A mis maestros con
cariño.-
Por Félix Justiniano Ferráez
A la memoria de mi abuela Susana (+)
Provengo
por la línea paterna de un nutrido y famoso clan de maestras que encabezaba mi
inolvidable abuela Susana y mis queridas y entrañables tías, hermanas de mi
padre, todas ellas orgullosas de su profesión,
de la cual hicieron un apostolado imbuidas del ejemplar desempeño por
más de 50 años en la docencia de Doña Susanita.
La
mejor herencia que me dejó mi adorada abuela fue haberme enseñado a leer con
amorosa paciencia y cariñosa disciplina, me explicó detenidamente el
significado de cada letra, su condición fonética y las diferencias en la pronunciación y
escritura de aquellas con características similares, como el caso de la ese, la
ce y la zeta y por ende escribirlas cuando correspondiera, me explicó hasta el
cansancio la importancia de la palabra
escrita, la relevancia de la ortografía y todas las reglas de la gramática,
amén de geografía, aritmética, etc.
Era
común ver en casa de mis abuelos a niños de primaria recibiendo apoyo especial
educativo por algunas de mis tías o la abuela, cuando su desempeño no estaba a
la altura de lo esperado; hablaban con
los padres y le pedían que los mandaran por las tardes a la casa para
atenderlos de manera especial y ayudarlos a comprender las enseñanzas
impartidas por la mañana de cada día y de ese modo conseguir que no se
retrasaran ni mucho menos perdieran el ciclo escolar, todo ello de manera
gratuita y con el único interés de educar mejor y que todos los alumnos tuvieran el mismo
aprovechamiento.
Así
entendían su compromiso por la educación de la niñez campechana, el amor a su
profesión y el respeto a su ética profesional, por supuesto que no eran las
únicas maestras con esta vocación de servir, este hecho era de lo más común
entre la mayoría de los maestros de aquellas fechas, si yo inicio la primaria
en 1960, estoy relatándoles hechos
ocurridos hace más de 50 años.
Gracias
al esfuerzo de las maestras de la familia, los hijos varones de ese viejo clan,
tuvieron la oportunidad de asistir a las aulas universitarias fuera del estado
y esa fue la base y el origen de los títulos universitarios de sus hijos, que
mi abuela llegó a colgar orgullosamente en la pared de la casa de entonces.
A
lo largo de su desempeño como maestra y matriarca de su familia, jamás la
escuché quejarse de algo relacionado con el sistema educativo, no recuerdo que
haya faltado un solo día a dar clases, nunca la vi relacionada con actividades
sindicales, pero a cambio si la vi participando decididamente en actividades
docentes que le merecieron cualquier cantidad de reconocimientos, el entonces
presidente Adolfo López Mateos le entregó uno de ellos por su destacada labor
docente, por su asiduidad y por ser la autora de un himno escolar para el
estado.
De
mis largas y recordadas pláticas con mi abuela, me enteré que su padre, mi
bisabuelo José Ángel Jiménez, era un inmigrante europeo a quien le tocó vivir
la revolución y la guerra de castas siendo maestro rural, sabedor de los
riesgos que afrontaba por su origen y con una familia a cuestas, se las ingenió
para cambiar su apellido español por uno de origen maya, de manera que de
Jiménez pasó a ser Cú. Que es el apellido que le legó a mi abuela, a mis tíos y a mi padre.
Los
relatos de las anécdotas de viajes en canoa, a lomos de animales de tiro y carga y los riesgos que se
vivieron por esos días andando a salto de mata, me mantenían boquiabierto y
asombrado por esas historias como de película y en donde siempre la docencia resaltaba como medio digno de
ganarse la vida.
Indudablemente
ese fue el embrión para que mi abuela viendo el ejemplo de su padre, abrazara
la misma causa y con el mismo nivel de compromiso, y como el ejemplo arrastra
más que las palabras, mis tías hicieron lo propio y ese gen pasó a las
siguientes generaciones, por ello tengo una hermana y primas maestras y varios
sobrinos relacionados con la enseñanza, es decir, van cinco generaciones metidas en eso de dar clases.
