sábado, 16 de septiembre de 2017

Ecos del 1er informe



Ecos del informe.

Estamos asistiendo a la entronización del nuevo faraón caribeño. Sin ningún tipo de recato y a pesar de las pésimas experiencias que Quintana Roo ha vivido, o más bien sufrido, con la clase política local y federal, con los despilfarros de los gastos suntuosos e inútiles que más que demostrar lo que quieren los gobernantes, terminan siendo todo lo contrario, porque finalmente agravian al ciudadano, además de  que elevan el nivel de crispación social y el desprecio hacia su clase política.
Muy pronto el gobernador del estado olvidó que tiene a su cargo el cuidado de los recursos de todos los quintanarroenses, y que debe ser, además de prudente y cuidadoso con el gasto del mismo, también mesurado y austero  como lo fue en la campaña.
El contador Carlos Joaquín consciente de que los recursos deben cuidarse y optimizarse, particularmente cuando salen del bolsillo propio o siendo sujetos al escrutinio de autoridades como el INE entratándose de las campañas, y de la ciudadanía cuando se gobierna, durante sus actividades proselitista estuvo apoyándose en el alcance y profundidad de las redes sociales, porque seguramente recordará usted querido lector, las promesas realizadas utilizando sus cuentas en Facebook, en Twitter, YouTube, etc. Creadas ex profeso para esos fines y ahí han quedado testimoniadas sus promesas de que no habría despidos entre la clase trabajadora del gobierno estatal, de privilegiar al empresario local y al profesionista quintanarroense, de sancionar y denunciar a Félix González Canto por el endeudamiento público criminal de su administración, de recuperar el patrimonio público despilfarrado indiscriminadamente, de terminar con los convenios con la prensa proclive al embute y a los arreglos que van en contra de la crítica sana y a la verdadera independencia de criterios.
Infortunadamente se repiten las acciones de culto al ego o a la personalidad porque el informe que por ley debe presentar el ejecutivo estatal, no señala que deba ir acompañado de la pompa y circunstancia que le ha precedido a todos los gobernantes en esas actividades.
Si bien es cierto que estos acontecimientos con esas parafernalias datan desde la época del 1er gobernador constitucional de Quintana Roo, también lo es, que entre los tiempos aquellos y los actuales median circunstancias y diferencias abismales, la razón es simple, la clase política se ha degradado pervirtiendo sus objetivos prioritarios y fundamentales del bien común, de manera que hoy los políticos de Quintana Roo y del resto del país carecen de credibilidad, sus promesas y compromisos distan mucho de sus acciones y hechos, la corrupción campea en todos los niveles y el endeudamiento público es descomunal sin que corresponda al progreso ciudadano; a eso hay que añadirle una sociedad más madura, mejor informada y por supuesto a la libertad de pensamiento que se lee en las redes sociales y a su efecto multiplicador entre los ciudadanos.
Por eso y por muchas otras circunstancias que sería ocioso enlistar, es que se esperaba una actitud alejada del bullicio multitudinario, de la inutilidad de las formas convencionales de vestir de popular al informe del ejecutivo del estado, que al final de cuentas informan a los mismos personajes que menos requieren de esa información y que forman parte del carrusel o puerta giratoria de esa élite insensible, corrupta e ineficiente que es la clase política del país y de Quintana Roo, porque nadie como los políticos para reciclarse como consumidores de los recursos públicos.
¿Cuánto nos cuesta a los ciudadanos, que no al gobierno, un informe como el recientemente presentado por el ejecutivo de Quintana Roo?  Consideremos espectaculares, promocionales en televisión, radio, prensa escrita, el espectáculo del centro de convenciones con miles de invitados con cargo al bolsillo de los quintanarroenses, etc. etc. todo ello innecesario y superfluo, porque la constitución no señala que deba haber todo ese dispendio para decirnos las frases grandilocuentes de siempre y ocultarnos las verdades que conocemos; porque ningún gobernante asume sus verdaderas responsabilidades y acepta sus fallas e incumplimientos,  todo son éxitos, aciertos, logros,  metas alcanzadas, pero en realidad sin resultados contundentes, un ejemplo al azar…”hemos triplicado el número de policías estatales” y de que ha servido tener 3 veces más policías (si es que esto fuese cierto) si la delincuencia ha elevado exponencialmente sus actividades criminales rebasando a los policías estatales, los de la fiscalía