jueves, 19 de septiembre de 2013

Deja Vu.




Deja Vu.



Adonde van los muertos, Señor adonde van…  Amado Nervo.

Por Félix Justiniano Ferráez.

Para: Santiago Aguirre Luna.   In Memoriam
               
  
Extraño su recio apretón de mano al saludarnos, su sonrisa franca, su afecto cercano y cálido, su presencia obligada en los eventos importantes familiares y el trato cotidiano.

Extraño esa certeza que tenía que al marcar su teléfono me encontraría con el sonido inconfundible de su voz, de su saludo cordial y su inevitable invitación para el café o el cebichito, como le decía a las reuniones con los amigos cercanos; vamos por una botana al Teranga compadre solía decirme; ahora sus amigos vamos y buscamos quedar al amparo de su mirada en las fotos que fraternalmente Mankañá ha ido acomodando en el muro de la amistad, que fue creado ex profeso por su partida y donde en lo etéreo de ese mundo de las impresiones fotográficas, continuamos juntos perpetuando el momento fraterno y ajenos al futuro que nos aguardaba con sus inclementes exigencias.

Reiteradamente está en las pláticas entre nosotros con aquellos recuerdos recurrentes que de repente como deja vou, aparecen para hacernos creer  que por un fugaz instante de pirotecnia sentimental, volveremos a vernos y a continuar con las mismas actividades venciendo la inescrutabilidad del destino como si nada hubiese cambiado.

Van dos años que en mi cumpleaños su llamada no llega, su broma cariñosa no me hace mella, su actitud bonachona no la disfruto, hoy para platicar las cosas que antes tocábamos voy a su actual morada; esa casita que Jean Baptiste con notable esmero le construyó y en donde todos los que lo seguimos queriendo, tenemos algo que ver en su arreglo, allá estamos en navidad, el día de muertos, el día del padre y en su doble aniversario que es hoy, 25 de julio.

Contemplo su foto, se agolpan los recuerdos, oro y reflexiono pero persisten mis dudas e interrogantes a dos años de distancia.  
Santiago Aguirre Luna sigue ahí, de donde no podrá irse nunca, no en ese espacio físico amorosamente cuidado por Lourdes, Carlitos, Beyra, Melina y Eduardo, en donde no le faltan los Marlboro, el dominó, la botella de tequila, las veladoras, las oraciones, y  ese jardín que generosamente nos regala hermosas flores que aromatizan su recuerdo; si no del corazón de todos nosotros, de los recuerdos cariñosos donde inevitablemente su presencia con su actitud bondadosa, su generosidad sin límites y sus afanes de hermandad siguen vigentes.

 Repaso el pasado reciente y vuelvo a sentir su cercanía, evoco los momentos compartidos y ahí está siempre afable, caballeroso, desprendido, servicial y comprometido con todos, un alma  llena de nobleza que nos marcó a  quienes tuvimos el privilegio de tratarlo como persona y tratarlo en la intimidad de lo familiar.

Compartimos preocupaciones y satisfacciones, tristezas y alegrías, los buenos y los malos momentos los sorteamos mejor porque los compartimos sin reservas. Santy estaba enamorado de su familia, de sus hijos, de su esposa, de Melinita su nieta el gran amor de su vida, nada le llenaba mas de satisfacción que compartir los logros de sus hijos, de compartir con ellos la vida y darles en cada momento ese ejemplo de dignidad y de honorabilidad que les legó.

 Conocía las virtudes y los defectos de sus hijos y los comentábamos largamente, se imaginaba el futuro de cada uno de ellos y hacia planes  para ayudarlos a consolidarse como hombres y mujeres de bien, era su más caro anhelo, con ello soñaba y confiaba que lo podría ver algún día.

No alcanzó a ver muchas cosas, inexplicablemente debió de marcharse a cumplir con su destino, no nos despedimos, nadie espera que el zarpazo de la tragedia te alcance tan prematuramente; yo estaba a 400 kilómetros de distancia, estábamos por vernos en cosa de horas en un día como este, 25 de Julio su cumpleaños, donde Beira ya le tenía preparada muchas sorpresas que  había acordado con sus amigos.

 Santy alcanzó a platicar con Carlitos y Güero las primeras horas  de ese día, brindaron y platicaron de cosas y situaciones que luego volvimos a platicar Güero y yo en la funeraria, seguíamos si entender la vertiginosidad de los acontecimientos y la mutilación que la tragedia nos causaba, me veo hoy con toda claridad frente a su féretro contemplando su rostro impasible, con la serenidad de la trascendencia y ajeno al dolor colectivo de todos nosotros sus deudos, recuerdo que parado solo frente a él, sentí sobre mi hombro la cariñosa mano de mi hijo Alejandro consolándome y rescatándome de ese dolor inexpugnable que sentía, era la 1ª vez que me veía orar y llorar en silencio; estaba el día de su cumpleaños celebrando su rito mortuorio, estaba frente a los restos mortales de mi gran amigo, de mi compadre del alma, del querido tío Santy.

Lo demás es esa serie de acontecimientos que sabemos suceden en estos dolorosos eventos, el cortejo, el destino final y el duelo permanente. La resignación que llega con el tiempo nos permite manejar de mejor manera las ideas y los sentimientos contradictorios, el coraje, la ausencia, la nostalgia, las suposiciones, la frustración y el dolor, se transmutan, van hallando cabida en la estructura emocional, los aceptamos y aprendemos a vivir con ellos.

 Hoy sigo sintiendo a Santiago cercano y afectivo, hablamos de él con naturalidad entre todos; amigos y familiares, cada uno tiene algún recuerdo excepcional que aportar, Don Chuy su padre con una sonrisa a la que la tristeza se niega abandonar, habla y muy a su modo me refiere aquellas etapas de la vida de Santy que no conocía, veo a ese hombre de campo, como el campo mismo, recio, generoso y agradecido con quienes estamos ahí pendiente de cada palabra que nos hace recordarlo, estoy con él y con Fabián su otro hijo cuyo timbre de voz me hace pensar que es Santy quien me habla, y ahí está de alguna forma él, merodeándonos y haciéndose presente a través de los detalles que referimos y del cariño que como hilo conductor conecta este mundo con aquel, en donde finalmente estaremos todos para continuar aquellos pendientes que por el momento, sólo por el momento, suspendimos.
                                 
Yo también te quiero un chingo compadre.

DUELO.

Mira que pasarte a ti
Mi Santy del Pollo Brujo
La eternidad y su embrujo
Te llevara antes que a mí.

Quien iba a decir que así
Sin esperarte a mí abrazo
Te trasladara al parnaso
Tu corazón de rubí

Y para llegar hasta ahí
Y transitar a tu altura
Preciso de tu estatura
Y el vuelo de un colibrí.

Porque vencer la amargura
No es cosa del bisturí…

Cancún Quintana Roo a 25 de Julio del 2008.


Félix Justiniano Ferráez
Cancún 25 de Julio del 2008

@watane1

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