Yo
mismo realicé mi servicio social como maestro adjunto de las materias de Matemáticas
Financieras y Estadísticas, en el 5to año de la carrera de Contaduría Pública,
en la Facultad de Comercio y Administración de la UADY y algunos años después en el Tecnológico de
Chetumal volví a pararme frente a un grupo para dar la materia de Finanzas
Públicas.
Recientemente
me solicitó una joven estudiante de pedagogía que colaboró conmigo, que
asistiera a disertar en un tema cuya base fundamental era las definir las
diferencias de la educación de antaño con la contemporánea.
Lo
primero que se me ocurrió fue decirles que mencionaran los 6 nombres o al menos
uno de sus maestros de primaria, nadie pudo hacerlo, entonces yo les escribí en
la pizarra los nombres de mis 6 maestras de primaria del 1ero al 6to grado, y
les dije gráficamente, esta es la diferencia fundamental; la clase de maestros que tuvo mi generación y
los que han tenido ustedes.
En
el pasado reciente el compromiso de los docentes era diferente, se establecía
un vínculo más allá del mero hecho de impartir un curso o una materia
específica, había interés profesional, cariño recíproco, respeto mutuo,
admiración, reconocimiento y esa serie de valores que comprometían a dar lo
mejor de sí a ambas partes, el o la
maestra era guía, confidente, consejero, tutor, psicólogo y todas esos roles
que requeríamos en algún momento nosotros los alumnos, todo ello reforzado por
la educación y la disciplina familiar para esos menesteres.
Por
ello cuando pienso en los maestros, me remite el subconsciente a esas épocas
que marcaron mi vida y la de los míos para bien, bajo el tutelaje de esos seres
de excepción.
Creo
que no exagero si me atrevo a exponer que, los grandes logros científicos y
tecnológicos de los que hoy disfrutamos las nuevas generaciones, tienen como
sólida base la preparación que le dieron aquellos maestros a millones de
mexicanos que salieron equipados, gracias a ellos, con la mejor herramienta que el ser humano puede poseer; el conocimiento.
Hoy
el descontento e inconformidad de los actuales maestros por sus condiciones laborales,
quizá sean válidas y justas, aún cuando no conozco el fondo de ellas, lo que no
es justo, ni legal, ni ético, ni moral, son las expresiones realizadas para
exigir sus derechos, al atropellar el de millones de mexicanos que viven al día
de su trabajo cotidiano, la toma de aeropuertos, casetas de peaje carretero,
cercar la sede del poder legislativo y otras instalaciones públicas impidiendo
el derecho al libre tránsito y al trabajo cotidiano etc. por señalar algunos
hechos que han rayado en la violencia, en el salvajismo, la intolerancia y la
falta de amor a un país que les ha dado todo, hasta sobrepasarse en sus
derechos.
Por
cada maestro que deja de asistir a sus aulas, debe haber por lo menos 40 niños
que dejar de ser preparados, atendidos y educados, esto nos lleva a discernir
que en el país en estos momentos hay millones de niños sin clases, y en
consecuencia se han generado infinidad de contratiempos a cientos de miles de
padres de familia que no tienen forma de dejar a sus hijos solos o en custodia de terceros, las pérdidas financieras de pequeños,
medianos y grandes contribuyentes han sido millonarias, esos contribuyentes que
tributan para colaborar directamente con los sueldos de esos maestros que les
impiden realizar sus propias labores cotidianas.
A
otros cientos de miles se les ha impedido llegar puntuales a sus centros
laborales, miles han perdido sus vuelos o sus compromisos personales o de
negocios y la lista de afectaciones pasa por muchos daños más, encima de todo
ello es reprobable la manipulación que quieren hacerles a los padres de familia
induciéndolos a pensar que la educación se privatiza, que van a tener que pagar
por ella, que hasta las reparaciones de las escuelas tendrán que cubrir con su
peculio, etc.
Lo
peor de todo es que estos personajes, que tienen pocas virtudes y muchos
defectos, están mandando un pésimo mensaje a los niños que mañana van a tratar
de educar con el peor de los ejemplos en las calles. No podrá existir
congruencia entre el decir y el hacer, cómo poder inculcarle el amor a su
estado, a la patria, cuando son ellos los responsables de miles de atropellos a
ciudadanos inocentes que poca o ninguna culpa tienen de lo que dicen que les
ocurre.
