2008.-
Por Félix
Justiniano Ferráez.-
Para Aleysi Santos Usher
Un
año clave para comprender mejor la génesis de los últimos 5 años de
administración pública perredista, es el del 2008, justo el arranque del
complicado y variopinto período del ingeniero Gregorio Sánchez Martínez;
personaje que sin experiencia política previa, asumía como titular del
ejecutivo municipal del municipio más importante de Quintana Roo.
El
triunfo en buena medida ocurre por la desastrosa y corrupta administración de
su antecesor, cuyos desatinos y excesos le siguen pesando por estas fechas a su
propio partido.
Embriagado
de la victoria por el competido triunfo, el ingeniero Sánchez Martínez se deja
seducir por el canto de las sirenas y sólo escucha a su ego, que jugando el
papel de Grimhilde (la madrastra de Blanca Nieves) le preguntaba una amplia red
de corifeos y tartufos, en su papel del espejo…¿quién es el mejor presidente? Y la respuesta del coro del cotolengo de
lambiscones no se hacía esperar, abyecta, sumisa, genuflexa, para seguir
obteniendo como rémoras municipales, las heces del presupuesto que les arrojaba
desde la arrogancia su líder indiscutible y la permisibilidad para extorsionar
a los contribuyentes del municipio.
Esto entre otras lindezas y ocurrencias serían
los eventos corresponsables de su debacle política antes de terminar su
período; basten algunos nombres de tristísimos recuerdos para el municipio de
Benito Juárez: Daniel Romero, Carlos Trigos Perdomo, Eukid Castañón, Juan
Carlos Gálvez, Antonio Sánchez, Francisco Velazco, Marco Antonio Mejía, Jesús
Mora, Carlos Cortés, Lenin Zenteno y el actual presidente municipal Julián
Ricalde. En este grupo por lo menos cuatro de ellos estuvieron detenidos por
diversas imputaciones delictivas, algunos ya en libertad y otros más purgando
condenas a la fecha.
Improvisados
y codiciosos, desde el inicio rompieron las reglas de orden legal y financiero
y exhibieron sin recato ni pudor sus limitaciones relativas al manejo de los
recursos del erario municipal.
De
manera que tan solo en ese primer año de arranque, se asignaron diversas
adquisiciones, obras y servicios en forma directa sin la licitación
correspondiente, alcanzando en ese primer año la escandalosa suma de casi 70
millones de pesos asignados irregularmente.
La
tajada del león de estas dolosas erogaciones se las llevan actividades relacionadas
directamente con la Secretaría Municipal de Obras y Servicios Públicos, a cuyo
cargo estaba el Lic. Julián Ricalde Magaña, y destacan las siguientes:
1.
renta de maquinaria
por 19 millones de pesos.
2.
reparaciones automotrices 12.5 millones.
3.
y diversas obras de las que tan solo
CONSTRUPECSA se embolsó 8 millones de
pesos.
4.
En
solos esos tres rubros salieron por la libre 40 millones de pesos sin cubrir
los requisitos de ley y los cuidados mínimos de orden administrativo. ¿Qué le impedía al secretario municipal del ramo, el Lic.
Ricalde Magaña, al contralor, al
síndico, al tesorero, a los regidores, expresar con sentido común que era mucho
mejor inversión comprar maquinaria por 19 millones, que pagar esa enorme suma
en arrendamiento por maquinaria ajena? Supongo que tanto usted como yo
apreciado lector, entiende las razones y los intereses alrededor de estas
maniobras al margen de la ley.
CONSTRUPECSA empresa constructora de Pedro Salinas, amigo
personal de Gregorio Sánchez, quienes se saludaban como compadres, es el
ejemplo clásico de compadrazgo, ineficiencia, corrupción e impunidad, porque no
solo recibió recursos indiscriminadamente en el 2008 y 2009, si no que no
ejecutó las obras cobradas y las garantizó entregando fianzas falsificadas.
¿Qué
papel desempeñaba el licenciado en derecho Julián Ricalde en su papel de
Secretario de Obras y Servicios Públicos con estas situaciones suigéneris, si
por educación universitaria y experiencia como servidor público tenía
perfectamente claro las consecuencias de esos actos?
