jueves, 25 de julio de 2019

El rejoneador de Botero





El Rejoneador de Botero.
Por Raymundo Buendía Chapa.

De nueva cuenta el secretario de seguridad pública Alberto Capella se lleva las ochos columnas de los diarios críticos e independientes, y las mentadas de madre por las redes sociales que son vox populi y por ende inatacables.
Enumerar las pifias de Alberto Capella es una pérdida de tiempo y de papel, su protagonismo absurdo no ha hecho más que alterar a los integrantes de las diferentes células delictivas, que ya quedó claro, son las que tienen el poder de fuego, la información, las armas y las glándulas de secreción exógenas para estos menesteres.
Infortunadamente la arrogancia del abogado Capella cuestan vidas inocentes, seres humanos que fueron integrantes de una familia, hermanos, hijos, padres de alguien cuyos hogares han quedado mutilados de por vida, gracias a los explosivos desplantes e inmadurez del secretario estatal de seguridad pública.
Empeñado en negar la realidad que le y nos abofetea el rostro todos los días, el abogado que trabaja de policía, habla de grandes detenciones nunca antes vistas, pero no dice de quienes, habla de la reducción de los índices delictivos y no ha terminado de reflejarse en su espejismo, cuando 5 colaboradores suyos son emboscados y tiroteados por los señores del mal y se dan simultáneamente otros ataques similares en los municipios con mando único.
Habla que la culpa es de la prensa que escandaliza los hechos que cotidianamente ensangrientan las calles de las principales ciudades turísticas del estado, que los que se fueron manipularon las cifras de los índices delictivos, aunque la sangrienta realidad le restriegue en el rostro que es a él a quien se le ha salido de control la actividad de la delincuencia, alardeó que en 2 meses daría resultados, después que en 6 meses se apreciaría su trabajo, para posteriormente señalar que va a pasar toda la actual administración para que haya control sobre la delincuencia.
Las palmas se la llevó su absurdo arrebato justificatorio, al decir que desde hace 25 años Quintana sufre las consecuencias de la delincuencia por el abandono de sus anteriores gobernantes.
Si el señor Capella analizara las características de los delincuentes fallecidos o detenidos, podría darse cuenta del rango de la edad de esos personajes, que es justamente el período que torpemente significa, dicho de manera coloquial, los delincuentes a los que le achaca el infortunio anterior a su desempeño, ni siquiera habían nacido o eran niños de pañales, así de absurdo y de pueril el abogado Capella.
A Capella lo mismo le da hacer públicas las filmaciones de las cámaras de vigilancia, poniendo a Cancún en el plano internacional como una ciudad harto peligrosa gracias a sus ocurrencias, que poner  sobreaviso a los delincuentes que dice combatir (crímenes en  vivo y casi en tiempo real como reality show en la avenida Bonampak, en la avenida Cobá, en la avenida Las Torres, etc. solo por señalar los casos más sonados) Que declarar como si fuera ministerio público y socavando, no solo la autoridad del fiscal del estado, sino los debidos procesos jurídicos de las investigaciones en curso, baste recordar sus imprudentes declaraciones cuando fue incendiado con bombas molotov un conocido lote de carros de lujos sobre el concurrido Boulevard Colosio y el señor Capella sin que nadie se lo preguntara se atrevió a afirmar que había sido un autoatentado, no se terminaba de apagar el fuego de ese negocio, ni se habían iniciado las investigaciones ministeriales, pero el secretario ya había concluido que era autoatentado.
Es conveniente señalarle al abogado Capella que no es lo mismo que un ciudadano de a pie, opine, especule o piense en voz alta sobre cualquier tema inclusive sobre la inseguridad, que una autoridad de 1er nivel en la materia, declare públicamente la resolución de un caso cuyas investigaciones ni siquiera han comenzado.
Misma situación que observamos cuando acusó a los mandos de la corporación policiaca de Cancún, de tener ligas con cinco diferentes cárteles de la droga, sin poderlo acreditar.
Eso tendrá consecuencias de manera irremediable cuando terminen los procesos de aquellos policías que hoy se defienden jurídicamente de las acusaciones de su superior jerárquico.
