CARLOS FUENTES MACIAS.
Por:
Félix Justiniano Ferráez
“Olvídese de los votos Presidente,
pierda Florida y gánese la gloria.” con esta frase premonitoria se refería Carlos
Fuentes a William Jefferson Clinton cuadragésimo segundo presidente estadunidense, reunidos en la casa
de descanso en Martha’s Vineyard del
escritor y premio Pulitzer William
Styron; con esto cerraba esa parte del intercambio de ideas, argumentos y
sugerencias, que ofrecía para persuadir
al Presidente Clinton de que no se celebrara la Cumbre de las Américas del
94 en Miami, donde finalmente se realizó y paradójicamente
fue el enclave que favoreció a la
familia Bush para que se iniciara ese tortuoso camino que terminó con la
pérdida de la presidencia para los demócratas;
después de los 8 años económicamente exitosos de Clinton, que le entregaba a sus conciudadanos una balanza internacional
de más de 600 mil millones de dólares de superávit; que coincidentemente fuera la base para que
su intemperante sucesor desplegara su plan bélico que hoy tiene postrada la
economía norteamericana con un déficit de 700 mil millones de dólares en otros
8 años pero de administración republicana.
En esta misma reunión otra gloria de la literatura latinoamericana,
Gabriel García Márquez se sumaba a la causa a favor de celebrar esa cumbre en New Orleans o los Ángeles ciudades con
muchos más méritos históricos para ser sedes de tan trascendente evento.
Tres
escritores de renombre internacional no lograron disuadir al Presidente Clinton
en aquella histórica cena, de una
decisión que a juicio de esos tres gigantes literarios, era tomada desde una
perspectiva política —para captar el voto latino de la Florida— más que para
dimensionar históricamente el valor real esa cumbre. El resultado final ya lo
conocemos todos.
El
presidente Clinton, hábil como todo buen político, llevó la plática al tema
literario y expresó que su libro de cabecera era “100 años de Soledad”, el cual
había leído varias veces y del que el inefable Borges en algún momento de su
vida expresó que se necesitaban otros 100 años para leerlo. Ese mismo mítico
libro que en entregas parciales capítulo por capítulo le era remitido a Paris
al Maestro Carlos Fuentes como borrador
para que los leyera y opinara al respecto; algo que el propio maestro relata en
su participación para conmemorar los 40 años de la publicación de esa novela
espectacular, refiere como al terminar de leerla corrió a informarle al gran
cronopio Julio Cortázar de la belleza y trascendencia de ese libro que se
convertiría a la postre en ícono de la literatura latinoamericana y mundial.
Allí en ese mismo lugar el novelista mexicano declaraba que su libro de cabecera era:
“Absalón, Absalón” de William Faulkner, en tanto el Gabo expresaba su
predilección por “Luz de Agosto” del propio Faulkner, premio Nobel de
Literatura 1949.
