Crímenes sin
castigo.
Por: Félix Justiniano Ferráez.
El asunto no debe ser analizado para satanizar los incidentes delictivos que se vuelven cotidianeidad en el estado, pero tampoco para soslayarlos y consentir que se tiene el control de estos hechos como pretende asegurar la autoridad a base de sus boletines.
No
ha terminado de leerse las frases ofrecidas por el gobierno del estado, cuando
la realidad se empeña en demostrar lo contrario, ya que horas después de la
conclusión de la balacera ocurrida este jueves 14 de junio en diferentes puntos
de la ciudad de Cancún, aparecen seres humanos descuartizados en una zona del
Boulevard Kukulkán y paralelamente descubren otro cadáver en el Municipio de
Bacalar, al parecer un intendente de una escuela de ese lugar.
No
hay que echarle más leña a la hoguera de la inseguridad, pero es claro que las
acciones realizadas hasta hoy por la autoridad no son las mejores para evitar o
disminuir estos sucesos.
--Antes de
continuar considero un deber impostergable otorgarle un reconocimiento al personal
de tropa que se arriesgan el físico en estos operativos obedeciendo ciegamente
instrucciones de sus comandantes, sin saber bien a bien, a que se están
enfrentando, mientras los jefes permanecen en resguardo y aparatosamente
escoltados y protegidos.—
Analizando
objetivamente el tema basta con leer las declaraciones de diferentes
autoridades realizadas en fechas recientes, para darnos cuenta cual es la
percepción de estos hechos y sus conclusiones al respecto:
·
Fue una
diferencia entre particulares.
·
Esto es
consecuencia de las investigaciones realizadas a la administración anterior.
·
Los semáforos
delictivos dicen que vamos bien.
·
Estamos más
seguros que en Yucatán, pero debemos trabajar más en la percepción.
·
Los que se
fueron manipularon las cifras de los semáforos delictivos.
·
Si pudiéramos
pactaríamos una tregua con la delincuencia.
·
Vamos a
prohibir que viajen dos adultos varones en motocicletas para disminuir los
delitos.
·
El presidente
municipal no se está coordinando con las diferentes corporaciones.
·
En Quintana
Roo se mantiene el orden público.
·
La seguridad
también es mantenerse informado por los canales oficiales.
Esto
nos da una clara idea de la “percepción” de nuestras autoridades con relación
a la espantosa inseguridad que vivimos y
lo que podemos esperar de ellos, porque no es a base de declaraciones ñoñas y
desafortunadas que podremos recuperar la tranquilidad y los satisfactores que
de ello se derivan, independientemente que los canales oficiales se reducen a boletines difusos
y confusos sin que algún funcionario de la cara a los ciudadanos y responda a
los naturales cuestionamientos que todos tenemos y saber bien a bien que está
pasando y como lo están enfrentando.
A
eso hay que añadir que lo que informan es sesgado e incompleto.
Dos
botones de muestra; el 26 de abril alrededor de las 6 am fueron balaceados
dentro de un carro compacto dos adultos y un par de menores. Se supo y
constataron quienes en esos momentos también llevaba a sus hijos a la misma
escuela, que la señora era madre de los menores y había fallecido en el lugar de los hechos y
colgaba del cinturón de seguridad, que había un menor herido y otro en pánico y
desconsolado, se supo después que el varón adulto se encontraba vivo pero grave
y era policía en activo, se supo también que era un mando policiaco de Puerto
Morelos de nombre Armando Vázquez Aké.
Lo
que no se nos dijo fue que el policía era casado y su esposa vive en Chetumal, pero
que sostenía una relación de concubinato con la occisa quien era la esposa pero
de un peligroso delincuente recluido en la cárcel de Cancún, que el recluso en
cuestión dio la orden de la ejecución porque aparte de la infidelidad, no
estaban reportando los recursos económicos que deberían, (se presume que tenían
actividad de narcomenudeo)
Tampoco
se nos dijo que el elemento policiaco Vázquez Aké acaba de reprobar los
exámenes de confianza y teniendo conocimiento de ello Rodolfo del Ángel en vez
de tramitar su baja, lo promovió como subdirector operativo de Puerto Morelos.
