La hipocresía de la
pérfida Albión.-
Por: Félix Justiniano Ferráez.-
Para:
Jossely y Arantxa Justiniano
Julián
Assange el famoso presidente de
WikiLeaks está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, donde obtuvo el
asilo diplomático autorizado por Rafael Correa, aún así, enfrenta una potencial detención de
las fuerzas británicas quienes con su olímpica y flemática hipocresía amenazan
con entrar por la fuerza a ese enclave ecuatoriano y detenerlo para
extraditarlo a Suecia, donde es acusado de presuntas agresiones sexuales de dos
mujeres afiliadas al Partido Pirata Sueco.
El
argumento que justificaría la violación al derecho internacional por la cacatúa
británica es literalmente que…la inmunidad diplomática no debe ser usada para
dar refugio a presuntos delincuentes.
La
vieja y anquilosada sociedad británica, súbditos de una monarquía zángana,
improductiva, obsoleta y anacrónica, intentan justificar su proceder con
argumentos pueriles, ya que bien pueden pasarle la responsabilidad a Ecuador,
manifestándole a los suecos que le requieran la presencia del acusado a Don
Rafael Correa, ya que el Señor Assange está oficialmente en territorio
ecuatoriano y ellos en función del derecho internacional están moral y
oficialmente impedidos para proceder contra Don Julián, pero amenazan con
echarles montón y sacarlo por la fuerza para mandárselos a los vikingos.
Esta historia tiene muchos “asegunes”, y todos
están relacionados directamente con la filtración de documentos que desnudaron
manejos poco ortodoxos de las políticas de las grandes, medianas y pequeñas
potencias: Suecia, Inglaterra, México, Francia, USA, entre otros, y fue así
como nos enteramos de lo sucio que estaba la ropa sucia de esas naciones.
Esta
es una manera clara e inobjetable de que Suecia y el Reino Unido le cobren las
indiscreciones cometidas por el presidente de WikiLeaks, porque ninguna de las
dos naciones lo acusan de las propias filtraciones de documentos oficiales que
los exhibió de muy fea manera, pero le aplican el procedimiento que tan buenos
resultados arrojó con el affaire del Fondo Monetario internacional con Dominique
Strauss-Kahn, aunque luego la ofendida desmintiera sus acusaciones.
Por
ello Londres le enseña el músculo a Ecuador y lo amenaza bravuconamente con que
va a entrar a la embajada violando su soberanía, y una pregunta se nos hace
necesaria y lógica, ¿si el señor Assange estuviese asilado en una embajada con
el peso político, económico y bélico como Francia, Rusia, USA, Israel, China,
etc. la pérfida Albión se conduciría con la misma arrogancia?
Es
claro, injustificable e inmoral el abuso que está por cometerse contra la
soberanía de Ecuador, como clara estuvo la conducta de cómplice gansteril por
la gran Bretaña que le permitió impunidad sin inmunidad diplomática al paria de
Augusto Pinochet, el genocida Chileno que estaba siendo juzgado por la historia
y por el pueblo Chileno y estando en suelo británico y sin asilo de ninguna
nación, porque todas se negaban a proporcionárselo por los crímenes de lesa
humanidad, el impoluto, honorable e ínclito “imperio” lo resguardó y protegió
en una residencia ubicada en el más selecto barrio londinense; ni la Reina
Elizabeth II, ni las cámaras de los Lores y la de los Comunes convertidas en
Parlamento parecieron importarles los miles de torturados, mujeres violadas,
menores recién nacidos arrancados de sus madres que los parieron en las
prisiones militares y que eran dados en adopciones injustas e inhumanas entre
familias de militares impedidas para engendrar hijos por si mismas, los miles
de ejecutados sumariamente en los estadios deportivos, los incontables desaparecidos (drogados hasta la
inconsciencia pero vivos y arrojados al mar desde los aviones de las fuerzas
armadas chilenas en los llamados vuelos de la muerte) el crimen de Salvador
Allende en el Palacio de la Moneda y aún mas, la ejecución del embajador
Orlando Letelier ocurrido en el mismísimo corazón político estadunidense,
Washington, esos si eran motivos más que sobrados para mandar a Pinochet a
enfrentar la justicia por los crímenes cometidos, pero lo consintió, lo protegió
y le permitió la salida por su propio pié y en su propio avión para mantenerse
como un vergonzoso tránsfuga perverso y ramplón, trashumante temeroso e impune,
saltimbanqui cobarde y pusilánime.
Toda
aquella sangrienta época quedó oportuna y perfectamente consignada en los documentos filmográficos de
Miguel Littin y en las narraciones de García Márquez relativas a la
clandestinidad del propio Littin en Chile, pero nada de ello pareció conmover o
importarles a los británicos, muy preocupados e indignados, por las presuntas
agresiones sexuales de Julián Assange a dos mujeres suecas.
Lo
que no nos dicen es que esta conducta alcahueta e inmoral era una retribución
por: los servicios de espionaje militar chileno en favor de los ingleses,
permitir el uso de sus instalaciones militares en secreto y el uso de su
espacio aéreo para combatir a los argentinos en la guerra de las Malvinas, a
quienes los británicos llaman Falklands.
Si
alguien quiere conocer la imparcialidad, equidad y honorabilidad británica,
solo hay que preguntárselos a los ciudadanos irlandeses a los escoceses, o a los del País de Gales, quienes llevan años
intentando su independencia del imperio británico sin conseguirlo; curiosamente
es todo ese territorio al que se conoce oficialmente y de manera internacional
como el indivisible Reino Unido, pero que taimadamente la arcaica monarquía lo
divide a su conveniencia en cuatro para participar con otras tantas
oportunidades en los campeonatos mundiales de futbol, ya que cada uno de esos
integrantes participan como países independientes en estas competencias
mundialistas, así les da atole con el dedo a todos ellos. ¿Así o más hipócrita
la pérfida Albión?
Caribe
Mexicano/agosto del 2012
@watane1
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