El
mérito indiscutible de Carlos Fuentes había sido que a la llegada del Gabo a la
ciudad de México, fue precisamente la persona del gran novelista mexicano quien
generoso y comprometido con otro hombre de letras como él, presentó a las
personalidades de la literatura en el ambiente mexicano, al maestro Colombiano,
y le facilitó en mucho su supervivencia hace mas de 40 años en la ciudad de México, fue Carlos Fuentes cariñosamente
apodado por el Gabo como “Fontacho” precisamente el responsable de presentarle
al propio Gabo a José Miguel García Ascot y a su esposa María Luisa Elío
refugiados españoles a quienes finalmente el Gabo les dedica su novela “100
años de Soledad”
En
su libro: “Contra Bush” Carlos Fuentes habla con toda claridad de las
consecuencias mundiales que tendría ese desatino y de la ruina económica a la
que llevaría mantener esa obstinada decisión a los Estados Unidos y de la gran
estupidez que sería desperdiciar el espectacular superávit entregado por la
presidencia de Clinton, en un acto tan ruin como una guerra sin sentido, recrimina valientemente la actitud asumida por
el gobierno estadunidense contra Francia, por
negarse a ser aliado de las tropas norteamericanas y las pueriles
decisiones de dejar de llamar “papas a la francesa” a las papas fritas servidas
en infinidad de comidas gringas, para llamarles “papas patriotas” así como la
absurda medida de incrementar los aranceles a los vinos franceses para que
dejaran de ser consumidos por el pueblo estadounidense, uno de los principales
consumidores del mundo y en desagravio
de Francia y su pueblo y como ejemplo de su amplísima cultura y de su enorme
conocimiento de la historia mundial, el gran novelista mexicano trae a la
memoria del pueblo norteamericano, la enorme participación del ejército Francés
en la guerra de independencia de los USA contra la Gran Bretaña y hace una
reseña magnífica de cómo 5 batallones de infantería y artillería francesa al
mando del Conde de Rochambeau llegan por Rhode Island para sumarse hasta
Virginia a las fuerzas al mando del Marqués de Lafayette, hecho histórico que
dio origen a aquella inolvidable frase “Lafayette ya estamos aquí” otro insigne voluntario francés que participó de
manera decidida en la derrota definitiva de Cornwallis el 17 de octubre de 1781
y en la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica; recordándoles de
que no puede concebirse la independencia del país del norte sin la valerosa y
decidida participación de las tropas francesas, algo que muy fácilmente olvidó
el presidente Bush.
Hombre
internacionalista de las letras, trotamundos de la cultura, mexicano universal,
nace en Panamá de padres mexicanos
diplomáticos de oficio y realiza sus estudios de primaria, secundaría y preparatoria
en diversos países como Chile, Argentina, Brasil, USA, etc. lo que le permite una
visión diferente de la vida, la educación, la cultura, etc. y le otorga esa
mirada y entendimiento universal que siempre le ha acompañado; inicia sus estudios universitarios en Derecho
a sugerencia de Alfonso Reyes y continúa estudiando en Ginebra, Paris, USA,
aumentando su privilegiado acervo cultural.
Imparte
cátedra en: Harvard, Princeton, Columbia y Pennsylvania entre otras prestigiosas universidades norteamericanas, su
obra cultural incluye más de 50 obras,
en todos los géneros literarios posibles: novelas, ensayos, cuentos, guiones cinematográficos y
una novela autobiográfica. –Diana o la cazadora Solitaria—
Su
destacada trayectoria literaria y el conjunto de su obra le ha permitido ser
acreedor a todo género de reconocimientos y premios, destacando el Rómulo
Gallegos de Venezuela por su novela “Terra Nostra”, “Premio Biblioteca Breve”
en 1967, “Premio Internacional Alfonso
Reyes” en 1979, “Premio Nacional de Literatura en México” en 1984, el “Premio
CERVANTES” en 1987, “Premio Literario del Club Nacional de las Artes de New
York” en 1988, “Premio Internacional Menéndez Pelayo” en 1992, recibió asimismo
las “Insignias de Oficial de la Legión de Honor de Francia” en 1992, “Premio Príncipe de Asturias de las Letras” en
1994, “Título de Comendador de la Orden Nacional del Mérito en Francia” en
1997, “Premio Real Academia Española” en 2004, “Premio Florentino Galileo 2000”
en 2005, Medalla de Oro del Círculo de
las Bellas Artes de Madrid, Medalla “Belisario Domínguez”, Premio a la
Latinidad de las Academias de las Letras de Francia y Brasil y una larga muy
larga lista de reconocimientos, doctorados honoris causa y galardones
literarios que implican la unanimidad del reconocimiento al pensamiento
universal de este mexicano de excepción, a quien hoy el Pueblo Quintanarroense
y su Universidad le brindan un justo reconocimiento. Esperemos que a diferencia
de Borges, a este extraordinario hombre de letras no le sea negado el máximo
galardón literario al que aspira con muchísimos e indiscutibles merecimientos.
Caribe Mexicano/febrero del 2009
@watane1
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