario, el sol de las
verdades irrefutables?
También
pudo echar mano de la requisa de los camiones y establecer de inmediato los
mecanismos para colocarle los choferes necesarios y paliar los bolsillos de las
clases más necesitadas, que lamentablemente son los más, toda vez que su
condición de licenciado en derecho le permite conocer los límites de sus
facultades y atribuciones como titular del ejecutivo municipal y el marco legal
que las sostiene.
Pero
en vez de todo ello se dedicó a criticar las alternativas que desde el gobierno
del estado se realizaron para llegar a acuerdos urgentes que terminaran con los
abusos relatados.
Preocupado
por el desenlace de su administración, que ha tenido de todo, menos éxito
político, se refugió en la cabina de radio ayunta-miento, donde exhibió que la
estatura de presidente lo rebasó, ya que no es lo mismo cuestionar y debatir
como presidente de un partido, que como presidente de los cancunenses y
mantener la cordura, el buen juicio y la categoría que un puesto de esa
naturaleza demanda, por lo que se calzó los guantes de box y se fajó de igual a
igual con Pedro Flota Alcocer, que a decir de muchos se llevó la mejor parte.
Quizá
por ello continúo posteriormente atacando desde la comodidad y el confort de la
cabina de radio ayunta-miento y sin quien lo cuestionara, para dirigir sus
baterías al plantón que en el Km 0 un grupo de manifestantes se aglutinaban en
esa zona y dificultaba el libre tránsito hacia la zona hotelera,
responsabilizando a sus adversarios políticos y apoyado por la reducida
capacidad de análisis y de creatividad de su entrevistadora, que como mozo de espadas
le servía de alfombra para denostar los programas sociales establecidos por el
gobierno del estado, de tal suerte que la locutora Karla Romero se mofaba al
alimón con el presidente del programa Basura por Alimentos y señalaban que
esclavizaban a los pobres con una “despensita”
Lo
cierto es que este programa ha sacado toneladas de basura de las calles y
hogares de las colonia populares de Cancún, que un servicio eficiente de
recolección de basura, que es otra de las obligaciones del ayuntamiento, no
hubiera dejado que tuviera el éxito que ha alcanzado este programa social.
Expresar
desde el micrófono que el gobernador del estado es un perverso, sin presentar
las pruebas de sus dichos, nos habla del nivel de desesperación que atraviesa
el edil de Cancún y lo reducido de sus argumentaciones.
¿Si
a la entrevistadora Karla Romero le incomodan la entrega de despensitas como
ella las llama, no le incomodarán también la falta de denuncias contra los
responsables del saqueo municipal, o la falta de licitaciones en la
construcción de las calles de cemento hidráulico y la mayoría de las
adquisiciones, o el crecimiento desmedido de las nuevas propiedades del
alcalde, o la denuncia no realizada contra Pedro Salinas que cobró millones de
pesos por obras que no realizó y que soporto con fianzas falsificadas, siendo
el propio Julián Ricalde el secretario municipal de obras públicas en aquellas
fechas, o el negociazo del alcoholímetro donde se corre el riesgo de ser
abusado sexualmente en las instalaciones del Torito, o las violaciones a
menores por parte de elementos en activo de seguridad pública municipal, o que
Jesús Aiza Kaluf sea el titular de la seguridad pública en el municipio, con
denuncias penales en su contra de todo tipo en Veracruz y que haya sido nombrado
violando las leyes del municipio por no
cumplir con el requisito de residencia entre otros?
Señalar
la “despensita” en el ojo ajeno y no ver la corrupción galopante en el propio,
nos dice de que están hechas las autoridades municipales y sus corifeos, porque
olímpicamente ignoran el proselitismo adelantado con despensas que María Eugenia Córdova como ex oficial
mayor del ayuntamiento realizaba a manos
llenas y con cargo al erario municipal, tampoco se ve la preocupación de
detener a todos los autobuses que
circulan sin placas, a exceso de velocidad y estacionándose donde se les da la
gana, de las empresas que hoy día son motivo de estas reflexiones, porque hoy
están más preocupados en los resultados que arrojan las “despensitas”, que en
la labor de gobernar a una sociedad harta ya de escuchar quejas y lamentos de
una autoridad empeñada en gobernar con la lengua y no con hechos específicos que demuestren el compromiso a que
están obligados, por amor a Cancún y por el sueldo que se les paga.
Caribe
Mexicano/abril de 2013
@watane1
No hay comentarios:
Publicar un comentario