José Padilla
“Josergios”
Un caballero medieval
Ejerciendo como amigo
Dejando como testigo
Su desempeño habitual.
De conducta espiritual
Se va trocando en Quijote
A veces en sacerdote
Para ayudar en secreto
Y mantenerse discreto
Para que nadie lo note.
José se llama mi amigo
Para más señas Padilla
Viene de buena semilla
Hogaza del mejor trigo.
Como en sus ramas el higo.
De manera silenciosa
Cuidó de su bella esposa
Dos hijos con una nieta
Hizo la tarea completa
José Padilla
Mendoza.
Un torero con capote
En el ruedo de la vida
Su amistad comprometida
Siempre lo mantiene a flote.
Actor de barba y bigote
La decencia es su fortuna
No lleva prisa ninguna
Lo mismo es padre y abuelo
Tiene mirada de cielo
Y cabellera de luna.
Y también como empresario
Es de estirpe singular
Forja ambiente familiar
En todos sus escenarios.
Setenta y tres calendarios
De excelente ser humano
Lo mismo tiende la mano
Que reparte su bonanza
Amistad que todo alcanza
De este varón michoacano.
Y en su mirada profesa
Paciencia de manatí
O fuerza de jabalí
Desde sus ojos turquesa.
Varón de una sola pieza
Es este hombre que asombra
Porque cuando alguien lo nombra
Nada hay que lo importune
Su calidad lo hace inmune
Porque es un hombre sin sombra.
Mientras nos sonría la suerte
Gocemos la hegemonía
Victorias de cada día
De vida sobre la muerte.
Y aunque el tiempo nos advierte
Prudencia de vez en cuando
José, sigamos brindando
En nuestro ambiente genuino
Con paellas, con el vino
Y wiski de contrabando.
F. Justiniano. F.
Caribe Mexicano/2018.