miércoles, 29 de marzo de 2017

Bobolfo



Bobolfo.

No sabemos aún las expresiones u opiniones de Luis Felipe Sayden como titular de Seguridad Pública en Yucatán, al leer o escuchar las tronantes declaraciones de Rodolfo del Ángel, su homólogo de Quintana Roo.
En una de esas entrevistas a modo con periodistas a modo, el encargado de la Secretaría de Seguridad Pública de Quintana Roo, del Ángel Campos tuvo la ocurrencia de declarar que Quintana Roo es un estado mucho más seguro que Yucatán pero que hay que trabajar más en la percepción; ni más, ni menos.
Insistió en sus semaforitos delictivos que dice siguen sin estar rojos  y el tipo sigue viviendo en su propia burbuja de ignorancia o de cinismo rampante.
En lo que va en su breve, pero lastimoso desempeño, la delincuencia lleva enorme ventaja al señor Bobolfo (como le apodan los ciudadanos), al fiscal y a todas las autoridades  relacionadas con el tema de seguridad pública.
A medio año no hay un solo detenido por los hechos delictivos que sumados todos se acercan al centenar, entre los denunciados y los que permanecen sin clasificarse por conveniencia de las estadísticas.
Son comunes ya en esta geografía estatal, balaceras entre delincuentes y otros delincuentes, delincuentes contra policías, asaltos a casa habitación, homicidios en la ciudad, en las zonas rurales y en la zona hotelera, robo de carros, asaltos a mano armada, narcomenudeo y trasiego de drogas, por señalar sólo las más comunes.
A excepción de los policías estatales que están detenidos, uno por ultimar con su arma de cargo a su cónyuge en su domicilio, y otro más por intentar lo mismo, no hay más detenidos.
Siguen en la impunidad todos los crímenes que leemos a diario en la prensa y en las redes sociales, de las que nadie se escapa y siguen sin preocuparse los delincuentes de sus futuras acciones, por la facilidad con las pueden realizar y sin consecuencias posteriores.
La lista es larga, parecería interminable, ajusticiados, descabezados, heridos de armas de fuego, con arma blanca, quemados, y las victimas van desde civiles inocentes, menores de edad, policías federales, policías municipales, malandros, desconocidos, y todo ello además ocurriéndole a ciudadanos nacionales y extranjeros. (Recordemos el Blue Parrot)
Señor encargado vale la pena puntualizar algunas de sus declaraciones; usted toda la vida ha sido policía en diferentes posiciones, desde Director de la Academia de Policías, Director de Seguridad Pública en Solidaridad en dos ocasiones, hasta que el comité de inteligencia militar decidiera removerlo de su cargo a usted y a Arturo Olivares Mendiola, el responsable de la seguridad de Cancún, por una serie de irregularidades de momento impublicables, de ahí pasó usted a ser subsecretario en la administración próxima pasada, de la propia secretaria de la que hoy es el encargado.
De manera que lleva por lo menos un par de décadas ejerciendo de policía de manera ininterrumpida, así que es muy falto de ética deslindarse de las condiciones prevalecientes de inseguridad en el estado y del desmantelamiento de las corporaciones que denuncia enérgicamente, en todo caso como protagonista debió denunciarlo oportunamente o actuar en consecuencia, porque usted no fue un ente aislado de los hechos que hoy denuncia, en todo caso usted fue parte del problema con el que hoy evade su ineficiencia y su torpeza en el manejo de las estrategias y de sus declaraciones.
Usted señor encargado omite manifestar la falta de aprobación de sus exámenes de control de confianza que aplica el CISSEN, porque en tanto usted no los apruebe, no está legalmente autorizado para ejercer de titular, de ahí su naturaleza de “encargado”
La ciudadanía debe saber, porque la seguridad colectiva del estado está en sus torpes manos, que la falta de aprobación de esos exámenes son por múltiples causas y cito las más comunes, relaciones o nexos con la delincuencia organizada, adicción a algún enervante, no poder justificar su patrimonio con sus ingresos declarados, o un problema de salud físico o mental.
Por ello los exámenes efectuados en poligrafía, psicométricos, toxicológicos, médicos y socioeconómicos, son ineludibles y concluyentes en sus resultados.
