Cien años de Soledad y uno para recordar.
Por: Félix
Justiniano Ferráez.
Para: Dolores Arroyo que transita a la mitad
en amorosa compañía
Española de Pamplona, donde se celebra la fiesta
de San Isidro y su famosa “Pamplonada”, junto con su esposo se reunían en
nocturnas tertulias literarias en la Cd de México con otras celebridades de las letras de la época entre
quienes destacaban: Los Mutis, Álvaro y su esposa Carmen (quizá el lector(a) recuerde que Álvaro Mutis es un
extraordinario escritor colombiano y de los más cercanos amigos del Gabo, quien
fuera precisamente el responsable de presentar al Gabo con Carlos Fuentes allá
por el lejano 1962. Álvaro Mutis es además uno de esos raros y afortunados
personajes que han leído todos los borradores del Gabo antes de ser publicados
y se conviertan en lecturas obligadas y puntos de referencia de todos los que
hablamos, leemos quise decir, la lengua de Cervantes) Ahí se encontraban
también Carlos Fuentes, Octavio Paz, Jomí (José Miguel) García, la infaltable
Mercedes cariñosamente llamada La Gaba, y ahí con ese telón de fondo García
Márquez platicaba del avance de su gran novela y les ofrecía el borrador del
nuevo capítulo, plagado con todas esas fantasías y licencias literarias que
sólo una mente fecunda y privilegiada como la de él, podía describir. De su
convencido y apasionado interés por esos relatos, nació la idea de Gabriel
García Márquez de dedicarle su novela, previa autorización de doña Mercedes, La
Gaba, me estoy refiriendo a María Luisa Elío a quien junto con su esposo Jomí García Ascot está dedicado el libro CIEN AÑOS
DE SOLEDAD, el fenomenal escrito que según refiere Carlos Fuentes le confesó
García Márquez, tardó 17 años en madurar y 18 meses para redactarlo. Y es justo
en este año que se cumplen 40 años de su primera publicación, 25 de haber
recibido el Nobel de Literatura y que cumple 80 años de edad según refieren
algunos biógrafos, porque otros aseguran que nació en 1928.
MI efemérides personal da cuenta que este mismo
año Leonardo Da Vinci con todo y su código cumpliría 555 años, 251 Wolfang
Amadeus Mozart, 201 Benito Juárez, 87 el
inolvidable y querido Salvador Flores Rivera “Chava Flores” se cumplen asimismo
50 años del deceso de Pedro Infante y 95 del hundimiento del Titanic y ya van
515 años cuando Rodrigo de Triana visualizara las costas de América en la cofia
de La Pinta y es en este año precisamente que fallece Boris Yeltzin el padre de
la Rusia democrática, sólo por mencionar otros hechos representativos, pero que
ninguno de ellos ha captado tanto la atención internacional como fue el IV Congreso
Internacional de La Lengua Española celebrado el 26 de marzo en Cartagenas de
Indias Colombia, donde se festejaron las fechas
y aniversarios mas representativos de Gabriel García Márquez. Ahí como
cada vez que escribe y lee algo propio, el Gabo nos volvió a conmover con su
discurso al conocer esos pequeños
detalles que hacen mas grande y mas humanos a esos seres míticos como él, al
narrar las peripecias del envío a Buenos Aires Argentina de sus 590 cuartillas
escritas a doble espacio, para don Francisco Porrúa en agosto de 1966 y de lo
honrado que se siente con ese tiraje conmemorativo y descomunal de un millón de
ejemplares que la editorial española Alfaguara ha realizado de CIEN AÑOS DE
SOLEDAD, precisamente 40 años después de haber visto la luz por vez primera.
Debe haber sido por 1970 en mi época de estudiante de preparatoria, cuando a
vuelta de correo recibía mi primer ejemplar de esta novela (lo volví adquirir
en 1982 y en 2007) hoy son tan familiares y tan célebres los renglones: En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha
mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua,
rocín flaco y galgo corredor…como; Muchos años después, frente al pelotón de
fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde
remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Así fue como Alcalá de
Henares pasó a la celebridad de la historia un remoto 1582 con el nacimiento de
Miguel De Cervantes Saavedra, como ya ha pasado también Aracataca desde que un
6 de marzo de 1927 doña Luisa Santiaga Márquez Iguarán diera a luz a uno de los
11 hijos que procreó con don Gabriel Eligio García, y a quien bautizaron como
GABRIEL JOSE GARCIA MARQUEZ.
Aracataca
obtiene su nombre de dos palabras indígenas: una, Ara, significa agua clara; la
otra, Cataca, significa Cacique; está situada a 88 km de Santa Marta, fue
fundada en 1885 y elevada a municipio en 1915, con la Virgen del Carmen como
Patrona y con temperatura de 30 grados C. Su territorio está constituido por
dos regiones muy definidas, al occidente tierras bajas y planas de alta
temperatura, próximas a la ciénaga grande de Santa Marta y al oriente la región
montañosa que está formada por la Sierra Nevada de Santa Marta, el sistema montañoso mas alto de Colombia con
picos que alcanzan hasta 5775 mts sobre el
nivel del mar y bajan por sus laderas ríos de aguas puras y frías como el
Mamancanaca, el Duriameina y el Tucurinca, entre otros. Aracataca lugar de
inspiración para Macondo y de donde
saliera el Gabo para que a la edad de 55 años en Estocolmo, recibiera en 1982
el Premio Nobel de Literatura de la
Academia Sueca de Letras enfundado en un
inmaculado Liquiliqui y contra todo protocolo establecido, ahí mismo y también
contra toda la idiosincrasia vikinga retumbaron los tambores afro colombianos
de Totto La Mamposine la cercana y querida amiga del Gabo de quien se había
hecho acompañar para reiterar su orgulloso origen latinoamericano, ahí leyó un
discurso inolvidable que al llegar a mis manos solo atiné a fotocopiar y
repartirlo entre mis colaboradores de mi inolvidable Jefatura de Auditoría a
Patrones que comandaba en el IMSS, con la cuasi orden, lean esto, es
maravilloso, antes de él sólo Gabriela Mistral y Pablo Neruda son los latinos
que han recibido el Nobel de Literatura.
