jueves, 19 de septiembre de 2013

2008.-


2008.-

Por Félix Justiniano Ferráez.-  
              
  Para Aleysi Santos Usher


Un año clave para comprender mejor la génesis de los últimos 5 años de administración pública perredista, es el del 2008, justo el arranque del complicado y variopinto período del ingeniero Gregorio Sánchez Martínez; personaje que sin experiencia política previa, asumía como titular del ejecutivo municipal del municipio más importante de Quintana Roo.

El triunfo en buena medida ocurre por la desastrosa y corrupta administración de su antecesor, cuyos desatinos y excesos le siguen pesando por estas fechas a su propio partido.

Embriagado de la victoria por el competido triunfo, el ingeniero Sánchez Martínez se deja seducir por el canto de las sirenas y sólo escucha a su ego, que jugando el papel de Grimhilde (la madrastra de Blanca Nieves) le preguntaba una amplia red de corifeos y tartufos, en su papel del espejo…¿quién es el mejor presidente?  Y la respuesta del coro del cotolengo de lambiscones no se hacía esperar, abyecta, sumisa, genuflexa, para seguir obteniendo como rémoras municipales, las heces del presupuesto que les arrojaba desde la arrogancia su líder indiscutible y la permisibilidad para extorsionar a los contribuyentes del municipio.

 Esto entre otras lindezas y ocurrencias serían los eventos corresponsables de su debacle política antes de terminar su período; basten algunos nombres de tristísimos recuerdos para el municipio de Benito Juárez: Daniel Romero, Carlos Trigos Perdomo, Eukid Castañón, Juan Carlos Gálvez, Antonio Sánchez, Francisco Velazco, Marco Antonio Mejía, Jesús Mora, Carlos Cortés, Lenin Zenteno y el actual presidente municipal Julián Ricalde. En este grupo por lo menos cuatro de ellos estuvieron detenidos por diversas imputaciones delictivas, algunos ya en libertad y otros más purgando condenas a la fecha.
Improvisados y codiciosos, desde el inicio rompieron las reglas de orden legal y financiero y exhibieron sin recato ni pudor sus limitaciones relativas al manejo de los recursos del erario municipal.

De manera que tan solo en ese primer año de arranque, se asignaron diversas adquisiciones, obras y servicios en forma directa sin la licitación correspondiente, alcanzando en ese primer año la escandalosa suma de casi 70 millones de pesos asignados irregularmente.

La tajada del león de estas dolosas erogaciones se las llevan actividades relacionadas directamente con la Secretaría Municipal de Obras y Servicios Públicos, a cuyo cargo estaba el Lic. Julián Ricalde Magaña, y destacan  las siguientes:
1.    renta de maquinaria por 19 millones de pesos.
2.     reparaciones automotrices 12.5 millones.
3.     y diversas obras de las que tan solo CONSTRUPECSA  se embolsó 8 millones de pesos.
4.     
En solos esos tres rubros salieron por la libre 40 millones de pesos sin cubrir los requisitos de ley y los cuidados mínimos de orden administrativo.  ¿Qué le impedía al  secretario municipal del ramo, el Lic. Ricalde Magaña,  al contralor, al síndico, al tesorero, a los regidores, expresar con sentido común que era mucho mejor inversión comprar maquinaria por 19 millones, que pagar esa enorme suma en arrendamiento por maquinaria ajena? Supongo que tanto usted como yo apreciado lector, entiende las razones y los intereses alrededor de estas maniobras al margen de la ley.

CONSTRUPECSA  empresa constructora de Pedro Salinas, amigo personal de Gregorio Sánchez, quienes se saludaban como compadres, es el ejemplo clásico de compadrazgo, ineficiencia, corrupción e impunidad, porque no solo recibió recursos indiscriminadamente en el 2008 y 2009, si no que no ejecutó las obras cobradas y las garantizó entregando fianzas falsificadas.
¿Qué papel desempeñaba el licenciado en derecho Julián Ricalde en su papel de Secretario de Obras y Servicios Públicos con estas situaciones suigéneris, si por educación universitaria y experiencia como servidor público tenía perfectamente claro las consecuencias de esos actos?

