Media docena.
Qué pena, por
Dios, que pena
La ignominia,
el servilismo
La abyección,
el patetismo
Ministros de
pena ajena.
Ridícula media
docena
Un tribunal
como alfombra
Por ello el
país le nombra
Ni suprema, ni
justicia
Si es muladar
e inmundicia
Donde el
derecho se escombra.
Un país decepcionado
Una nación
ofendida
Una lucha
fratricida
Repugnancia
por lo obrado.
Participio
mutilado
Significando
al demente
Un sujeto
deprimente
Que convirtió
en albañal
Al máximo
tribunal
Y a su
homólogo indecente.
Fue jueves uno
de octubre
Del año de la
pandemia
Un hito en la
academia
De la más
jugosa ubre.
Media docena
insalubre
Aprobando una
consulta
Ilegal,
absurda, estulta
Que sabe a
galimatías
Al servicio de
un mesías
Que un
pelafustán resulta.
La
tremendísima corte
La que preside
Arturito
Con su latente
prurito
Parece feliz
consorte.
Le otorgaron
pasaporte
La media
docena enana
Al loro que en
la mañana
Presume de su
estulticia
Y a la corte
de justicia
La convirtió
en cortesana.
Caribe Mexicano
Octubre de
2020
F.J.
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