Estas
consideraciones son una mínima parte de la cadena de complicidades y entuertos
que se forjaron, entre un presidente municipal en funciones y quien le
sucedería en el cargo.
Porque
consciente de la fragilidad de esos valores entendidos, o la mutua desconfianza
entre bribones, fue lo que llevó al Ing. Sánchez Martínez en el momento que contendía por la
gubernatura del estado, y teniendo como adversarios políticos a Roberto Borge Angulo y Alicia Ricalde
Magaña, a exigirle a Julián Ricalde que se definiera políticamente en ese
momento crucial, y de manera sumisa por innecesaria, Julián Ricalde declaró
públicamente que para su hermana Alicia solo su amor filial, pero para Gregorio
sus votos y su lealtad. Allí quedaron plasmadas en los periódicos de aquellas
fechas, las declaraciones que daban cuenta de la capacidad de perversidad de
ambos personajes.
Porque
el concepto de la lealtad para Julián Ricalde, pasaba por despotricar contra su
otrora mentor e impulsor político, llamándolo cabecilla de la banda que había
saqueado a las arcas municipales, y adicionalmente responsabilizándolo de la
desaparición de los 229 millones de pesos que ingresaron posterior a la salida de Gregorio Sánchez de la
presidencia municipal.
Esa
misma lealtad que solo opera cuando conviene para no investigar, hoy que debe
hacerlo, los enormes desvíos de recursos que durante 2008 y 2009 fueron a parar
a cuentas personales de la gavilla que integraron el gabinete de aquella
funesta época, donde el propio Julián era un elemento destacado.
Por
eso mismo llaman a risa las declaraciones de la Contralora Municipal Reina
Arceo Rosado, desviando la atención ciudadana a dos años de usurpar el cargo
que inmerecidamente le asignaron por incompetente, cuando a 22 meses después de
protestar el cargo, permanecen en la impunidad todos estos hechos denunciados
por diversos rotativos locales.
Porque
para evitar realizarse el Hara Kiri
político, eluden esos tiempos comprometedores, y concentran las baterías en los
229 millones de pesos del crédito, donde el muy leal Julián Ricalde quiere
involucrar a Gregorio Sánchez Martínez como pago a su apoyo para catapultarlo a
la presidencia municipal.
Y
por supuesto que existen responsables en el manejo fraudulento del crédito
autorizado, pero no es Gregorio Sánchez el culpable, quizá se haya beneficiado
de esos recursos, pero desde la posición de quienes lo sucedieron y continuaron
con el saqueo inmisericorde a los contribuyentes.
Ubicar
a esas gentes que tienen nombres y apellidos, no es solo cuestión de talento
investigativo y capacidades intelectuales, es sobre todo cuestión de valor
civil para demandarlos penalmente por corruptos y tal parece que es lo que le
falta al actual presidente municipal para decidirse a dar ese paso tan
cacareado por la señora Reina Arceo.
Lamentablemente
para ellos, la ley de los municipios los obliga a proceder para definir las
responsabilidades y proceder a las denuncias respectivas, la omisión de estas
obligaciones en modo alguno los exime de sus propias responsabilidades y
particularmente del juicio ciudadano.
Finalmente
y para acreditar que todo son simulaciones desde la fingida preocupación de los
actuales funcionarios, invitamos a la Contralora Municipal que investigue a
Emanuel Burgos Ruiz contribuyente persona física, quien con una empresa
denominada Talent Soft Inc. S.A. de C.V. y que evidentemente tiene que ver con
lo relacionado con equipos de cómputos y los hardware respectivos, facturó más
de 12 millones de pesos al municipio solo en reparaciones de camiones recolectores de basura, y otros 10
millones de pesos en reconstrucción de
10 camiones recolectores de basura, cuando Julián Ricalde su jefe, y
actual presidente municipal, se desempeñaba como el secretario municipal de
obras públicas de Gregorio Sánchez y era quien armaba y autorizaba todas estas
facturaciones.
Caribe
Mexicano
Febrero
del 2013.
@watane1
No hay comentarios:
Publicar un comentario