Por
otra parte nunca se supo que se organizaran con tanto ahínco manifiesto, para
cambiar a su sempiterna y corrupta líder, que compraba conciencias regalando
Humers, Cruceros al Caribe, etc. mientras se daba vida de multimillonaria, gastando el dinero de las
cuotas sindicales en lujosos guardarropas adquiridos en el extranjero, propiedades
valuadas en millones de dólares, aviones personales, yates, obras de arte y un
sinfín de excesos que eran vox populi y cuya realidad abofeteaba
consuetudinariamente la inteligencia de esos maestros que hoy se llaman
abusados por las evaluaciones a que deberán someterse; y me permito la siguiente analogía, el
incremento del nivel de inseguridad y los pocos o nulos resultados de las
policías preventivas y otros aparatos de justicia, así como el involucramiento de
los mismos en algunos casos con el crimen organizado, llevó al gobierno federal
a exigir los exámenes de confianza a los integrantes de estos empleos, y el que
no los pase a la primera vuelta, se les da de baja en forma definitiva y se
circulan sus antecedentes para que no sean contratados en otros estados o
instancias de gobierno. Y ahí no hubo quejas, manifestaciones, huelgas ni nada
que se les parezca, tampoco nada de segundas y terceras oportunidades en los
exámenes.
Ahora
bien, imaginémonos a los Pilotos Aviadores, cardiólogos, cirujanos, etc. sin un
programa de capacitaciones y evaluaciones constantes; ¿le confiaría la integridad de sus familiares
a alguno de ellos? ¿Lo permitirían las grandes empresas cuya eficiencia y éxito
económico dependen de la capacidad intelectual y habilidades de sus empleados?
Si
bien es cierto que la capacidad educativa del gobierno, está lejos de
satisfacer la demanda escolar en los diferentes niveles, también lo es, el que
los maestros no han sabido encontrar los cauces y los interlocutores adecuados
para hallar eco a sus justas demandas, y no olvidemos que por la naturaleza del
trabajo que realizan los maestros, gozan de períodos vacacionales de excepción
y de la menor cantidad de días efectivos trabajados, comparados con obreros,
secretarias, policías, mecánicos, doctores o cualquier otro profesionista.
Son
dueños de sus plazas en vez de usufructuarios, por ello las venden o las
heredan, ambos hechos inéditos en otras ramas del servicio público, miles andan de comisión sin redituarle nada de
provecho al sistema educativo, otros más son poseedores de más de una plaza, que seguramente le hará falta a otro maestro,
otro tanto se la pasan de aviadores; los ejemplos dan para más, pero aquí me
detengo, reflexionando en lo que cuesta la movilización, manutención, traslados
etc. de cientos de miles de maestros a lo largo del territorio nacional, es
indudable que son carretadas de dinero que se han de requerir, ¿de dónde
saldrán y quien o quienes estarán detrás de todo ello y que perniciosos fines
se persiguen?
Porque
es evidente que en estos momentos hay maestros de la CNTE y del SNTE unidos en
estas marchas, plantones y abusos, y seguramente entre esos miles de maestros,
habrán quienes si merecen respeto y reconocimiento y serán los menos porque han
sido rebasados por los profesionales de la anarquía y de la insurgencia que muerden la mano que les da de comer.
El
justo derecho de los maestros y de cualquiera, termina en donde comienzan los
de millones de mexicanos que se ven afectados por aviesas intenciones, los
impronunciables y mezquinos intereses de aquellos que hoy permanecen en el
anonimato temporal, pronto se sabrán y se conocerán.
Espero
que prevalezca por encima de todo el amor a nuestro país, a la niñez mexicana,
a la profesión que dicen honrar, para que anteponiendo el interés colectivo, se
regrese a las aulas y se recuperen los
días perdidos, antes que la autoridad se vea obligada a imponer el orden en
base a sus facultades constitucionales y evitemos más daños a un país que ya
sangra por varias heridas.
Caribe
Mexicano/septiembre del 2013.
fjf54@hotmail,com
@watane1