Estas consideraciones son una mínima parte de la cadena de complicidades y entuertos que se forjaron, entre un presidente municipal en funciones y quien le sucedería en el cargo.

Porque consciente de la fragilidad de esos valores entendidos, o la mutua desconfianza entre bribones, fue lo que llevó al Ing. Sánchez  Martínez en el momento que contendía por la gubernatura del estado, y teniendo como adversarios políticos  a Roberto Borge Angulo y Alicia Ricalde Magaña, a exigirle a Julián Ricalde que se definiera políticamente en ese momento crucial, y de manera sumisa por innecesaria, Julián Ricalde declaró públicamente que para su hermana Alicia solo su amor filial, pero para Gregorio sus votos y su lealtad. Allí quedaron plasmadas en los periódicos de aquellas fechas, las declaraciones que daban cuenta de la capacidad de perversidad de ambos personajes.

Porque el concepto de la lealtad para Julián Ricalde, pasaba por despotricar contra su otrora mentor e impulsor político, llamándolo cabecilla de la banda que había saqueado a las arcas municipales, y adicionalmente responsabilizándolo de la desaparición de los 229 millones de pesos que ingresaron posterior  a la salida de Gregorio Sánchez de la presidencia municipal.
Esa misma lealtad que solo opera cuando conviene para no investigar, hoy que debe hacerlo, los enormes desvíos de recursos que durante 2008 y 2009 fueron a parar a cuentas personales de la gavilla que integraron el gabinete de aquella funesta época, donde el propio Julián era un elemento destacado.

Por eso mismo llaman a risa las declaraciones de la Contralora Municipal Reina Arceo Rosado, desviando la atención ciudadana a dos años de usurpar el cargo que inmerecidamente le asignaron por incompetente, cuando a 22 meses después de protestar el cargo, permanecen en la impunidad todos estos hechos denunciados por diversos rotativos locales.
Porque para evitar  realizarse el Hara Kiri político, eluden esos tiempos comprometedores, y concentran las baterías en los 229 millones de pesos del crédito, donde el muy leal Julián Ricalde quiere involucrar a Gregorio Sánchez Martínez como pago a su apoyo para catapultarlo a la presidencia municipal.

Y por supuesto que existen responsables en el manejo fraudulento del crédito autorizado, pero no es Gregorio Sánchez el culpable, quizá se haya beneficiado de esos recursos, pero desde la posición de quienes lo sucedieron y continuaron con el saqueo inmisericorde a los contribuyentes.
Ubicar a esas gentes que tienen nombres y apellidos, no es solo cuestión de talento investigativo y capacidades intelectuales, es sobre todo cuestión de valor civil para demandarlos penalmente por corruptos y tal parece que es lo que le falta al actual presidente municipal para decidirse a dar ese paso tan cacareado por la señora Reina Arceo.

Lamentablemente para ellos, la ley de los municipios los obliga a proceder para definir las responsabilidades y proceder a las denuncias respectivas, la omisión de estas obligaciones en modo alguno los exime de sus propias responsabilidades y particularmente del juicio ciudadano.
Finalmente y para acreditar que todo son simulaciones desde la fingida preocupación de los actuales funcionarios, invitamos a la Contralora Municipal que investigue  a  Emanuel Burgos Ruiz contribuyente persona física, quien con una empresa denominada Talent Soft Inc. S.A. de C.V. y que evidentemente tiene que ver con lo relacionado con equipos de cómputos y los hardware respectivos, facturó más de 12 millones de pesos al municipio solo en reparaciones de  camiones recolectores de basura, y otros 10 millones de pesos en reconstrucción de  10 camiones recolectores de basura, cuando Julián Ricalde su jefe, y actual presidente municipal, se desempeñaba como el secretario municipal de obras públicas de Gregorio Sánchez y era quien armaba y autorizaba todas estas facturaciones.

Caribe Mexicano
Febrero del 2013.

@watane1  

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