Sorprendido fuera de su adscripción laboral, asistiendo a un concierto de Marco Antonio Solís, se atrevió a pronunciarse en sus redes sociales que aun en aquella lejana ciudad de Jojutla, atendió los asuntos de su competencia a través de decenas de llamadas atendidas, colocándose él mismo como operadora del 911 y no como un estratega al frente de su tropa.
Capella desperdicia tiempo valioso yéndose a declarar con su amigo del alma Francisco Zea, que sólo tiene oídos para él y no para las decenas de miles de voces que desde Cancún significan su pésimo desempeño, pero igualmente declara con Carlos Loret de Mola, Denisse Maerker, y cualquier periodista con alcance nacional para machacar su estrategia de saliva, finalmente los costos de esas entrevistas lo pagan los quintanarroenses, como sus costosos caprichos de levantar los pisos nuevos del C4 y de todos los baños, para rehacerlos a su propio gusto y del de su séquito  femenino que lo acompaña a todos lados, lo mismo que los altísimos costos de  su lujosa casa en el fraccionamiento Isla Dorada de la Zona Hotelera y la vida de Bon Vivant que se regala a costa de las contribuciones del estado, aunque sus resultados sean decepcionantes porque estábamos mejor cuando estábamos peor.
Rodeado de decenas de pertrechados escoltas y desde la seguridad de los vehículos blindados donde se desplaza; el rollizo secretario, grita, vocifera, baladronea y reta a los sicarios que quieran oírlo, y uno necesariamente piensa en una pintura de Botero, donde un obeso rejoneador sobre la comodidad de un noble bruto, reta al miura sabiéndose lejos de las puntiagudas astas, gracias a las cualidades de su equino, el verdadero héroe por los riesgos asumidos.
Es por ello que sabiéndose a salvo lo mismo que el rejoneador,  les llama cobardes a los sicarios que agredieron arteramente a un grupo de mujeres desarmadas al cuidado de un solo escolta que además era chofer, pero desdeña que él mismo ha creado esa atmósfera clasista entre los elementos locales y los morelenses que se trajo para quedar rodeado de incompetentes y arrogantes incondicionales, lamentable el caso de Citlali, Ana Yulissa, Isaías, Gerardo y de Luis Caridad, pero él mismo los puso en la mira de sus enemigos al colocarlas pese a su modesta posición, carro oficial y escoltas.
Quizá Alberto Capella no haya notado que los policías convencionales que se desplazan en autobuses públicos o en sus modestos vehículos están al margen de las emboscadas, por no pertenecer a la élite morelense y estar excluidos de vehículos oficiales y escoltas
Otro de los destacados casos de morelenses arrogantes, corruptos e ineficientes, es la extorsionadora jefa de las licencias de seguridad privada,  Bárbara Nashely (sic) Del Rasso Sayago famosa por sus malos tratos al personal originario de la plaza tildándolos de limitados e impreparados, que es el motivo por el que Capella se ve en la necesidad de traer a esa cauda de arrogantes paisanos, pero los verdaderos excesos lo pagan los contribuyentes con la actividad que inmerecidamente dirige esa corrupta y arrogante señora que ya está en la mira de los enemigos del secretario justamente por sus abusos, excesos y fanfarronadas.
Y el tema Capella alcanza para varias hojas más, pero la decisión final no está en el justo reclamo ciudadano, ni en las denuncias de objetivos analistas, tampoco en los generadores oficiales de índices delictivos, o en los deudos enlutados por esa sinrazón de sostener lo insostenible, ni por los ominosos descuidos, ni siquiera por las denuncias interpuestas en su contra por el actual gobernador de Morelos, tampoco por criticar y menospreciar al propio presidente López Obrador cuando recibe y promete investigar las denuncias de este gris personaje.
Entonces uno reflexiona y cuestiona hacia donde se encaminan los esfuerzos de Rafael del Pozo, el actual secretario de la Contraloría del Estado, que es omiso ante tantísimas irregularidades y denuncias de este compañero de gabinete, también del denunciado propietario del nuevo hotel de Bacalar o del propietario de ostentosa casa en construcción en la colonia Campestre.
Seguimos esperando el cambio, que por ahora ha sido de 360 grados.

Solidaridad, Quintana Roo en el 2019.

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