Jarabe de pico.
Como
si fuera un eco materializado y no exclusivamente sonoro, vemos la reiteración
de las malas costumbres en el ejercicio de la política; se repiten imágenes,
rituales, frases, caravanas, acarreados, vicios, costumbres y personajes.
Estamos
por enésima vez ante el culto a la personalidad y las expresiones
grandilocuentes ajenas a la realidad que vivimos millones de seres humanos.
Nos
inundan con cifras millonarias como inversiones en bienes o servicios como
nunca antes en la historia, la del país, la del estado o cualquier municipio.
Porque
los libretos son los mismos, sólo cambia
el discursante, y lo que se diga hoy como proeza financiera o como modificación
de la infraestructura urbana para vendernos la idea del paraíso, va a palidecer
y a ser minimizado por algunos de los presentes que aplauden a rabiar y de pie
en este momento, porque que si la fortuna le sonríe mañana podría ser el ungido
y ocupar la silla y el lugar de quien hoy le muestra aparte de sus simpatías,
la subordinación política conveniente.
Porque
la independencia mental y las convicciones personales junto con la moral y la
ética, tienen que esperar mejores oportunidades y mantenerse en su concepción
de crisálidas de la utopía por el momento, porque ya nos dijeron los personajes
emblemáticos de ese submundo, que en realidad la moral es un árbol que da
moras.
Finalmente
las expresiones que constituyen lo que le llaman “informe de gobierno”, no
resisten el más mínimo análisis que con objetividad e independencia de esa pléyade
de vividores, formulamos los ciudadanos.
No
hay cambio en nada; en el país o en el estado nos inundan con spots
publicitarios por la radio, por la televisión (los verdaderos beneficiados con
los recursos públicos) las redes sociales, la prensa escrita, la electrónica,
espectaculares fijos o los móviles en autobuses y pantallas electrónicas, lo
superfluo y la frivolidad de esos gastos, alcanzan cifras millonarias que se
vuelven ofensa y agravio a los ciudadanos que dicen informar y que por cierto terminan
siendo los únicos que no procesan los baños de grandilocuencia de presidentes y
gobernadores, y alguno que otro legislador.
Sobre
la base de esas cifras, actividades y logros promocionados con dinero nuestro,
vivimos en país o en un estado que es la personificación del edén. No hay falta
de empleo, todos los estudiantes tienen cupo en instalaciones escolares
públicas, la atención médica es oportuna, eficiente y fraternal y las
instalaciones cómodas, funcionales, bien edificadas y sin vicios ocultos, el
campo resulta un edén, la inseguridad pública no existe, de manera que
cualquier opinión en contra es sólo una inadecuada percepción, por lo tanto
usted podría olvidar asegurar sus hogar o su oficina y mañana las encontrará
tal y como las dejó, no sufrirá asaltos en la vía pública, ni sabrá de seres
humanos ejecutados, descuartizados o embolsados y tirados en la vía pública o
en cualquier otro lugar a mano. La autoridad aparte de respeto infunde temor,
nadie atentaría contra ella o sus instalaciones.
La
pulcritud y la probidad con que se manejan los recursos públicos en custodia es
tal, que invariablemente terminamos con
superávit en los presupuestos públicos, el endeudamiento público es una
quimera, es cosa del pasado, (ya nos saquearon, nos volverán a saquear) de
igual forma los servidores públicos son austeros, eficientes y probos, la
corrupción no existe, lo mismo que la poliomielitis fue erradicada del país y
de Quintana Roo. El campo nacional es casi un vergel, de manera que en Quintana
Roo la zona sur del estado, es el principal proveedor de productos agrícolas y
de consumo humano para los municipios turísticos de la zona norte, grandes
consumidores de alimentos y de una enorme variedad de artículos, bienes y de servicios;
el equilibrio perfecto conseguido a base de talento y visión política.
Las
universidades estatales son proveedoras de la mano de obra cualificada para
ocupar diversas ocupaciones públicas y privadas, el gobierno estatal pone el
ejemplo y cumple con su palabra, cero despidos de quintanarroenses y se
promueve el empleo entre los profesionistas y técnicos Quintanarroenses, la
prioridad la gente del estado, los hermanos de estados vecinos serán apoyados,
sólo y sólo si, si las necesidades quintanarroenses han sido cubiertas satisfactoriamente.