Si
el secretario de gobierno fue enterado y lo consintió, la cosa es grave, si
Rodolfo del Ángel ocultó todos estos datos a sus superiores, más grave aún,
pero si el ejecutivo estatal nunca supo por boca de sus colaboradores de esta
información tiene un enorme problema de deslealtad de su gabinete de seguridad,
y aún más grave si el ejecutivo del estado estuviera enterado y permitió la
manipulación de estos hechos, me quedo sin palabras para definir en manos de
quienes estamos.
Otros
datos que acreditan la desinformación oficial, el jueves 15 de junio circuló
profusamente en las redes un video difundido por el periódico Novedades en
donde se observa el interior de una unidad de transporte urbano con sus
pasajeros en el piso para evitar el fuego cruzado que sostenían delincuentes y
personal de diferentes corporaciones de seguridad. El video tomado por uno de
los pasajeros Luis Cacho Méndez, da cuenta y se observa que hay por lo menos
una persona herida y sangrando producto de una bala perdida y se escuchan
también gritos de auxilio y la solicitud que el chofer abandone de inmediato
esa zona peligrosa, los comentarios posteriores de los asustados pasajeros
dieron cuenta que gracias a la destreza del chofer no hubo más heridos, y que
la persona lesionada terminó siendo transportada por una ambulancia al Hospital
General.
A
pesar del enorme impacto mediático casi instantáneo en redes sociales, las
autoridades omitieron el reconocimiento de estos hechos, y minimizaron el daño
colateral hacia la población civil.
No
se nos dice tampoco que la mayoría de los titulares de seguridad pública de los
11 municipios reprobaron los exámenes de
control de confianza del C 3, y que el titular de la secretaría estatal de
Seguridad Pública del Estado no cuenta con los exámenes de control de confianza
aplicados por el CISEN, requisito sine qua non para ocupar esa secretaría en
cualquier estado del país.
De
todas estas lecturas, que no son todas las que deberíamos consignar, se
desprende con claridad que el gobierno no ha dimensionado en su justa
proporción la gravedad de los hechos que ocurren con lastimosa frecuencia.
Porque
por ejemplo nada se sabe de los cinco asaltos a instituciones bancarias,
tampoco se conoce si hay detenidos con los hechos relacionados con más de 60
ejecuciones acumuladas, no se sabe quiénes ejecutaron a Isaías Capeline,
personaje clave en la administración de Roberto Borge, también desconocemos si
finalmente quedaron sujetos a la ley, él o los responsables de la matanza del
Blue Parrot y si ya hay detenidos por el ataque a la sede de la fiscalía en
Cancún, por señalar los hechos más relevantes o más recientemente si hay
consignados por el homicidio de Héctor Casique, que fue la crónica de una
ejecución anunciada.
Es
claro que no existe una estrategia de inteligencia policiaca para
adelantarse prevenir y combatir los
hechos que nos agobian, no hay personal suficientemente capacitado en los altos
mandos para hacerle frente a las organizaciones criminales que nos asuelan,
tampoco estamos en condiciones de saber si el armamento y equipo de
comunicaciones están a la altura del reto, porque es claro que los contrarios
tienen más información de lo que ocurre en las instituciones policiacas, que lo
que saben las estructuras de los cuerpos de seguridad de las intenciones y planes
de los delincuentes. Es decir las
instituciones policiacas están infiltradas con el crimen organizado, y ahí
están las narcomantas que denuncian desde el secretario de estatal de seguridad
pública hasta a mandos menores, pero a cambio no se sabe que la policía tenga
infiltrados a esos grupos criminales, aunque no hay que ser adivinos para saber
que trabajan mejor sus objetivos los malandros que las fuerzas del orden.
Si
no se aplican los exámenes de control de confianza o si se ignoran los
resultados que arrojan, estamos condenados a que esto no se resuelva en el
corto plazo y si por el contrario se incremente irremediablemente.
Decir
que está todo bajo control es un exceso que se vuelve una falta de respeto a
los ciudadanos pensantes, fuimos los ciudadanos quienes elegimos gobernador y
presidentes municipales, pero nosotros no escogimos al gabinete ni al resto de
servidores públicos relacionados con ese tema, de manera que es exclusiva
responsabilidad del gobernador analizar si sus colaboradores están a la altura
de los reclamos sociales y proceder en consecuencia, o continuar como hasta ahora y poner en
riesgo la industria hotelera que es el único motor económico real del estado; y
asumir las consecuencias por ello.
Playa
del Carmen Quintana Roo
Junio
de 2017.
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