miércoles, 18 de septiembre de 2013

Jean Francoise y Carlos Jesús.


Jean Françoise y Carlos Jesús.

Por Félix Justiniano Ferráez

Para Marcela y Lourdes,
Sus orgullosas madres.



 Son dos apuestos jóvenes que hoy concluyen el bachillerato para orgullo y satisfacción de sus padres y de algún agregado familiar como el de esta columna; comparto con Mankañá y Santiago mis compadres del alma, que en un descuido mío dejaron de serlo para convertirse en hermanos de adopción; la íntima satisfacción de ver que sus muchachos están hechos a imagen y semejanza de ellos.

Jean Francois es esa mezcla poco común por acá, de sangre africana (senegalesa para mas señas) y mexicana; ha heredado lo mejor de sus padres: Honorabilidad, Disciplina, Amor y Respeto a sus orígenes y el Conocimiento pleno de que el progreso personal, el confort y todos los satisfactores, sólo pueden lograrse a base de esfuerzo propio y honrado y siempre dentro de normas éticas y morales.

Lo conozco desde que nació, pues hace 25 años que sus padres Marcela y Jean me han honrado con su amistad; compartió con mi hijo José Alfredo el kinder, la primaria, la secundaria y un año de preparatoria en el Instituto Cumbres; supe de sus esfuerzos, enfermedades, tropezones, bautizo, primera comunión, cumpleaños, festivales escolares, mudanza de dientes y todas esas experiencias que nos van llenando el corazón de recuerdos; hasta la esperada llegada de las hormonas que lo llevaron a su 1.80 de estatura, a la primera novia, y a todas esas fantasías que sólo los jóvenes pueden entender; porque los “pasado de moda” que solemos ser algunos padres nos hace ver intransigentes e intransitables.

A Carlitos lo conocí a través de la familia Manel Aguilar en múltiples reuniones familiares en sus antiguos domicilios, y lo recuerdo enfundado en su traje de béisbol de “pollo brujo” cuando andaba por la primaria y siempre educado, servicial y generoso con todo el mundo, ha de ser porque lleva sangre de Chihuahua y Sinaloa que es la que circula por sus padres. También vi con cariño solidario todos sus logros y sus avances y como fue despojándose de su actitud de niño para convertirse en el joven responsable y estudioso que es hoy.

Jean y Carlangas han sabido valorar y corresponder al esfuerzo, amor, responsabilidad y confianza que de manera ilimitada sus padres le otorgaron; esos dos hombres de bien, el siempre caballeroso y solidario Santiago Aguirre y el funcionario incansable y probo que es Jean Baptiste y dos estupendas señoras, Doña Marcela y Doña Lourdes, panteras a la hora de cuidar y proteger a sus cachorros.

Hoy concluye una fase para ellos, pero inicia la más importante y decisiva de sus vidas, escoger y dedicarse a una carrera universitaria, pero sobre todo concluirla para sumarse a una sociedad como la nuestra, tan urgida de profesionistas aptos y honorables.

Quintana Roo; lo mismo que todo el país, necesita gente de bien que ayude al cambio que tímidamente se está dando, el mundo estaría mejor si sus líderes y gobernantes alguna vez fuesen capaces de aceptar sus errores y entender que su mesianismo a lo único que conduce es al caos y al desgobierno.

 Este planeta está harto de gentes como Sadam, pero también como Bush y Sharon, porque por cada uno de ellos hay millones de Osama Bin Laden y otros tantos Yaser Arafat pero un solo Karol Woytila para toda la humanidad.

La crisis mundial no es sólo económica, es fundamentalmente de valores, por ello mismo, es grato y satisfactorio ver a este par de jóvenes enfundarse su traje de bachilleres para enfrentarse a la vida universitaria.

Espero a la vuelta de unos cuantos años verlos vencedores, convertidos en profesionistas, tomar al mundo con sus manos y sumarse con dignidad y tesón, con pasión y amor, con respeto y dedicación a las causa que abracen, con la misma devoción que lo vienen haciendo sus padres desde que los conozco.

¡Enhorabuena y mil felicidades!

Caribe Mexicano/Junio del 2004

@watane1

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