Francotiradores
telefónicos.
Por
Félix Justiniano Ferráez
El
patético espectáculo de la presidencia municipal itinerante de Cancún y sus
escurridizos corifeos, ha sido desplazado en la ciudad de Chetumal de su
protagonismo mediático, donde ocupaba el vergonzoso primer lugar, en virtud de
una nueva calamidad.
La
sociedad chetumaleña que goza de fama de trabajadora, solidaria y tranquila, se
ha visto a últimas fechas brutalmente sacudida, por esa cobarde agresión que
son las amenazas telefónicas, de gentes ajenas a nuestro estado, que amparados
en la impunidad que les otorga el anonimato, se dedican a extorsionar a gente
nuestra y de bien.
Esforzados
empresarios y profesionistas, que gracias a su trabajo cotidiano e incansable,
han logrado alcanzar los satisfactores anhelados para sus familias, lo cual
parece ser no sólo un pecado, sino que los ubica como blanco en el campo de
tiro de estos malandrines; sufren esta plaga.
La
temporada de caza ha sido inaugurada en Chetumal, y el modus operandi asusta
por lo simple y por lo descarnado de la propuesta; te llaman para informarte
que han sido contratados para secuestrar a cualquiera de tus familiares, que ya
han hecho las investigaciones para ubicarte y que en un acto de “bondad,” porque
les caíste bien, han decidido perdonarte y no van a actuar, nada más que como
ya incurrieron en gastos, sólo necesitan el reembolso de los mismos y una
gratificación que por lo general oscila en su conjunto, en cantidades que van
de los 50 a
los 200 mil pesos.
Tuve
la oportunidad de escuchar 3 grabaciones diferentes, que fueron puestas a mi
disposición por uno de los afectados; un amigo mío, que atemorizado hasta la
médula y arrinconado hasta la desesperación, buscaba mi consejo, sabedor de mi
paso como Director de Seguridad Pública en Cancún.
El
contenido de dichas cintas que obran en mi poder, son escalofriantes,
deshumanizadas y estúpidamente humillantes; no solicitan, “exigen” “su dinero”,
porque no quieren “proceder” contra ti, te “advierten” que sus “colaboradores”
son un equipo altamente preparado, que sólo están esperando las instrucciones
para destruir y dañar tu vida.
Te
hacen el enorme favor de explicarte, que la vida y la integridad de tu familia,
no tienen precio (afortunadamente ellos si) que si tienes la osadía de rebelarte
o esconder a tu “pinche gente”, finalmente te tienen ubicado de cualquier
manera a ti (dan señas de tu empresa y tu domicilio) y nada les va a dar mas
gusto que capturarte, torturarte y pegarte un par de tiros en la cabeza, sin
pensar en lo que vayan a realizar como venganza a tus familiares, en tu propio
sepelio.
Con
una aire de perdona vidas te apremian para que en 30 minutos (que tu negocias
se conviertan en 2 horas) vayas a una sucursal de ELEKTRA y hagas un depósito
en la modalidad de Dinero Express, a un nombre que nada tiene que ver, con el
nombre con el cual se identifica tu agresor, y que la transferencia se realice
por tus instrucciones a la ciudad de México.
Con
puntualidad Inglesa, vuelven a llamarte y con improperios impublicables, te
hacen notar que un próximo retraso, los pondría muy encabronados y te aseguran
que tú no los conoces en esa faceta (sólo en la de un extorsionador cobarde y
sin escrúpulos).
No
alcanzan a comprender que reunir tales cantidades de dinero, de un momento a
otro, lleva tiempo; el suficiente para pensar que si accedes, les estas
abriendo la puerta para que mañana vuelvan a hacerte víctima de sus exigencias.
A
estos sicarios les guste o no, Chetumal es un pueblo hermanado en donde cada
uno de los afectados, sabe de la extorsión al otro conciudadano; que valientes
hasta la temeridad, han rechazado cada uno de ellos con sus propios argumentos,
las infames exigencias.
Que
en cada caso quienes deben estar enterados ya tienen conocimiento de estas
operaciones, que ya ocurren aquí y que son similares en otros estados, para lo
cual ya existe una coordinación para exterminar esta clase de gavilla.
Hoy
mi amigo y otros más, reaccionaron con valor e inteligencia; ni accedieron a la
sucia propuesta, ni se quedaron de brazos cruzados.
Lamentablemente
un grupo de jóvenes chetumaleños debieron ser retirados puntual y oportunamente
de sus colegios y trasladados a lugares seguros fuera del estado; hoy las
vacaciones dejaron de ser un proyecto largamente acariciado, para convertirse
en aislamiento, impotencia y tristeza.
Desafortunadamente,
pretender seguirle la pista a un depósito realizado en las tiendas ELEKTRA y en
una ciudad como México es prácticamente imposible; sabemos por el tono de voz,
que son del centro del país, que están en una ciudad de enorme tráfico
vehicular, por los claxonazos y el sonido colmenar que tienen las grandes
urbes, que hablan de un teléfono celular y que esta vez no lograron su
objetivo.
Por
lo pronto, si le llaman del teléfono 5519610165, le sugiero no conteste.
Caribe
Mexicano/Junio del 2004
@watane1
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