El
asistencialismo político que manipula y sostiene el tutelaje sobre las clases
sociales menos favorecidas, ha terminado.
Hoy
día a diferencia de administraciones anteriores, las obras y los bienes
públicos son identificados exclusivamente con el escudo estatal, que simboliza
la identidad, unidad quintanarroense y un gobierno sin colores partidistas, sin
ideologías políticas o simbología de inducción, porque los libros, uniformes,
transporte oficial, instalaciones y eventos, son cubiertas con recursos
públicos de todos los quintanarroenses y no por un grupo transitorio en el
poder con alguna obstinación de trascender, no con buenas acciones y obras,
sino aprovechándose de los bienes y recursos que se les ha dado en custodia.
Los
malos funcionarios que son emblema de malos manejos y corrupción, al amparo de
la nueva administración adquieren un aura de inocencia y se expían sus pecados,
de esta manera vemos a gente como Emilio Lozoya Austin, Carlos Romero Deschamps a nivel
federal o Jaime Zetina González y Manuel Palacios Herrera a nivel estatal, que
en vez de estar siendo investigados por sus reiterados y conocidos actos de
corrupción, se vuelven parte fundamental de la administración pública a la que
pertenecen, unos priistas y otros coaligados, pero todos con el uniforme de la
impunidad complaciente de sus respectivos representantes del poder ejecutivo
correspondiente.
En
este mundo caleidoscópico o de espejismos, los empresarios, los hoteleros, los
comerciantes, el ciudadano, no son extorsionados por las autoridades, quienes
quieran que sean, se facilitan la trámites para la creación de nuevas empresas,
porque no hay que olvidar que la verdadera creación de fuentes de empleo y las
nuevas tributaciones son gracias al capital de la inversión privada; por
supuesto cuando un empresario reclama sus derechos que por ley le corresponden,
la autoridad en modo alguno le contesta con una auditoría a profundidad, que en
el pasado era el garrote para eliminar la incomodidad de la crítica sustentada
o el reclamo social justificado, por ello los empleados públicos respiran
tranquilos, no más amenazas ni condicionamientos laborales, el ejercicio de sus
simpatías políticas se dan con absoluta y puntual libertad.
Sirven
de ejemplo convincente las reclusiones de medio centenar de exfuncionarios
públicos que en el pasado hicieron cera y pabilo de los recursos y propiedades
públicos, todos a temblar por las estremecedoras sanciones y a aplaudir por la
recuperación de los dineros del pueblo y sus bienes.
Por
fortuna el carrusel político nos permite ver a gentes de la catadura de Emilio
Gamboa Patrón que un día es secretario particular de la presidencia, otro más
Director General del IMSS, en mejor ocasión titular de la secretaria de
comunicaciones y transportes, por supuesto diputado federal y senador de la
república, entre otras chambitas, que le han permitido a este yucateco no dar
golpe de trabajo en serio, ni producir absolutamente nada por el país que lo ha
mantenido más de tres décadas; Quintana Roo no puede ser menos y ha producido
especímenes similares en la persona del cozumeleño Félix González Canto, que de
tesorero municipal, pasa a presidente de su municipio, luego diputado federal,
gobernador de su estado, senador de la república y estamos en el filo de la
butaca esperando su asunción como diputado federal, es decir 20 años viviendo de los recursos públicos,
sin producir más que problemas y vergüenza para Quintana Roo, pero eso sí, gozando de una incalculable fortuna que
permanece intocable a pesar de las amenazas de la campaña anterior realizada
por el actual ejecutivo de Quintana Roo.
De
esto tendría que hablarse en los informes y no en las mentiras que nadie cree,
los costos de estos informes agravian a México a Quintana Roo y a los lugares
de orígenes de los invitados, porque son los contribuyentes de esos lugares,
los que sufragan los gastos de estas actividades improductivas para el país.
En
física el movimiento se demuestra andando, en política las obras, los
resultados, la rendición de cuentas puntual a la sociedad, la transparencia de
las erogaciones y las decisiones que las sustentan, el mejoramiento en el nivel
de vida de una sociedad, es el mejor informe que cualquier político puede
brindar y la promoción de ello, sería una sociedad satisfecha y orgullosa de
sus gobernantes; lo demás es pan y circo
o jarabe de pico.
Solidaridad/2017
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