Usted omite deliberadamente declarar que los secretarios municipales de seguridad pública de Isla Mujeres, Cancún, Solidaridad y Tulum no han aprobado dichos exámenes, lo mismo que usted, inclusive varios de ellos los reprobaron. Tampoco su Director de Empresas de Seguridad Privada los ha aprobado, ni su Directora General Administrativa, por hacerle señalamientos precisos, independiente de los muchos pendientes que tiene.
¿Podría usted informar públicamente si los elementos detenidos, uno por ultimar a su esposa, y otro más por intentar lo mismo ambos con su arma de cargo y que estaban de descanso ya los habían aprobado?
¿Puede decirnos las razones que llevaron a dichos elementos a llevar sus armas de cargo a sus domicilios, cuando debieron dejárselas a los relevos?
Cualquiera de estas dos situaciones conllevan responsabilidades laborales y quizá penales de comprobarse alguna violación a estas reglamentaciones.
Mientras le escribo estas líneas se da a conocer por enésima vez en las redes sociales, un herido de arma de fuego, esta vez en Plaza La Roca del fraccionamiento Cumbres, también el secuestro del ejidatario Candelario Cetina Chuc quien es el comisario, paralelamente ayer mismo se daba a conocer por parte de Luis Felipe Sayden la detención de los dos homicidas que apenas una cuantas horas previas habían ultimado a la señora Emma Gabriela Molina Canto en Mérida Yucatán.
Como ve las situaciones son harto diferentes, sin destacar que la prensa o las redes sociales, no reportan hechos delictivos en Yucatán con la frecuencia que ocurren en Quintana Roo.
Algo más, en la ciudad de Mérida el ciudadano ve al elemento de tránsito o de seguridad pública, como alguien que puede apoyarlo o a quien puede recurrir al auxilio de una emergencia, lo ven sin temor o como alguien de confianza; en contraparte los elementos de tránsito o los policías en Quintana Roo son vistos como delincuentes potenciales, extorsionadores, y amenazantes;  cualquier ciudadano evita contacto con cualquiera de estos elementos, porque sabe que su presencia entraña un riesgo a su integridad o a su bolsillo.
Usted señala enfáticamente que estamos bien y que hay que trabajar más en la percepción, no se si reírme o preocuparme por tan absurda afirmación.
La percepción señor del Ángel no es una causa per se, es una consecuencia de una serie de hechos; le explico mejor, es el conocimiento de hechos específicos por impresiones derivadas de las experiencias.
De manera que la percepción ciudadana es que vivimos en un riesgo constante y en medio de un altísimo nivel de inseguridad y de impericia policial, porque los hechos son abrumadores, la realidad es palpable día tras día, los delitos están a la orden del día y en completa impunidad, son esos hechos y no otros, los que le permiten a cualquier persona con mediana inteligencia, percibir lo mal que estamos en los temas de seguridad en el estado. Por lo tanto ocúpese si es que puede, de la insoslayable inseguridad del estado para que cambie la percepción ciudadana por añadidura, y no al revés como ridículamente declaró.
Es cierto también que hay quienes con una percepción equivocada dejan de ver la realidad inocultable, por ejemplo los daltónicos, cuya percepción cromática es diferente al ciudadano que no padece ese trastorno y que al daltónico le impide saber está equivocado.
De manera que si usted encabeza a un equipo irregular por no haber aprobado los exámenes de control de confianza, como muchos más elementos operativos, un equipo donde sus propios elementos son un riesgo para sus propias familias, donde no se sabe de algún caso de detenciones oportunas y certeras, donde el único que se niega a ver la realidad es usted, aferrándose a argumentos pueriles e inicuos, donde no hay declaraciones inteligentes, serias o responsables por parte de usted, me temo que estamos frente a un excepcional caso de daltonismo policiaco.

Post Scriptum: 
Ofrezco desde esta tribuna una disculpa a Luis Felipe Sayden Ojeda, eficiente comandante de la Seguridad Pública de Yucatán, por lo arrebatos del comandante del Ángel Campos.


Quintana Roo/2017

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