y los municipales en su conjunto, el número de homicidios se ha incrementado escandalosamente y no se nos dice cuántos detenidos existen por esos crímenes, se omite deliberadamente mencionar la impunidad de la ola criminal en Playa del Carmen, Blue Parrot incluido y de la misma manera no se sabe mayor cosa del ataque a la Fiscalía en Cancún, mucho menos se manifiestan las medidas disciplinarias o denuncias contra los elementos policiacos reiteradamente señalados de formar parte de las narconóminas y la protección a estos grupos criminales, porque no son solo policías los exhibidos, son también los jefes de varios municipios y el propio secretario estatal de seguridad pública,   triplicar los policías finalmente no ha resuelto nada, y si se continúa atacando el problema por sus efectos y no en sus orígenes, así seguiremos per secula seculorum.
“Rompimos record de ocupación hotelera”… año tras año, gobierno tras gobierno, no ha habido un solo gobernante que  pueda resistirse a  la tentación  de hacer caravana con el sombrero del capital privado. Se insiste en señalar como mérito de la administración en turno, el crecimiento de la infraestructura hotelera y de la propia promoción que los dueños de esas inversiones hacen motu proprio alrededor del mundo con los mayoristas, hasta hace pocos meses el sector hotelero denunciaba la opacidad y el mal uso de los destinos de los impuestos pagados por esos rubros, que a decir de ellos solo sirven para que el gobernador de que se trate, pasee por el mundo con cargo a los bolsillos de los empresarios hoteleros. Mario Villanueva, Joaquín Hendrickz, Félix González y Roberto Borge son el emblema de periplos mundiales improductivos a cargo de los contribuyentes y los hoteleros.
También nos hubiese gustado escuchar la dimensión real de la deuda y su costo mensual por intereses y por capital, y en consecuencia como terminó la proyección definitiva, es decir;  cuanto se incrementó el capital y los intereses en virtud de la ampliación del  nuevo plazo y por supuesto el costo del refinanciamiento, porque eso es fundamental para el buen desempeño financiero de la entidad, no obstante se omitió mencionárnoslo como si fueranos menores de edad e incapaces de entender la complejidad de estas operaciones.
También nos hubiese gustado saber porque se han comprometido cientos de millones de pesos en rentas de patrullas, en vez de adquirirlas como señalan los principios básicos de la administración pública, porque el leasing fue creado para  las empresas particulares, porque de esta manera aplican al gasto productivo la inversión en estos rubros, deduciéndolas de las utilidades y disminuyendo lícitamente el pago de impuestos, y toda vez que las administraciones públicas son entidades no lucrativas,  no tiene ningún sentido aplicar ese criterio que daña las fianzas del estado y de los municipios, a menos claro que pensemos mal y nos imaginemos cuales son los verdaderos objetivos que se persiguen al dilapidar el dinero de los quintanarroenses de esa absurda e incomprensible manera.
Podríamos seguir largamente haciendo las observaciones que valen la pena destacar y los señalamientos de las omisiones importantes, pero creemos son suficientes de manera que esperamos que el ejecutivo estatal reconsidere sus excesos en los informes y los presente por una única vez en la sesión solemne del congreso como se indica en la Constitución, y evite con ello desgraciar el tráfico de Cancún con tantísima gente acarreada en cientos de vehículos, que trastocó por horas el tráfico de la ciudad obstaculizando las actividades cotidianas de miles de ciudadanos, que no tenemos necesidad de sufrir estas incomodidades si tuviéramos gobernantes sensibles, responsables e inteligentes que antepongan el bien ciudadano al lucimiento personal. Utilizar las redes sociales como lo hizo en la presentación de su equipo de transición, adelantaba sentido común, austeridad y respeto al ciudadano que los mantiene, volver al absurdo espectáculo multitudinario de exhibicionismos superfluos, nos decepciona y preocupa por el futuro que falta por transcurrir, y que ello sea señalado sólo por plumas independientes y reflexivas, porque los amanuenses al amparo de un convenio construyen una realidad a la conveniencia del poder y desde sus teclados cimientan los espejismos que ya nadie les cree y viven simbióticamente como rémoras de lo que ayer censuraban, anémonas del periodismo que dificultan y obstruyen la convivencia sana y respetuosa entre gobernantes y gobernados.


Solidaridad/2107.


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