GMI. Carlos
Torre Repetto.
Por:
Félix Justiniano Ferráez
Para: La XIII
Generación de Contadores Públicos de la UADY.
Era
mi época de estudiante de Contaduría Pública, la cual alcancé a realizar en el
antiguo casco de la Universidad de Yucatán que se ubica en el cruzamiento de
las calles 57 x 60.
Mi
querida Alma Mater todavía no obtenía su autonomía de cátedra y en el segundo
nivel nos concentrábamos en 10 salones,
5 generaciones de futuros contadores públicos, ahí sobre los pasillos
estaban cualquier cantidad de mesas de ping pong, para el esparcimiento de
nosotros y para celebrar algunos torneos inter-salones; pero el lugar más visitado después de los
propios salones de clases, era el Salón de Ajedrez de la Facultad de Comercio y
Administración, ubicado al costado derecho subiendo por las escaleras de acceso
de lado de la librería, ahí bajaban del tercer nivel del edificio central, estudiantes de
Leyes y de la Licenciatura en Matemáticas, que en ese piso se ubicaban y que
carecían de un sala de ajedrez, la razón era muy simple, casi a diario por las
mañanas llegaba enfundado de traje y corbata y sus enormes gafas a jugar con nosotros, pero sobre todo, a
exhibir a sus más de 75 años, --estoy hablando de la época de 1973, 74, 75--,
su genialidad sobre los 64 cuadros que integran el tablero de ajedrez.
Don
Carlos llegaba con un cigarrillo en la boca y su eterna sonrisa de hombre
bueno, de anciano, de genio aún; daba los buenos días y a coro todos le
contestábamos: Buenos días Maestro; ¿contra
quienes voy a jugar esta vez?, preguntaba, para ese momento 10 de nosotros ya
nos habíamos puesto de acuerdo para definir a quienes les tocarían disputarles
las simultáneas al genial yucateco. Las 10 mesas estaban listas y todos
sentados salíamos a Blancas. Los demás se replegaban y mantenían riguroso
silencio, entonces el Maestro saludaba de mano a los 10 contrincantes, nos
regalaba una sonrisa y empezaba su recorrido por cada uno de los 10 tableros,
los primeros 3 movimientos eran a velocidad de vértigo, posteriormente al irse
desarrollando la partida se iba deteniendo apenas unos segundos más en cada
tablero, su mirada volvía a recobrar el brillo de su juventud y sonriendo como
siempre hacia su siguiente jugada, eventualmente levantaba la mirada y le decía
al de enfrente, no has movido aún te doy una vuelta de plazo, significaba que
como practicaba ajedrez del más alto
nivel tenía registrado mentalmente el desarrollo de cada partida y la
estrategia en cada una, por lo tanto sabía de memoria la colocación de las
piezas y notaba la falta de movimiento en cualquier tablero; él tenía como dije
más de 75 años por entonces y una
memoria prodigiosa, nosotros andábamos por la segunda década de vida, en mi
caso personal ni siquiera llegaba a los 20 años, y el maestro uno a uno nos iba
derrotando hasta acabar con todos, el mérito nuestro era ver a quien “mataba”
de último.
Era
muy rara la vez que decidía jugar contra uno solo, generalmente lo hacía contra
Carlos Manzur Simón a quien le profesaba
especial atención, un compañero de mi salón que por aquellos años era el
campeón estatal de ajedrez y un finísimo jugador que había refrendado varias
veces su título, personalmente supe de la destreza y la combatividad de Carlitos Manzur sobre el tablero, una promesa yucateca del deporte ciencia dado
su extraordinario potencial, que por alguna razón no alcanzó los niveles que se esperaban de él.
Al
concluir aquellos tete a tete que tenía con Carlos Manzur, el Maestro
reacomodaba las fichas hacia jugadas anteriores, poniendo el tablero justo en
el momento donde Carlos se había equivocado y explicaba con toda paciencia y
caballerosidad como si fuera el abuelo de todos nosotros, los errores de
estrategia y las fallas en las movidas y las posibles variantes para propiciar
las tablas. ¿Ganarle?... Ni pensarlo.
También
disfrutaba mucho relatar sus grandes jugadas de juventud y recrearlas en el
tablero, por nuestra parte le llevábamos las anotaciones de partidas celebres
que obteníamos en diferentes libros y nos daba las explicaciones de rigor junto
con su opinión. Era nuestra forma de socializar con ese mito, con la leyenda
viviente que era ese extraordinario anciano, fallecido un 19 de marzo de 1978 a
la edad de 82 años y que justo en este mes se cumplen 31 años de su
desaparición física.
Carlos
Torre Repetto se retiró prematuramente del ajedrez de competencia y de torneos
internacionales a la edad de 21 años a consecuencia de un
padecimiento del sistema nervioso, edad en la que la mayoría de los Grandes
Maestros inician su etapa de plenitud y por ende de mayores logros, por ello
mismo no existe medio de referencia eficaz para compararlo con muchos otros
genios del ajedrez actual; aunque entrando en el terreno de las especulaciones
los observadores y especialistas del tema en su época, lo veían como futuro
campeón del mundo.
Lamentablemente
no lo fue, sin embargo el Maestro Torre se enfrentó a lo más granado de su
época y a las figuras más reconocidas, a campeones y ex campeones del mundo
obteniendo magníficos resultados, baste señalar que en ese período las figuras
más destacadas eran el alemán Emanuel Lasker ex campeón del mundo a quien
venció, desde una posición de desventaja
obligó a tablas al campeón del mundo de ese momento el cubano
José Raúl Capablanca y venció al ruso Alexander Alekhine que a la
postre sería campeón mundial.
Soy
el menos indicado para calificar profesionalmente el talento del Gran Maestro
Internacional, título que un año antes
de su muerte le entregara la FIDE, pero
son innegables sus méritos en su efímera y brillante trayectoria. Mérida en
justo reconocimiento de este mexicano ejemplar instituyó el torneo anual
“Carlos Torre Repetto in memoriam”
Desde
entonces no ha surgido otro jugador en todo el país que lleve el ajedrez
nacional a las alturas y al brillo mundial que le diera Don Carlos Torre
Repetto; atesorados en mi memoria quedarán aquellos días de partidas simultáneas
salpicadas de genialidad, enseñanzas y sonrisas afables del mejor ajedrecista
mexicano de todos los tiempos.
fjf54@hotmail.com
Marzo del 2009
Caribe Mexicano
@watane1
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