Con los años y
ya conociendo la obra del extraordinario escritor argentino Tomás Eloy
Martínez leía yo: “algo que tal vez el Gabo haya olvidado” donde narraba
magistralmente los planes del Gabo para fundar con los 300 mil dólares del
premio un diario en Colombia al que
denominaría “El Otro”, tarea que le encomendaría además del propio Tomás Eloy a
Rodolfo Terragno y Juan Fresán, mientras él taimadamente escurría el bulto,
porque tenía metida en la cabeza la historia de dos amantes viejos que deseaba
escribir, pero que no podía realizar porque no encontraba los nombres de los
protagonistas, además solía decir que: “de
noche no puedo dormir por la trepidación de las rotativas que compraremos el
próximo mes” esto que les narro ocurría entre diciembre del 82 y septiembre
del 85 fecha esta última en la que les anunció que: ya había encontrado el
nombre perfecto del viejo de su historia, Florentino Ariza y a comienzos de
octubre ya había encontrado el título a su novela “ El amor en los tiempos del
cólera” que como saben es un triángulo de amor entre Fermina Daza y Juvenal
Urbino los otros dos viejos protagonistas de esa novela única. De manera que
como todo lo que hace el Gabo, le salió bien, ya que de haberse dedicado de
tiempo completo al diario tal vez nos hubiese privado de esa extraordinaria
novela.
Santiago Nasar, Abrenuncio Sa Pereira Cao,
Mauricio Babilonio, Eréndira, María del Rosario Castañeda y Montero, Sacramento
Montiel, Rosa Cabarcas etc. Nombres que
alcanzaron la inmortalidad junto con las
novelas a las que pertenecen, “Crónica de una muerte anunciada”, “Del amor y
otros demonios”, “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su
abuela desalmada”, “Los funerales de la Mama Grande”, “Memorias de mis putas
tristes” y ahí están también: “El coronel no tiene quien le escriba”, “El otoño
del patriarca”, “El general en su laberinto”, “Crónicas de un secuestro”, “La
historia de Miguel Littín un clandestino en Chile” y tantas mas, en donde se
hayan: el párrafo perfecto, la coma en el lugar exacto, sin adverbios de modo, la
descripción precisa , la imaginación desbordada, una inspiración inagotable y
una pasión desenfrenada por la escritura, lo que cada día realiza con sus dedos índices y
golpeando una a una y a buen ritmo las 28 letras del alfabeto inmodificado el gran Gabo,
tal y como lo señaló en su discurso de agradecimiento recientemente.
“Vivir
para contarla”, que según Mario Vargas Llosa es una frase atribuible a don
Ramón del Valle Inclán antes que a García Márquez, dio pié a un sin numero de
artículos de otros tantos amigos, ahí están las experiencias personales y la
anécdotas cariñosas de: Fidel Castro durante el magnicidio de Jorge Eliécer
Gaitán, conocido como el Bogotazo, Milán Kundera quien durante la ocupación
soviética en Praga sólo llevó consigo a su exilio y en calidad de amuleto, las
pruebas de imprenta de cien años de soledad traducido al checo, Carlos Fuentes
(Charles De La Fountain como cariñosamente le llama Germán Dehesa o Fontacho
como le dice el propio Gabo) quien
reseña con orgullo las sensaciones que experimentó cuando terminó de leer el
borrador completo de Cien años de soledad que le enviara a Francia el Gabo y que le hizo salir corriendo a llevarle y
contarle al gran cronopio Julio Cortázar. Carmen Balcells quien
describe y narra el origen de la dedicatoria en las pruebas de imprenta
de “El otoño del Patriarca” A Carmen,
bañada en lágrimas, le pongo todo este amor por escrito. Felipe González ex presidente de España,
Plinio Apuleyo Mendoza, Álvaro Mutis, Sergio Ramírez, Tomás Eloy Martínez, Alma
Guillermoprieto, Germán Dehesa, Ryszard Kapuscinsky, etc. Todos quieren estar y
decir algo del admirado y entrañable amigo, del maestro, de la celebridad, del
Nobel 82, del colombiano que tiene a México como su segunda patria porque ahí
nacieron sus dos hijos, Rodrigo y Gonzalo, del que nos hizo dedicarle tiempo y
amor a la lectura a través de sus novelas, crónicas y reportajes, que escribe
desde los 17 años y que a los 20 llevaba 4 novelas publicadas y que muchos años
después y sin pelotón de fusilamiento de por medio, había de recordar aquella
remota tarde que llegara a México con un mundo inagotable de fantasías no
contadas para millones de lectores que sin saberlo, estábamos a las puertas del
fenómeno literario mas importante de todos los tiempos.
Félix Justiniano Ferráez
Caribe Mexicano, 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario