24(EPM).
Para: Alfredo,
Alberto, Alejandro y Arantxa que no lo conocieron.
Por: Félix Justiniano Ferráez
No
tuvo tiempo de conocer las maravillas de la red mundial de información, el
Messenger, las computadoras y las Lap Top, los bolígrafos con tinta de gel, los
derivados de los polímeros y el uso práctico del velcro, tampoco tuvo la posibilidad de vivir la
ubicuidad que te da la telefonía celular y satelital, no pudo deleitarse con la televisión de alta
definición y la música digitalizada en diversos formatos de audio; los
vehículos de tracción triptonic con sistema de navegación GPS no llegó a
conocerlos, tampoco se enteró de la llegada de un presidente afroamericano en
los Estados Unidos de Norteamérica, o que en 1990 Octavio Paz se convertía en el primer
mexicano en obtener un Premio Nobel de
Literatura y cinco años después otro compatriota suyo el ingeniero Mario Molina
era reconocido con el Premio Nobel de Química; estuvo a sólo 7 meses de vivir la tragedia que
sacudió a la ciudad de México con los devastadores sismos de Septiembre del 85;
en contra parte si me pudo acompañar un 14 de septiembre de 1984 a la iglesia
de San Martín de Porres cuando Magda mi entrañable consorte –que significa
precisamente con suerte-- decidía compartir el resto de sus días conmigo, pero
carajo no pudo conocer a ninguno de mis 4 hijos; como tampoco estuvo en posibilidad
de conocer la primera guerra televisada cuando papá Bush invadió a Kuwait para
liberarlo de las tropas Iraquíes, historia bélica que ocho años después repitiera
George Jr. con Osama Bin Laden por aquel
infausto 11 de septiembre que le permitió concluir la venganza contra Sadam
Hussein, al extender la guerra de Afganistán hasta Irak.
Se
ha perdido 24 súper bowl consecutivos y otras tantas series mundiales, de
manera que tampoco supo de las glorias de Julio César Chávez, el Finito López,
el Terrible Morales, etc., o dar de brincos cuando la selección nacional
mexicana de fut bol sub-17 se coronara campeona del mundo, por lo mismo no tuvo
tiempo de festejar el tetra campeonato mundial de fut bol de la verde amarela
de Brasil, país al que después de México se le brindaba con pasión en el fut
bol; recuerdo con particular precisión que al bajarse de un avioneta de una
gira de trabajo, lo recibía en el aeropuerto de Cancún y de inmediato me
preguntó el resultado del partido Brasil vs. Italia en semifinales, que no pudo
ver por andar en tránsito volando y su preocupación tenía sentido, Italia había
dejado en el camino a Argentina y ya sólo Brasil quedaba de las selecciones de
América, lamentablemente Italia le había metido un pavoroso 3-0 a Brasil, así
que cuando me dijo, como quedó el partido pinche Félix?, le dije con la misma
decepción que me causó ese partido: 3 a 0 perdimos, No chingues!!!!! Me
recriminó, ni hablar pero también le
pasaron encima como Argentina le dije; y quién anotó los goles italianos;
preguntó?? Los 3 de Paolo Rossi, --ese
cabrón italiano que había banqueado todo el campeonato dado que ya había visto
pasar sus mejores tiempos y que en el partido con Argentina entró a la mitad
del segundo tiempo y le hizo 2 golazos y ahora la historia se la repetía a
Brasil, en sólo 15 minutos le hizo a Brasil lo mismo que le hicieron a la
famosa Rosita Alvirez, nomás tres tiros les dio, en 2 partidos de copa del
mundo se había despachado 5 goles--- Coño, me dijo recuperando el humor-- ¡tenía que ser un tocayo!--
Así
era Erick de inmediato le buscaba una opción diferente a una contrariedad,
tenía una forma peculiar de percibir la vida y un arrojo poco común para
afrontar todo tipo de retos y superarlos, dueño de una inteligencia fuera de lo
común, sobresaliente y una visión panorámica para observar todos los detalles,
procesarlos adecuadamente y ubicarlos en perspectiva en el entorno del momento;
analítico como pocos, observador
perspicaz, siempre estaba un par de pasos por delante de sus compañeros de
trabajo; sacudió al IMSS de Yucatán
cuando le aplicó su modus operandi a esa delegación tan especial, como todo lo
que es genuinamente yucateco, de la misma manera que sacudiría el gabinete de
Pedro Joaquín Coldwell con su lealtad, entrega y eficiencia; por ello aún me
cuestiono por qué tuvimos que despedirnos tan abruptamente entre lágrimas y
tristezas hace 24 años, si teníamos pendientes muchas jornadas de trabajo y
deberes que cumplir; aún conservo esa
foto mental, rodeando lo que es hoy su
última morada nos encontrábamos consternados todos sus amigos, que habíamos
dejado de serlos para pasar a formar parte de esa herencia fraternal que nos
legó y que aún cultivamos todos.
Una
promesa política que la fatalidad arrancara cruelmente a Quintana Roo y sobre
todo a su familia y a nosotros sus amigos.
En
cada uno de mis poemarios no falta una estrofa de admiración, de cariño, de
duelo, de nostalgia, por el amigo ausente, por los momentos que se comparten y
que cronos inexorablemente los convierte en recuerdos y con los cuales formamos
los eslabones o los peldaños para asistir a ese mundo de hologramas afectivos
que nos van preparando para el gran viaje.
Con
Erick Paolo justamente ahora vivimos de aquellos momentos que tanto se preocupó
de cultivar entre sus afectos y amistades, porque como a cada uno de esos
momentos que referí y que no vivió, también dejo de interactuar entre nosotros desde hace 24 años y prevalece
su ausencia; la misma que duele y une en
torno suyo, ese recuerdo que continua siendo exigente e implacable conciencia cuando
el fantasma de las dudas y las debilidades merodea en torno nuestro, por lo
menos en el mío, en ese momento rescato aquellas reuniones maratónicas de
trabajo y ese afán de convertir el mundo en un lugar mejor de lo que lo
encontramos, de que el planeta se convierta en el paraíso donde se pueda vivir
y progresar en igualdad de circunstancias y oportunidades.
A
Erick Paolo Martínez, le sobrevivimos muchos deudos y su recuerdo como el del
Cid Campeador aún es motivo de admiración y de inspiración para muchísimos
quintanarroenses, pues es mucho más que
una foto en mi estudio, el nombre de una importante avenida chetumaleña o el de
un estadio deportivo; somos muchos a
quienes su influencia nos cambió la vida para bien, para querer entrañablemente
a Quintana Roo, a México, para dar invariablemente ese plus que siempre esperó
de sus colaboradores.
Me
hubiera gustado saber de su percepción de la actual crisis económica mundial, de la inseguridad que vivimos, del
fenómeno del narcotráfico, de la volatilidad del mercado energético y del calentamiento global,
pero bueno, supongo que nunca la sabré y me quedaré con la duda, pero como su
ausencia, aprenderé a vivir con ella.
Cancún Quintana Roo
8 de febrero de 2009.
fjf54@hotmail.com
@watane1
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